Un chico de pelo grisáceo desordenado, y ojos verdes oliva, apenas visibles tras sus pestañas, pues sus ojos entrecerrados dificultaban que los demás pudieran apreciar su color, caminaba por las instalaciones de Blue Lock, vestido con la ropa que le habían proporcionado.
Ropa que consistía en una camisa manga larga naranja, con el símbolo del proyecto dibujado al lado izquierdo del pecho, y unos pantalones holgados negros.
Sin darle importancia a nada, ese chico pisaba el suelo con pies descalzos, ignorando las miradas curiosas que le dirigían. Con la mirada baja, atravesó no solo él comedor y algunas canchas que estaban siendo utilizadas, si no que también paso por el medio del baño, irrumpiendo en la privacidad de los demás. Todo eso solo con el objetivo de llegar a una pequeña capilla que había sido instalada en los edificios.
Por razones más que nada legales, los ejecutivos del proyecto tuvieron que dedicar un pequeño espacio para la religión, para evitar así cualquier demanda por ser discriminados por su religión.
Aunque ese espacio había intentado ser un lugar neutro donde todos practicarán su propia religión, la mayoría de las personas en Blue Lock practicaban el Budismo o el Sintoismo, así que el espacio había quedado condicionado a la práctica de aquellas religiones.
Por suerte para ese chico, su presencia e insistencia era tal, que le habían dejado su pequeño lugar en una esquina para que practicará su religión.
A pesar de haber nacido y crecido en Japón, con padres japoneses, su familia practicaba la religión católica, y aunque el chico no se consideraba ni un fanático ni el más creyente, tenía una gran fe, así que se dedicó a rezar todas las mañanas, por salud, por prosperidad, para así tener la fuerza necesaria, para no rendirse y continuar luchando por su sueño.
Siendo la mayoría de los que entraban adolescentes inmaduros, se había tenido que acostumbrar al ruido, por eso no noto la llegada de un chico de pelos multicolor y de un francés.
"Así que aquí es donde practican sus rituales sagrados y así los Japoneses" Hablo el chico de pelos multicolor en inglés, mientras el chico a su lado asentía con la cabeza.
"Si, pero no parece que practiquen mucho el cristianismo" Fue la respuesta del francés, con una voz mucho más calmada y clara.
El chico no sabía mucho de otros idiomas, solo alguna que otra palabra en inglés, pero aún así, entendió un poco que querían los chicos, así que termino su rezo, y se levantó de su lugar para darles la bienvenida.
"Ustedes dos, si quieren... Pueden acompañarme a mi pequeño espacio, y rezar conmigo" Balbuceo tontamente un par de palabras en inglés, apuntando a su espacio que estaba entre los demás.
Fue fácil para ambos extranjeros darse cuenta de que religión practicaba aquel chico, así que sin más, se le unieron.
Así que todos se arrodillaron en un pequeño espacio, ante un altar improvisado, siendo el chico rubio ceniza el que sostenía una pequeña cruz en sus manos y lideraba la oración.
Naturalmente no podían hacer misa ni ceremonia ni mucho más, pero fue un buen momento para los tres.
"No sabía que los japoneses practicaban el cristianismo" Para sorpresa del chico, el argentino, que tenía un claro acento y había hablado antes en inglés, le habló en japonés, como si estuviera acostumbrado al idioma.
Guardando todas sus cosas en silencio, el chico de aspecto desordenado, sonrió un poco mirando a Pablo de reojo antes de responder.
"No muchos lo hacen, aquí en Blue Lock, soy el único" Admitió al ponerse de pie, le fue mucho más fácil hablar en su idioma de origen.
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Blue Lock: Conectando los Goles
FanfictionEntre los 300 delanteros elegidos para formar parte del proyecto Blue Lock, había un infiltrado en el peor equipo, en el equipo Z. Un mediocampista que debería evaluar el rendimiento de los jugadores de primera mano y bajarles los humos para que el...