𝐒𝐎𝐌𝐄𝐓𝐇𝐈𝐍𝐆

𝐃𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑𝐎𝐔𝐒

Justo cuando Carlos empujó a Sergio y este caía al suelo, fue cuando Max salió de su Driver's Room, ya listo con su equipo de protección personal y colgando de su cintura el uniforme representativo de la escudería; a paso firme y decidido se dirigió hacia donde estaba el español y le estampó un puñetazo en el rostro, el cual lo hizo trastabillar. Carlos solo se enderezó en su lugar, sintió la punzada en su mandíbula y solo sonrió para luego devolverle el golpe.

Sergio al ver lo que estaba sucediendo, se puso de pie inmediatamente y trató de separarlos, cosa que le fue imposible debido a que los dos hombres golpeándose entre sí eran más grandes y fuertes que él, haciendo que inconscientemente lo empujaran en sus intentos de apartarlos.

Christian que en ese momento se había quedado paralizado junto a los miembros de su equipo, salió de su trance y corrió a hacer lo que los demás no habían hecho. ¡Los hombres estaban a punto de matarse y nadie se había atrevido a intervenir aparte de Sergio!

Las escuderías vecinas solo se quedaban observando el espectáculo y murmurando lo poco profesionales que eran.

—¡Ya estuvo bueno! ¡Ustedes dos parecen bestias! —Gritó Christian cuando lograron separar a su piloto y el de Ferrari.

—¡Dile eso a tu maldito protegido! Él fue el que me golpeó sin razón aparente.

—¡¿Sin razón aparente?! ¡Atacaste a mi compañero, maldito idiota! —Max hizo el intento de volver a abalanzarse contra Carlos, pero ya estaba siendo detenido por su ingeniero.

—No es mi culpa que sea un debilucho y se haya tropezado con el cono. —Soltó con burla.

Carlos sintió otro golpe en la parte contraria de su rostro, el cual fue proporcionado por Sergio al cual nadie estaba deteniendo y también aprovechó para darle un rodillazo en donde más le dolía.

Carlos cayó al suelo, sosteniendo sus partes; observando con enojo a todos los que se le quedaban viendo con un atisbo de sonrisa, la cual fue disimulada, menos la de Max.

—Débil tienes el cerebro, pendejo. —Soltó con furia y sus manos hecha puños; su respiración era entrecortada debido a la adrenalina que recorría su cuerpo en esos instantes.

Y, justo cuando los de seguridad iban a llevarse a los tres y sacarlos del recinto para evitar seguir llamando la atención, Charles Leclerc llegó corriendo. En su rostro se reflejaba la preocupación, emoción que fue reemplazada por el disgusto, cuando vio que Carlos estaba tirado en el suelo mientras que el mexicano estaba siendo calmado.

¿Sergio le había hecho eso a su novio?

No se dignó a preguntar, de un solo había llegado a sus propias conclusiones, por lo que golpeó al más bajo por la espalda. Christian estaba a punto de llorar de frustración, estaban saliendo de un problema y justo llegaba el otro a echarle gasolina al fuego. Sergio reaccionó, por supuesto que sí, sus niveles de adrenalina no habían bajado ningún porcentaje, por lo que finalmente hizo lo que siempre había querido hacer... Golpear en el rostro a Charles, precisamente en el ojo.

Una nueva pelea estaba a punto de comenzar si no hubiera sido por Max que se puso en el medio y empujó a monegasco, abrazando a Sergio y llevándoselo de arrastras hacia la sala de descanso.

Carlos observó todo enfurecido al ver cómo el neerlandés había empujado a su pareja, pero no podía hacer nada porque aún estaba recobrándose del rodillazo que su ex le había proporcionado.

Christian como pudo levantó al español, haciendo caso omiso de los quejidos que soltaba. Tomó a ambos chicos de Ferrari fuertemente del brazo y los llevó como niños regañados a donde pertenecían.