Calentando algo de ramen instantáneo en el microondas, Kira se sentó sobre la encimera de su cocina para esperar con los brazos cruzados.
Luego de haber sido expulsado de Blue Lock, todo por culpa de quien creyó que era su amigo, Kira no tenía el valor suficiente para plantarse en casa de sus padres con sus maletas y volver a ir con normalidad al instituto, sabiendo que el fútbol pasó de ser su razón de vivir a tener que quedar estancando en un pasatiempo.
No es que culpara a Isagi ni nada por su expulsión, pero no pudo evitar sentirse algo resentido.
Además se le caería la cara de vergüenza con tan solo pensar en volver a casa, después de todo siempre había dicho que el fútbol era el amor de su vida.
Por eso, con el dinero que le daban semanalmente sus padres, se había alquilado un muy pequeño piso donde detenerse a meditar para no tomar ninguna acción de forma precipitada.
Apenas habían pasado dos días desde que dejó Blue Lock, pero durante cada segundo desde que partió el tormento fue tan grande que su cabeza daba vueltas en busca de soluciones.
Si no podía jugar de forma profesional en Japón, lo más normal sería irse, estar 10 años en algún país para tomar la nacionalidad y jugar el mundial con esa selección, o tal vez solo no jugar jamás el mundial.
La idea no sonaba tan increíble cuando sus padres tenían gran apego a su país y nunca lo dejarían mudarse él solo a otro país con la edad que tiene.
Bip bip
El microondas le recordó sacar el ramen caliente para poder consumirlo, y así hizo.
"Ay, ay, quema, joder" Se quejo al dejar el envase sobre una encimera, ahora de pie, y clavando unos palillos para poder comer mejor en la mesa.
Pero aunque se movía por su apartamento, su mente estaba en otro lugar, divagando y solo pensando en los 'Y si?'.
Pero los 'y si?' no existen y hay una sola realidad, y Kira lo tenía que afrontar.
Sentado, comiendo con mala cara su ramen, el rubio platinado seguía pensando en sus opciones. La posibilidad de jugar algún otro deporte estaba ahí.
Pero realmente además del fútbol solo había intentando jugar al golf porque su ídolo había dejado el fútbol para dedicarse a ese deporte, lastimosamente Kira no tenía ningún interés real por ese deporte ni mucho menos ninguna habilidad apesar de que había pasado una buena cantidad de tiempo practicando para parecerse a su ídolo.
Y bueno, entre favor y favor había hecho algo de atletismo, ya sabes, carreras de velocidad y así, pero nunca había practicado mucho al respecto.
Entonces, o se dedicaba a alguna de esas dos opciones o buscaba un trabajo común y corriente.
Pero es que sin importar que, le parecía imposible hacer algo que no implicará correr detrás de la pelota de fútbol y marcar goles como un maldito loco, porque eso es lo que llevaba haciendo toda su vida.
Había practicado sin descanso durante años, había ido a clases, a entrenar, había jugado y sido el mejor delantero de su equipo, Kira logro tocar el cielo, pero Ego había tenido que llegar para bajarlo de golpe directamente contra el duro suelo.
"Esto quedaría mucho mejor con un poco de huevo" Decidió en voz baja.
Kira se levantó para echarle algo de huevo a su ramen, mezclarlo y, sin miedo a que nadie lo juzgará, empezó a echarle salsa picante a su ramen como un loco. No, él no aguantaba el picante para nada, lloraba un poco y su estómago terminaba destrozado, pero amaba el sabor (era masoquista).
ESTÁS LEYENDO
Blue Lock: Conectando los Goles
FanfictionEntre los 300 delanteros elegidos para formar parte del proyecto Blue Lock, había un infiltrado en el peor equipo, en el equipo Z. Un mediocampista que debería evaluar el rendimiento de los jugadores de primera mano y bajarles los humos para que el...