Max estaba muy concentrado, jamás en su vida lo había estado como en ese momento. Su lengua se encontraba de afuera y ladeada; su frente estaba perlada de sudor haciendo que su cabello se pegara. Sus manos estaban temblorosas y con solo parpadear sentía que sus intentos se verían arruinados.
El hecho de que Sassy se paseara por su regazo y le pasara haciendo cosquillas en su rostro, no le ayudaba demasiado. Es como si se estuviera burlando por tratar de arreglar el desastre que había hecho.
Max sentía que iba a llorar de la desesperación porque en cualquier momento Sergio cruzaría la puerta y vería que su hermoso florero traído de México había sido destruido.
Mino había resultado ser tan tranquilo y cariñoso, que no dudó en ir a adoptar otros dos gatos más, claro, con el permiso de su novio y con la advertencia de que si llegaban a quebrar algo, él sería el único culpable y dormiría en el sofá por toda una semana.
Así fue como Jimmy y Sassy llegaron a sus vidas, pero Sassy se la estaba haciendo difícil. Jimmy había resultado ser como Mino, pero su hermano era el mismo demonio.
Cuando Sergio estaba cerca, él se mantenía sereno y dormitaba en las piernas de este por las caricias que le eran propinadas. Pero, en el momento que Checo salía, empezaba a correr por todo el apartamento, haciendo un desorden y botando cosas a su paso. Como el florero favorito de su novio.
—¡Ahorita no, Sassy! Por tu culpa estoy tratando de salvar mi vida. —Lloriqueó.
Sergio que había llegado hace rato, solo lo observaba recostado en el marco de la puerta mientras comía un pedazo de pan.
¿Le diría a Max que ese florero le costó solo 50 pesos en el tianguis? No, lo dejaría sufrir por otro rato más o hasta que se desesperara y tratara de botar la evidencia para luego hacerse el desentendido cuando le preguntara por las cosas que se le han desaparecido.
—Bien, este va aquí y este otro creo que aquí. No creo que se de cuenta, tienen el mismo patrón. —Murmuró para sí mismo y Sergio estuvo a punto de ser descubierto porque por poco se suelta a reír.
Sassy ya se había dado cuenta de su presencia y lo había ido a saludar con la cola erguida y frotándose en sus piernas. Luego volvió a su tarea de molestar a Max, subiéndose a su regazo y dándole pequeños lengüetazos.
—Si no te conociera creería que por fin me quieres. —Dejó su tarea de lado y acarició el lomo del gato. —Solo cuando Sergio está aquí te comportas de manera cariñosa conm...— No terminó la frase porque en ese momento se dio la media vuelta con Sassy entre sus brazos.
Sergio lo observaba serio con los brazos cruzados y una de sus cejas alzadas.
—Amor, yo... —Sé puso de pie rápidamente, como si el suelo quemara y cuando lo hizo su rodilla pasó golpeando lo que había reconstruido del florero, haciendo que las partes se volvieran a despegar. —¡Te juro que fue culpa de Sassy! —Y el gato traicionero, saltó de sus brazos y corrió a esconderse detrás de su novio.
—¿En serio? Porque a mí me parece que has sido tú el que lo ha terminado quebrando. —Seguía con su papel de hacerse el molesto porque le gustaba ver a Max con su carita llena de pánico y más pálida de lo usual.
—Yo estaba tratando de volver a pegarlo, créeme. Si quieres te compro otro igual.
—Uhm, no lo sé. Ese florero era muy valioso para mí, me lo regaló mi abuela.
—¡Ay no! —Se tomó la cabeza entre sus manos cuando dirigió su mirada hacia la porcelana rota. Ahora eran pequeños residuos como el tamaño de un grano de maíz. Si antes le había costado pegarlos, ahora mucho más. —No importa el tiempo que me tome, tendrás tu florero, ¿sí? —Dijo con sus ojitos llenos de lágrimas.
A Sergio se le borró el ceño fruncido y ahora lo veía con culpa.
—¡No, mi niño! Eran bromas. —Corrió a abrazarlo y a hacer que Max escondiera su rostro en la curvatura de su hombro para acariciar su cabello. —Lo compré en un mercado ambulante.
—Ya me hacía durmiendo en el sofá y con los pies siendo jalados por tu abuelita. —Su voz salía ahoga y entrecortada.
Eso lo hizo reír, pero no a Max. Desde que vio un programa paranormal al estilo mexicano, quedó traumado y ahora piensa que si habla mal de un espíritu o hace algo para molestarlo, este se vengará.
—No, mi amor. Solo te estaba molestando. —Se apartó un poco y tomó el rostro de Max entre sus manos y le dio un corto beso. El cual a duras penas correspondió por sus sollozos. —Ven, te iré a dar un poco de Coca para el susto. —Le tomó de la mano y los dirigió hacia la cocina.
-------- ≪𝐒𝐎𝐌𝐄𝐓𝐇𝐈𝐍𝐆≫ --------
sergioperez
Nos pusimos a hornear galletitas para que se le pasara el susto y se olvidara de la broma que le hice. 🥺
Te amo mucho, @maxvers_
34,621 comentarios
Más recientes:
Tsuki_Val_15 Yo digo que Sergio hizo todo y puso a Max a decorar. ¿Podrían hacer para vender? Les compraría hasta una migaja. 🥺
Carso1155 ¡Ya se me antojó! Y las galletas también.
¡Sergio, no vayas a pensar que me quiero chapulinear a tu novio! Si me gustan ustedes dos. 😭Pamor_27 Son tan bonitos, me alegra que empiecen a compartir fotos de ellos siendo tan domésticos. ☺️
alola117 Me los imaginé jugando con la harina y por eso solo les alcanzó para hacer esas mini galletas 🍪
─── ❖
maxvers_
Jimmy y Sassy Verstappen-Pérez 🥰
El que me está viendo es el demonio mismo. 😔
35,873 comentarios
Más recientes:
ByeolJ_114 ¡Ahhhh! ¡Qué bonito! Adoptaron más miembros para la familia.
Apuesto a que "el demonio" es el que quiere más a Sergio. 😂kxnto15 Si Max no pone en la descripción que el gato que lo está viendo básicamente lo odia, igualmente habría pensado lo mismo.
Ay, bebé. Recuerda que hasta las mascotas prefieren a uno de sus padres ☝🏼Ivsmaxx Primero Mino y Muffin y ahora Jimmy y Sassy, ¡la familia se está agrandando! Al final van a terminar comprando una casa, porque cuando tengan los hijos humanos ya no van a caber en el penthouse de Max. 🥹
ESTÁS LEYENDO
𝐒𝐎𝐌𝐄𝐓𝐇𝐈𝐍𝐆
FanfictionCarlos Sainz y Sergio Pérez han terminado su relación, por lo que los periodistas han estado como buitres esperando una declaración la cual no han obtenido por dos semanas. Hasta que llega el día.