Capítulo 18

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Cayó la noche y todo estaba listo para la acción. Dylan y Derek habían preparado meticulosamente todo lo que necesitábamos. Durante todo el día, me había dedicado a practicar cómo desatarme, pero aún no estaba segura de cómo simular estar dormida. Sin embargo, sabía que tenía que hacerlo perfectamente. Hoy, mis habilidades artísticas se pondrían a prueba como nunca antes. Estaba nerviosa y asustada. ¿Cómo podía estar pasando todo esto? En el fondo, una parte de mí se resistía a creer que fuera real. Pero al ver a Dylan y Derek tan decididos y preparados, comencé a aceptarlo. El plan seguía en marcha tal como lo habíamos planeado: Davne entraría por los conductos de ventilación para encontrarse con Derek y los demás, mientras que yo entraría con Dylan y Derek, simulando estar sedada y bien atada. Mikel no debía sospechar nada, de lo contrario, todo estaría perdido. Dylan conocía bien a Mikel, así que solo tenía que confiar en él. Todo saldría bien.

Dylan se acercó a mí, con nuestros rostros a escasos milímetros de distancia, y me susurró:

—¿Estás lista? Terminemos con esto de una vez.

Me sentí segura y decidida, y le respondí:

—¡Vamos por ellos!

Él sonrió y me besó apasionadamente, un gesto que no me esperaba pero que me llenó de emoción. Fue el beso más hermoso y apasionado que había experimentado, lleno de pasión, dulzura y esperanza. Cuando se apartó y volvió a mirarme a los ojos, dijo:

—Vamos, voy a atarte. ¿De acuerdo?

—Átame —respondí.

Nos subimos al todoterreno de Dylan, con Derek al volante y Dylan en el asiento del copiloto. Davne se escondió en el maletero, mientras yo me acomodé en el asiento trasero detrás de Derek. De vez en cuando, Dylan me miraba con una sonrisa pícara, como si todo estuviera bajo control. A pesar de que llevaba cuatro tranquilizantes en mi cuerpo, aún experimentaba espasmos nerviosos de vez en cuando. Sentir las caricias de Dylan en mis piernas me tranquilizaba, haciéndome sentir que no tenía nada que temer mientras estuviera a su lado.

—Estamos llegando a la central —anunció Derek.

—¿Estás listo, Derek? — le preguntó Dylan, buscando confirmación de su mano derecha.

—Más que nunca —respondió Derek con seguridad

—¿Katherine, recuerdas cómo desatarte? —inquirió Dylan hacia mí.

—Sí, lo recuerdo.

—Está todo preparado. No os preocupéis por nada, esto termina esta noche —anunció Dylan decidido.

Mientras nos acercábamos a la central, sentía cómo mi pulso se aceleraba más y más. Debía calmarme de inmediato. No podía permitir que mis nervios arruinaran el plan. Apenas minutos antes de llegar, Dylan volvió a mirarme.

—Kat, tranquilízate. Estamos a dos minutos de llegar. Confía en que todo saldrá según lo planeado. ¿Tienes la pistola eléctrica bien escondida y a mano?

—Sí.

—Perfecto. Esto comienza ahora. Mantén la calma y simula estar dormida. Una vez que todo haya terminado, tú y yo continuaremos con nuestros planes.

Sus palabras aceleraron aún más mi corazón.

Finalmente llegamos al lugar. La atmósfera era espeluznante, rodeada de una torre alta y sombría. Solo faltaban nubes negras para que pareciera aún más aterrador. Derek salió del coche y me levantó en brazos. Dejé mi peso muerto y sentí cómo le costaba cargar conmigo, a pesar de su fuerza. Todos empezamos la actuación apenas salimos del vehículo.

Donde el espejo nos separaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora