Luego de haber terminado de llenar otra hoja de preguntas, Reo espero pacientemente a qué su profesor se detuviera un momento y se tomara el tiempo de revisar sus respuestas.
Al darse cuenta de que el niño ya había terminado sus deberes, el hombre dejo sus cosas en su escritorio y se puso de pie, agarrando la hoja y revisando rápidamente.
Reo siempre fue muy estudioso, así que lo menos que se podía esperar de él eran resultados perfectos. Y Reo siempre cumplía.
A veces, a su profesor le preocupaba que se forzará mucho para mantenerse siempre como el mejor en un intento de llamar la atención de sus padres.
Constantemente sus jefes me repetían que su trabajo no era preocuparse por Reo, pero luego de enseñarle tantas cosas desde que el pequeño tenía 4 años, era difícil no tomarle cariño y terminar preocupándose por él, tendría que ser una persona bastante desalmada para ser indiferente con el niño.
Al final, con la mirada expectante de Reo sobre él, no podía hacer mucho más que felicitarlo por su siempre increíble trabajo.
"Muy bien hecho. Eres un niño bastante inteligente" Halagó como siempre hacia, cada día, luego de que Reo terminará sus estudios, decía la misma frase, hasta el profesor estaba cansado de esa rutina "Creo que es un buen momento para descansar".
Se dió la vuelta para guardar sus cosas, ya casi era hora de irse, noto en cuento vio el reloj en su muñeca.
"Si" A sus espaldas, Reo también empacó sus cosas.
El niño iba a la escuela, pero sin importar el nivel de esta misma, sus padre creían que no era suficiente, por eso lo habían contratado.
Pero ese día, ese día fue especial, y el profesor se encargaría de recordárselo a Reo, las veces que sea necesario.
Últimamente había pasado mucho tiempo complaciendo los caprichos más tontos del niño de pelo morado, desde comprarle mucho chicle hasta llevarlo al parque para que pueda alimentar a los patos.
Mientras sus padres no vieran a través de sus muchas escusas, todo estaría bien.
"Oye Reo... Te acuerdas de que día es hoy?" Con cuidado, el profesor saco una caja de su bolso, observando como Reo negaba con la cabeza "Bueno, hoy es tu cumpleaños, así que te traje un regalo".
Sus padres nunca le habían hecho una fiesta de cumpleaños, de hecho, solo realizaban fiesta cuando tenían que cerrar tratos importantes o querían formar relaciones con gente rica, siempre pensando en negocios.
Si el profesor pudiera describirlos con una sola palabra, sería como unos aguafiestas.
"Un regalo?" Preguntó el niño con esa voz con un tono cantarin e inocente.
"Es todo tuyo, ábrelo".
Le entrego con suavidad y delicadeza el regalo, mirando ansioso como el niño lo abría lentamente con manos temblorosas, quitando con suavidad el papel de regalo y dejándolo a un lado de forma descuidada.
Fue extraño ver al siempre serio Reo sentando en el suelo, abriendo con cierta emoción una caja de regalo. Una imagen que calentaría el corazón de cualquiera.
"Una... Nintendo nes?" Murmuró el niño con sorpresa, sus ojos iluminados por la ilusión, un brillo que se reflejaba en una sonrisa que decoraba orgullosamente sus labios, una sonrisa capaz de iluminar toda la habitación "De dónde la sacaste?".
El profesor acarició cariñosamente su cabello, revolviendo todo su pelo, una imagen bastante diferente al del siempre pulcro Reo.
"Es... Era mí consola, me la regaló mi hermana mayor cuando yo tenía más o menos tu edad" Explicó el profesor, quien tomo con cariño y suavidad las manos del niño para quitarle la nintendo nes y conectarla al televisor de la sala de estudios "Quieres jugar?" Preguntó con una sonrisa.
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Blue Lock: Conectando los Goles
Fiksi PenggemarEntre los 300 delanteros elegidos para formar parte del proyecto Blue Lock, había un infiltrado en el peor equipo, en el equipo Z. Un mediocampista que debería evaluar el rendimiento de los jugadores de primera mano y bajarles los humos para que el...