Elisa había llegado a su casa y estaba buscando las llaves.
—Por fin en casa, a ver las llaves... ¿Dónde las habré puesto...? ¡Oh claro, estaban en la mochila! Bueno, cogeré las llaves de emergencia.
Elisa fue a mirar debajo del felpudo, pero no encontró nada. Escarbó un poco en las plantas hasta que encontró la copia de las llaves.
—¡Sí, lo sabía! Entraré con mucho sigilo y ya mañana les explicaré lo sucedido a mis padres.
Justo cuando iba a abrir la puerta, escuchó que alguien gritaba su nombre.
—¡Eli, Eli, Elisa, espera!
—¿Qué haces aquí, ha pasado algo?
—Oye, no puedes entrar. Davne ha descubierto que estamos en un universo paralelo. Nos ha enseñado fotos de todos nosotros.
—¿Pero qué estás diciendo? Sabes que eso solo pasa en las películas. No te creo.
—En serio, Eli, mira. Esta se supone que eres tú de este mundo y este soy yo. ¿Ahora me crees?
Elisa hizo una enorme carcajada.
—¿Sabes lo que es el Photoshop?
—¿Qué dices? ¿Crees que sea eso?
—Pues claro. Qué inocente eres, Will. Menos mal que yo soy más lista y no se me escapa una. Ahora déjame, tengo hambre y estoy cansada.
—Creo que no deberías...
—¿Que no debería qué? ¿Entrar en mi casa? Tú solo cállate y no hagas más ruido. Deberías hacer lo mismo que yo e irte a la tuya.
Cuando Elisa se dispuso a abrir la puerta, se encontró con una gran sorpresa: su otro yo estaba saliendo a la misma vez que ella. Las dos chicas se encontraron cara a cara. Eli se quedó totalmente petrificada mientras que la Elisa del mundo paralelo la miró con cara de asco y enfurecida.
—¿Pero qué crees que estás haciendo? ¿Intentando entrar en mi casa? ¿Quieres robar, es eso? ¿Quieres que te parta esa cara tan preciosa que tienes?
—¿Qué? Yo, yo...
—Yo, yo, yo... Habla antes de que me enfurezca más. Te doy tres segundos, tres... Dos... Uno...
—¡Espera, espera! ¿Cómo te llamas?
—Elisa —dijo, arqueando su ceja.
—¡Hostia puta, Eli, te lo dije, joder! Tenemos que irnos y encontrar a los demás. Parece que realmente va a pegarte. Aléjate de ella.
—Yo no quería robar ni nada de eso. Simplemente me he equivocado de casa...
—¿Y cómo tienes las llaves? ¿Acaso tenemos la misma cerradura o qué? ¿Me crees tan ingenua, niñata?
—¡Oye, bonita, no te pases ni un pelo! Te estoy hablando bien, así que no te pases.
—A mí no me levantes la voz. ¿Y tú, Will? ¿Qué haces con esta cría?
—Mmm...
—¿Qué pasa? ¿De repente no sabes hablar? —dijo mofándose, con los brazos cruzados, apoyada en el marco de la puerta.
—Oye, tía, esta chica es mi amiga y ahora nos vamos. Así que cierra esa bocaza.
—¿Quieres decir que ahora te acuestas con ella? ¿Tan rápido me has olvidado?
—¿¡Qué!? Puaj, pero qué asco. ¿Tú y yo estamos liados? Ahora sí creo que estamos en otro mundo. Vámonos ya, Will.
—Che, che, che. ¿Dónde vais tan rápido, chicos? ¿Qué es eso de otro mundo? Estáis muy locos, eh —dijo entre carcajadas.
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Donde el espejo nos separa
Ficção AdolescenteKatherine nunca imaginó que su vida ordinaria daría un giro tan extraordinario. De un momento a otro, se encuentra atrapada en un universo paralelo, donde descubre que tiene un doble, al igual que sus amigos más cercanos. En este nuevo mundo, la ten...