—De acuerdo, pongamos que me creo todo lo que acabas de contarme. ¿Cuál es tu plan? —pregunté con una mezcla de escepticismo y curiosidad, mirando fijamente a Dylan.Él me miró sorprendido, sus ojos brillaban con un rastro de esperanza.
—¿Me crees?
—Todavía no acabo de aceptar que no seas Dylan, pero ¿qué más puedo hacer? —respondí, con tono resignado pero firme.
—Kat, ¿qué más da mi nombre? Lo importante es a quién has conocido. Yo soy la persona que has conocido. Debes seguir llamándome Dylan. El plan es el siguiente, escucha atentamente.
—Espera, primero suéltame, por favor. Derek ha apretado tanto esto que me está cortando la circulación —dije, mi voz reflejaba mi incomodidad.
—Oh claro, tienes razón. Perdona, lo había olvidado —dijo Dylan, con su expresión cambiando a una de culpabilidad.
"Ah, sí, claro que lo había olvidado. ¿Cómo va a olvidar que estoy atada? Será idiota. ¿Acaso es que no tiene ojos en la cara? No ha parado de mirarme ni un solo segundo. Seguro que tampoco se fía de mí, es normal después de lo sucedido", pensé, observando su torpeza mientras intentaba desatarme.
Mientras Dylan desataba las cuerdas, noté que temblaba, sus manos no se encontraban tan seguras como pretendía. Cuando por fin me liberé, mis muñecas estaban doloridas y rojizas. Me froté las muñecas, tratando de aliviar el dolor.
—Agg, me duelen las muñecas —dije, lanzando una mirada de reproche a Derek. Él solo me observó indiferentemente.
—Si no te hubieras puesto así, no tendría que haberte atado —replicó Derek, su tono fue frío y distante.
—¿Hacía falta apretar tanto? ¿Soy una supermujer con fuerza sobrenatural o qué? —repliqué sarcásticamente.
Dylan soltó una carcajada, rompiendo momentáneamente la tensión.
—Bien, pongámonos serios, chicos. Kat, el plan es el siguiente. Digamos que estoy 'compinchado' con esos idiotas y voy a entregarte.
—Ya empiezas mal, te lo digo —interrumpí, mi tono reflejaba desconfianza.
—Espera y escucha —dijo Dylan con una paciencia inusual.
Su voz era calmada, pero había una urgencia latente en su tono.
—Ellos creen que soy su secuaz. Después de que me soltaran y me dieran una nueva identidad, siguieron en contacto conmigo. Tan solo tenía catorce años y estaba asustado, así que les seguí la corriente. En todo este tiempo he visto muchas cosas. Estaba claro que no me soltaron porque sí; su idea era reclutarme y que fuera uno de ellos. Cuando se enteraron de que el hombre de la cicatriz había traído a unos estudiantes que también tenían sus gemelos cerca, se emocionaron mucho. Poco después, se enteraron de que yo te ayudé. Yo no sabía que eras de otro universo, Kat. Tenía mis sospechas, es cierto, pero quienes me lo confirmaron fueron ellos. Además, cuando te recogí en la carretera, ya me parecía extraña tu actitud.
—Espera, ya que nos estamos sincerando —interrumpí—. En la carretera vi a un hombre que parecía un vagabundo. Él estaba muy asustado, parecía que acababa de escapar de algún subterráneo o algo. Iba lleno de tierra y me dijo que tenía que salir de aquí, que este no era mi mundo y que corría peligro. Prácticamente, él fue el primero que me avisó de todo, aunque yo no le hice caso. Me pareció un loco. Imagínate la situación.
Dylan asintió lentamente, sus ojos mostrando una mezcla de reconocimiento y tristeza.
—Sé de quién hablas. También lo vi. Sé quién es. Ese pobre hombre creo que tuvo la peor suerte de todas. Vino también cuando solo era un niño. Con él experimentaron diferente, ya que su yo de este mundo estaba muerto. El pobre ha sido sometido a toda clase de experimentos. Siento decir que ese hombre ha estado encerrado por muchos años. Logró escapar, pero hace poco lo encontraron. Esta vez se excedieron con él. Digamos que accidentalmente lo mataron.
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Donde el espejo nos separa
Teen FictionKatherine nunca imaginó que su vida ordinaria daría un giro tan extraordinario. De un momento a otro, se encuentra atrapada en un universo paralelo, donde descubre que tiene un doble, al igual que sus amigos más cercanos. En este nuevo mundo, la ten...