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Por fin habíamos llegado a esa época del año en la que el colegio decide hacer un campamento para fomentar el trabajo en equipo o lo que sea.

—El cliché de que en un campamento algo pasa y los personajes principales por fin comienzan a salir —bromeó Minghao mientras caminábamos hacia el autobús.

—Pero es cierto todos los años mínimo una pareja se forma en estos campamentos —agregó Mingyu.

Nos subimos al autobús con todas nuestras cosas a cuestas y yo claramente me senté junto a Seokmin.

—Que cliché más tonto —dije mientras me sentaba de rodillas en el asiento para así ver a Mingyu que se había sentado detrás de mí junto a Minghao.

—¿No es lindo creer que alguien se te pueda declarar esta noche? —me dijo Mingyu provocando que lo mirara con incredulidad.

—Esas cosas solo pasan en los Dramas Mingyu —le dije y este negó.

El autobús comenzó a moverse, y el paisaje cambiaba gradualmente a medida que nos alejábamos de la ciudad y nos adentrábamos en la naturaleza. 

Mientras el autobús avanzaba por el camino sinuoso, el sol comenzaba a ponerse, tiñendo el cielo con tonos cálidos de naranja y rosa. Era un espectáculo impresionante que contrastaba con la atmósfera bulliciosa dentro del vehículo.

—¿Qué planean hacer esta noche? —preguntó Mingyu, girando para mirarme con una sonrisa traviesa.

—No tengo idea. ¿Qué dices, Seokmin? ¿Quieres ir a explorar el bosque? —propuse, volviéndome hacia mi amigo.

Seokmin asintió con entusiasmo, su rostro iluminado por la emoción.

—¡Por supuesto! Podríamos hacer una fogata y contar historias de miedo —sugirió, con una chispa de anticipación en sus ojos.

—Eso suena divertido —respondió Mingyu, mirándonos con una sonrisa cómplice—. Me apunto.

El resto del viaje transcurrió en medio de risas y bromas, y pronto llegamos al lugar donde pasaríamos los próximos días. Mientras descendíamos del autobús y nos dirigíamos hacia las cabañas asignadas, sentí un hormigueo de anticipación, por lo que la noche nos deparaba. 

Me daba un poco de vergüenza tener que compartir habitación con las chicas de mi salón. No me llevaba para nada mal con ellas, pero no era habitual que compartiéramos tiempo juntas, pero ya que no se podía compartir habitación entre hombres y mujeres, no me quedó de otra.

—Es raro verte sin Seokmin —me dijo una mientras acomodaba sus cosas en el lugar.

—Si son la mejor pareja que hay —respondió otra dedicándome una sonrisa.

—Oh, no somos pareja—respondí con tranquilidad acostumbrada a que la gente piense eso—. Solo somos amigos.

—Tal vez esta noche se te declare en el bosque.

—Claro que no —dije finalmente con un tono de incomodidad. El ya estar acostumbrada a que me emparejaran con mi mejor amigo no quitaba el hecho de que fuera incómodo.

La charla por fin terminó ahí y cada una terminó de acomodar sus cosas a lo largo del lugar. Ya era bastante tarde y era hora de dirigirnos al salón dónde todos comeríamos.

Rápidamente, fui en búsqueda de mis amigos que para mi sorpresa se encontraban junto a Chan.

—¿Cómo te fue allá? —cuestionó Seokmin mientras me veía llegar a la mesa junto a ellos.

—Más allá de que me dijeron que éramos la mejor pareja, no mucho —respondí captando la atención de todos los presentes en la mesa.

—Fuera de bromas en serio lo serían —dijo Mingyu señalándonos. 

Seokmin y yo nos miramos con incomodidad y negamos con entusiasmo.

—¿Me vas a decir que nunca sintieron nada por el otro? —esta vez fue Chan quien preguntó haciendo que mi incomodidad ahora llegara a niveles inimaginables. 

Sentí el calor subir a mis mejillas, las cuales probablemente tenían un cierto tono rojo, sin embargo, soy ese tipo de personas a las cuales cuando les da vergüenza son las orejas las cuales se enrojecen.

—Por dios Liu Tao parece que vas a explotar —bromeó Jun causando que todos rieran.

—No, nunca pasó nada entre nosotros —respondido Seokmin en mi lugar— cambiemos de tema antes de que Tao se convierta en tomate.

Luego del almuerzo, el cual terminó en un ambiente pacífico, llegó el momento de realizar las actividades planeadas para esa primera noche.

—Divídanse en grupos y busquen los materiales de la lista, no vayan muy lejos —explicaron los profesores a cargo.

Mi grupo terminó conformado por mis compañeras de cabaña y los de Seokmin.

—Nosotras iremos a nuestra cabaña ¿Vienes Liu Tao? —me preguntaron las chicas antes de comenzar la búsqueda.

—¿No van a participar de la actividad? —pregunté sorprendida y estas asintieron.

No pensaba perderme la primera y única actividad que haríamos en la noche, así que les desee una buena noche y volví con los demás.

—Son de no creer —dijo Jun mientras observaba a las chicas retirarse.

—Es que no soy como las otras chicas —bromee y Seokmin me pegó un «tate quieto» como respuesta a mi comentario.

—Vamos a buscar las linternas y las cuerdas, primero —propuso Chan, consultando la lista de materiales que nos habían dado.

Asentimos y comenzamos a caminar por el área, cada uno buscando en diferentes direcciones. Pronto nos separamos un poco del resto del grupo, concentrados en nuestra tarea.

Mientras buscábamos entre los árboles y arbustos, Chan y yo nos encontramos cara a cara frente a una vieja cabaña de madera.

—Creo que las linternas podrían estar dentro de la cabaña —sugirió Chan, señalando el edificio.

—Sí, parece una buena idea. Vamos a ver si podemos encontrarlas —respondí, siguiéndolo hacia la entrada.

Entramos con cautela, nuestros pasos resonaban en el suelo de madera crujiente. La luz del sol comenzaba a desvanecerse, sumiendo el interior de la cabaña en una penumbra creciente.

Mientras explorábamos en busca de las linternas, nuestros hombros se rozaron accidentalmente, y una corriente eléctrica pareció pasar por mi cuerpo. Me aparté un poco, sorprendida por la sensación repentina.

—Lo siento, no fue mi intención —se disculpó Chan, su voz ligeramente tensa.

—Está bien, no te preocupes —respondí, tratando de ocultar mi propio nerviosismo.

Continuamos buscando en silencio por un momento, pero la tensión entre nosotros era palpable. Finalmente, encontramos las linternas en un rincón oscuro de la cabaña y las recogimos rápidamente.

Sin embargo, cuando volvimos para salir, nuestras miradas se encontraron de nuevo, y pareció que ambos teníamos algo que decir. Antes de que alguno de nosotros pudiera hablar, sin embargo, escuchamos voces en el exterior.

—¡Aquí están las cuerdas! —gritó uno de nuestros compañeros de grupo, interrumpiendo nuestro momento.

Chan y yo nos miramos por un instante más antes de salir de la cabaña, dejando atrás la conversación no dicha. Tal vez fue mejor así, pensé.


























 Tal vez fue mejor así, pensé

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࿔‧ ֶָ֢˚˖⛓️‍💥LANGUAGE˖˚ֶָ֢ ‧࿔ |lee chan| ; svt ||COMPLETA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora