Alivio, peleas y héroes

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Finalmente, el teléfono sonó. Cameron contestó, viendo que yo no podía ni siquiera levantar la cabeza. Suspiró en alivio y siguió preguntando cosas, luego se despidió, agradeciendo, y colgó.

- ¿Qué pasa, Cam?- le preguntó Aaron.

- Carly ya despertó y está caminando -anunció, todos suspiraron en alivio-. Todos están bien, Joe, Caspar, Alfie, Tyler...

- ¿Ves? -volvió a decirme Hayes al oído-. Te lo dije, todo está bien.

- Gracias, Hayes- lo abracé más fuerte.

Al terminar de comer, todos volvimos a nuestras rutinas. A excepción de Taylor, quién no terminó de ver el maratón ya que tenía que ir al gimnasio. Hombres...

Bueno, más helado y Chord Overstreet para mí.

Volví a encontrarme otra nota encima de mi cama.

"Sólo dime algo que yo no haya hecho por tí, Danielle. Ahora que no tengo tus besos, necesito algunas suturas. Pero creo que Hayes te ayudó un poco más, ¿cierto?

- Shawn xx"

Sopas, lo notó.

Simultáneamente me llegó un texto de Hayes.

Hayes:

Espero que haberte querido apoyar no haya arruinado las cosas entre Shawn y tú :(

Visto a las 4:32 pm

Es entonces cuando mi mundo se viene abajo otra vez, como en una necia partida de Dominó, como en los estúpidos juegos de Ajedrez que siempre perdía contra Alfie. 

Genial, me libero de que mis amigos mueran y ahora tengo que lidiar con que Hayes y Shawn se peleen por mí... bueno, no en ese sentido. Literalmente, están peleados por mí.

¿Alguien les puede decir que parecen dos niños peleando por un juguete? Yo no soy un juguete, o el último trozo de pizza en la caja. No peleen por mí. Total, no vale la pena.

Empecé a llorar con ambos mensajes en la mano, incapaz de verlos al mismo tiempo pero sabiendo que, de todas formas, siguen ahí. Es como si todos los acontecimientos de mi vida que me llevaron a cortarme se repitieran en una película en blanco y negro infinita. No era algo bonito, claro que no.

Entonces busqué a mi peor enemigo, un pequeño retazo de metal con borde filoso. Y volví a señalar en mi cabeza los causantes de todas sus reproducciones en mi piel:

"Joe, Carly, Tyler, Alfie, Caspar, mamá, papá, la Academia de Danzas Nacional, la Compañía de Danzas Candy Apples, la Escuela Estadal de Danzas, La Escuela de Ballet Joffrey, mi cuerpo, mi cara, Shawn, Reed, Hayes, Hayes, Hayes, Hayes, Hayes, Hayes, Hayes, Hayes, Hayes, Hayes, Hayes, Hayes, Hayes, Hayes...".

Y añadí una nueva, más larga que las demás.

"Danielle Asher".

Ese es tu nombre, tarada.

Conciencia, tú y yo sabemos que ese no es mi nombre.

¿Acaso crees que alguna vez fuiste Danielle White? Claro que no, Dan. Esas personas no hicieron más que odiarte toda su vida.

Esas personas son mis padres. Adopté el apellido Asher por mis tíos, ¿recuerdas?

Danielle, no tropieces otra vez con la misma piedra. Tus padres te repudiaban, no te querían, te tuvieron por obligación porque tu padre no usó un maldito condón, ¿entiendes?

Gracias, conciencia. Eso me hace sentir mucho mejor.

Dejé de escuchar a mi cabeza y vi como la sangre se deslizaba por mi cuerpo.

- ¡Danielle, ¿qué haces?!- gritó Cameron, entrando.

- ¿Cam?- pregunté, confundida.

- Es muy profundo, tengo que suturarlo... ¡sutura líquida! -dijo y sacó un pequeño frasco del botiquín que yacía en mi baño-. Esto va a arder un poco, Danielle.

Vertió el líquido en la herida con ayuda de una brocha. Ahogué un grito, la sensación era horrible.

- Tengo que sacarte de aquí, los chicos no pueden verte así -pensó y, acto seguido, me cargó en sus brazos-. Vamos a mi habitación, Dan.

Cameron me sacó de mi habitación y, casi que a hurtadillas, me llevó a la suya. Al entrar, cerró la puerta con seguro. Ni siquiera me fijé en como era su habitación, simplemente me tiré a llorar. Cameron no perdió tiempo y me abrazó con fuerza.

- Danielle, no te hagas esto -me susurró al oído-. Tu tienes mucho por vivir como para quitarte la vida. Vas a superar esto, lo sé.

- ¿Lo prometes?- pregunté entre sollozos.

- Lo prometo, preciosa- dijo y me abrazó más fuerte.

Cuando ya me calmé, Cameron me prestó un suéter, ya que la bata que estaba usando se llenó de mi sangre y de la tal sutura líquida. Los suéters de Cameron me quedaban como vestidos, así que no le estaba enseñando mercancía que no tenía que ver.

Cameron vió mi muñeca suturada, en la cual había realizado el corte. La tomó entre sus manos y besó con ternura la herida ya cerrada. Luego, vió mis muslos, donde estaban sus hermanas. Me abrazó de la cintura y besó mi mejilla, como hacía con sus fanáticas en las convenciones.

Lo miré, confundida.

- ¿Cómo supiste lo que estaba a punto de hacer?- le pregunté.

- Danielle, yo sé que se siente estar en tu posición -me dijo-. Sentirte solo, apartado, abandonado... pensar que no hay salida de tu situación.

Me quedé sorprendida ante el hecho de que Cameron Dallas describía mi situación mejor que una cantautora australiana que nunca mostraba su rostro como expresión artística.

- Yo intenté suicidarme hace unos años, Danielle -me confesó, dejándome atónita. Cameron Alexander Dallas, sonrisitas, ¿suicidándose?-. No tenía amigos y la gente me molestaba con eso. Me sentía solo en el mundo, Danielle. Sentía que era un fantasma mal guiado y que solo iba en círculos, viajando infinitamente.

Bueno, su situación la describió con una canción de Paramore, nada mal.

- ¿Puedo...?- quise preguntar, pero me dió miedo su reacción.

El sonrió y se levantó las mangas de su sueter, mostrando 3 o 4 cortadas en cada brazo.

- No le veía sentido a las cortadas- me explicó.

Tomé su brazo izquierdo y luego el derecho, este tenía las heridas más profundas y largas. Se notaba porque las cicatrices aún no se sellaban. Lo besé de la misma forma en la que él besó el mío y abracé a Cam como si por fin me diera cuenta de que nadie es perfecto. Que incluso estos chicos que son deseados por todas las américas e incluso más allá, también se sintieron solos en cierto tiempo. 

Nadie es perfecto, todos caemos.

Pero solo algunas personas, como Cameron, deciden levantarse.

Dejar el pasado, aprender de los errores, y seguir adelante.

Y creo que yo también estoy lista para hacerlo.

The Magcon GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora