Ronquidos, chillidos y el Código de Magcons

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Al día siguiente, desperté con Hayes a mi lado. Como él seguía dormido, me apegué más a su pecho y me acurruqué ahí. Al parecer él lo sintió, porque se despertó poco a poco.

- Buenos días, dormilón- lo saludé.

- Buenos días, ¿en serio Danielle Asher acaba de llamarme dormilón?- preguntó y me hizo reír.

- Técnicamente, me desperté primero que tú, así que estaba en mi derecho- dije, y él rió esta vez

- Y... ¿qué tal dormiste?- me preguntó, apoyando su codo en la cabecera.

- Creo que deberíamos de repetir esto, porque tus ronquidos me tranquilizaban- respondí, y él pareció confundido.

- ¿Cómo? Nash dice que sueno como una lavadora dañada- dijo y me reí antes de responderle como él se reía antes de terminar la oración.

- A mí me recordaba al océano, así que me sentí tranquila- respondí.

- Danielle Madison White Asher, eres toda una paradoja, ¿lo sabías?- me dijo, sonriéndome.

- Me lo han dicho antes- sonreí y salí de la carpa.

Me encontré con Cameron y Nash despiertos en las sobras de la fogata, comiendo probablemente.

- Buenos días, Cam -le dije, depositando un beso en la mejilla de cada uno, siendo correspondida después de hacerlo-. Buenos días, Nash.

- Buenos días, Danielle- me respondieron al unísono.

- ¿Cómo durmieron?- les pregunté, tomando una taza de chocolate caliente.

- Bueno, Carter estaba soñando que era un espía, o un superhéroe, o un campeón en Artes Marciales porque me dió una patada que seguramente me rompió la columna- dijo Cameron, acariciándose la espalda.

- Y me despertó a la mitad de la noche para pasarse a mi carpa -sonrió Nash, tomando otro sorbo de su taza-. Pero al parecer tú dormiste muy bien.

- Claro, todo el mundo duerme bien con buena compañía- dijo Cameron, y él y Nash intercambiaron miradas pícaras.

- Muéranse los dos- les dije y me levanté.

- Danielle, era sólo un chiste- dijo Cameron, levantándose para alcanzarme.

Benditas las piernas de Cameron que avanzaban dos kilómetros por micro-segundo.

Me agarró por atrás y me empezó a dar vueltas.

- ¡Cam, para! ¡Ya, no es divertido! ¡Está bien, te perdono, los perdono a los dos, saben que son lo mejor en mi vida y que si los perdiera sería una apocalipsis y...! ¡CAMERON ALEXANDER DALLAS, YA BÁJAME, ME ESTOY MAREANDO!

- Okay, te bajo- dijo, dejándome en el suelo.

- Pensé que era físicamente imposible que una bailarina se mareara- dijo Nash, detrás de él.

- Ahora dinos, ¿qué pasó entre Hayes y tú?- me preguntó Cameron directamente.

Rábanos. Sí, ahora serán animales y vegetales.

- Está bien -dije-, pero no se lo digan a nadie.

- Lo prometemos, ahora escupe la sopa- dijo Nash, causándome gracia.

- Hayes y yo... estamos juntos- dije en voz casi inaudible la última parte.

- ¡LO SABÍA! -dijo Nash, brincando y chillando como una fan que se acaba de enterar que su OTP está saliendo- ¡SABÍA QUE TÚ Y MI HERMOSO Y SENSUAL HERMANITO TERMINARÍAN SALIENDO!

The Magcon GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora