Dark, Strange And Beautiful.

9. Me encantas. I

Forgotten. Sector 17.

" Se confirma una nueva desaparición en Forgotten"
" Habitantes vuelven a desconfiar unos de otros"
" Nueva familia se une al grupo de parientes en busca de sus seres queridos "

— las noticias volvieron a tener un tema interesante que discutir— digo mirando el periódico en las manos de Raúl.

— Yo la Vi... — dice él —, sabía que tenía que llevarla conmigo¡ Ella estaba esperando a alguien, Gabriel! — se levanta de golpe — . Si me hubiera quedado un rato más, tal y conozco al imbécil que causa todo esto.

El sentimiento de saber que pudiste hacer algo... Conozco bien esa sensación, es horrible.

— tienes que relajarte, y pensar en algo bueno — le digo para aliviarlo un poco.
El me mira expectante.

— imagínate que estás en la playa...

— odio la playa.

— lo se — sonrió abiertamente, el me tira una almohada riendo. —. Eso, sigue haciendo ese horrible sonido, me encanta.

— sabía que me relajaría venir a verte, idiota — vuelve a tirarse en la cama. —. Últimamente no nos hemos visto, extraño joderte la vida 24/7.

— Yo extraño que lo hagas. La escuela no hace más que ponerse peor. — suspiro cerrando los ojos — . Un día eres felizmente solitario, y otro día estás siendo jodido por una niñita rara.

— le gustas — dice él — , es obvio, quiere tú atención, está poniendo al entrenador como excusa. Dijiste que propuso sexo, eso es una señal.

— ella está loca — frunzo el ceño — , por lo poco que he hablado con ella, me he dado cuenta de que tiene una especie de trauma. No sé cómo tocarlo, Pero según lo que menciona, el entrenador está involucrado... Me gustaría ver qué pasa entre esos dos cuando están solos.

— espiala — me dice, abro los ojos y lo miro. — ¿ Él está encima de ella todo el tiempo? — asiento — entonces hazlo, así compruebas si miente, o si en verdad ese hombre es un enfermo.

— ¿ Y que pasa si me descubre?

— bueno, si le gustas se alegrará. Y si no... Puede que te mandé a la mierda.

•••

El salón, el comedor, el baño, la biblioteca, los pasillos. ¿ Soy el único que acosa a está chica acaso?
De todo lo que he estado persiguiendola, en ningún momento la he visto con el profesor, es una molestia. Su rutina es melancólica, aburrida y extraña de ver. Juega con la comida, rompe libros, camina  con los pies en punta, tarda demasiado en el baño y va muchas veces ¿ Que pasa por su mente cada que hace algo así?

Pensé que en la clase con él algo pasaría, Pero no fue así. Tal vez ella en verdad invento todo, Pero ¿Para llamar mi atención? Que estúpido.
Recojo mis cosas en mi mochila, ya los vestidores están vacíos por qué era la última clase, Pero yo tomé una ducha y cambie de ropa por qué hoy buscaré trabajo a tiempo parcial. No será sencillo, Pero se que puedo con ello, esforzarse de más no es malo después de todo.

Escucho como la puerta se abre junto con pasos pesados, cierran la puerta con fuerza generando un silencio pesado. Tomo mi mochila y me asomo por detrás de la fila de casilleros para ver quién es. Veo la espalda del entrenador subir y bajar por su respiración, su cuerpo solo dejando ver las piernas de la persona detrás.

— ¿ Cuántos años crees que tengo Camila? — dice en un tono grave. — piensas que soy un chiquito cualquiera ¿Verdad?— quedan en silencio, no escucho la voz de ella — . Dime ¿Que quieres de mi? ¿Porque me provocas tanto? Tú... — veo como de a poco se inclina hacia su cuello, veo el rostro de Camila inclinarse a un lado con los ojos cerrados con fuerza — ... hueles increíble, ésto me trae recuerdos ¿A ti no?

Como un puñetazo en toda la cara, eso sentí en ese momento. Cuando eso pasa te das cuenta de la rabia que puedes generar por qué alguien te genere dolor. Nunca pensé que se sintiera la misma rabia en una situación así. Con zancadas
Camine a su dirección tomando del hombro a él, volteo con expresión de sorpresa, que borro después de recibir mi golpe justo en la nariz. Él comienza a toser llevando su mano a la hemorragia desde el suelo.

— ¡ ERES IMBÉCIL! ¿ QUE PLANEAS? ¿¡VIOLARLA ACASO!? ¡ ENFERMO DE MIERDA! — él sonríe haciendo crecer mi furia, me le abalanzó encima comenzando a dar más y más golpes. El entrenador me lanza un puñetazo en la mejilla haciéndome caer a un lado, siento mis nudillos arder, mi cabeza zumbar, y un sabor metálico en mi boca.

— Gabriel ya déjalo — Camila se acerca a mi intentando ponerme de pie, el entrenador se levanta sonriendo satisfecho ¿ Que carajos le pasa?
Me pongo de pie dispuesto a ir contra él Pero Camila me toma el brazo — vamonos.

— te conviene hacerle caso a tú noviecita, Gabriel —se cerca lentamente a nosotros.

— te voy a denunciar, enfermo asqueroso. — lo enfrente quedando cara a cara con él.

— ¡Solo vámonos ya! — Camila me empuja hacía la salida, comienzo a caminar sin esperarla.