—Cuando éramos niños, mi hermano mayor estaba muy triste, te lo había comentado anteriormente—dije y este asintió—lo que nunca te conté es que Lee Chan y yo de hecho nos conocemos desde el preescolar.
—Cuando tuvimos que mudarnos a Corea por el trabajo de mi padre, su depresión fue aún mayor—las lágrimas comenzaban a asomarse—. Un día Lee Chan me invitó a salir al parque a lo que yo me negué, no quería salir de casa y dejar a mi hermano solo.
Seokmin me miraba con comprensión en los ojos mientras escuchaba mi relato.
—Pero insistió tanto que finalmente decidí salir con él—ya no pude controlarme más y comencé a llorar— lo dejé solo Seokmin.
Mi voz se quebró y las palabras ya no me salían como antes—cuando volvimos él ya no estaba, se fue para siempre…
Seokmin me rodeó con un brazo reconfortante mientras dejaba salir todo el dolor y la culpa que había estado guardando durante tanto tiempo.
—Si no hubiese salido ese día con Lee Chan, podría haber estado ahí para evitarlo—hablé con dificultad—no se hubiese suicidado.
—Liu Tao, no puedes culparte por lo que sucedió. No podías saber lo que pasaría—me consoló Seokmin, su voz suave y comprensiva—. Y Lee Chan tampoco.
—Lee Chan lo sabía, mi hermano le pidió que me llevara al parque y él lo hizo. Claro que él no sabía que mi hermano haría tal cosa.
Me acurruqué al lado de Seokmin y este me acaricio con delicadeza.
—Pero le prometí que estaría allí para él y no lo hice—susurré entre sollozos, sintiendo el peso abrumador de la culpabilidad.
Seokmin me apretó con más fuerza, ofreciéndome su apoyo silencioso mientras dejaba que las lágrimas fluyeran libremente.
—A veces, las cosas están fuera de nuestro control. Lo importante es que hiciste lo mejor que pudiste en ese momento—me dijo Seokmin, tratando de aliviar mi carga emocional.
Me miró con comprensión, sus ojos transmitían una mezcla de tristeza y empatía.
—Liu Tao, en serio, no debes culparte por algo que estaba fuera de tu control. No eras responsable de las decisiones de tu hermano, ni de lo que Lee Chan pudo o no haber hecho aquel día—me dijo con suavidad.
Sus palabras me sacudieron, pero también me trajeron un poco de consuelo. Aunque seguía sintiendo el dolor de la pérdida de mi hermano, Seokmin me recordó que no tenía que llevar el peso del mundo sobre mis hombros.
—Lee Chan cumplió con el último pedido de tu hermano, no puedes odiarlo para siempre, y menos odiarte a ti por cumplirla.
Las palabras de Seokmin resonaron en mi mente, y poco a poco comenzaron a abrir grietas en la muralla de dolor y culpa que había construido a mi alrededor.
—Entiendo lo que dices, Min, pero es difícil dejar ir el dolor y la ira—respondí con sinceridad, sintiendo el nudo en mi garganta mientras luchaba por contener las emociones abrumadoras que me invadían.
Seokmin asintió comprensivamente, sin juzgarme, por mis sentimientos tumultuosos.
—Lo sé, Liu. Nadie espera que lo hagas de la noche a la mañana. Pero debes permitirte sanar y liberarte de ese peso que llevas sobre tus hombros—me dijo con voz suave, su mirada llena de empatía.
Mis ojos se llenaron de lágrimas nuevamente, pero esta vez eran lágrimas de liberación. Me di cuenta de que había estado aferrándome al dolor y al odio durante demasiado tiempo, y que era hora de dejarlos ir.
—Tienes razón, Min. No puedo seguir viviendo en la sombra del pasado. Necesito encontrar una manera de perdonarme, perdonarlo y seguir adelante—dije con determinación, sintiendo cómo una nueva sensación de esperanza comenzaba a brotar en mi interior.
Seokmin me sonrió con cariño y me dio un abrazo reconfortante.
—Estoy aquí para ti en cada paso del camino, Liu. Siempre lo estaré—me aseguró, y su promesa me llenó de gratitud y fortaleza.
Me sentí agradecida por tener a alguien como Seokmin a mi lado, alguien que nunca dejaba de creer en mí, incluso cuando yo misma había perdido la fe en mí misma.
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capítulo importante. tengo q preguntarles este largo de capítulo les parece muy corto? no sé si debería hacerlos más largos
