[31]Si, Nunca has mentido.

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Aisha

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Aisha.

Esta vez salí temprano, me alegro de que sea así, podré llegar temprano a casa y podré ver a Leo mucho antes.

Le escribiré para que ya valla llendo a la casa.

Saque mi teléfono saliendo del salón y mucho antes de poder márcale Marlyn apareció a mi lado.

—Coño Marlyn me asustas...—Me pongo la mano con el teléfono en el pecho—No vuelvas a hacer eso.

Ella se queda callada.

—Me voy a ir para mi casa el profesor no vino—Le digo contenta y ella sabe el porque.

Su cara de tranquilidad pasa a una de incomodidad.

—Ai ¿Estás segura de que Leo irá a tu casa?—Me pregunta tomándome de las manos.

Yo la miro confundida—Pues claro el me dijo que lo haría o ¿Por qué no lo haría? ¿Tu sabes algo que yo no?.

—No, no que dices..., emm solo lo digo porque no quiero que sufras más por el es todo—Su voz suena más tranquila que antes.

Yo fuerzo una sonrisa y le doy un abrazo de despedida.

Ella me lo correspondió enseguida y escuché como suspiraba detrás de mi oreja, me solté de ella y le volví a dar una sonrisa está vez para caminar por el largo pasillo de la universidad hasta llegar a la puerta de salida.

El sol estaba escondida detrás de una gran nube dándome mucha sombra, ya por lo menos no me quemaré tanto en este semestre. Mi camino a casa siempre es aburrido pero hoy no lo es, mi corazón late con más fuerzas y las pocas ganas de caminar y levantarme de la cama se fueron está mañana al imaginarme volviendo a mi casa, encontrándome a Gabriel allí en mi habitación para que más tarde viera a Leo otra vez como si nada hubiera pasado, es como si mis sueños se estuvieran volviendo realidad.

El viento me toca la cara dándome tranquilidad y seguridad en mi otra vez, como cuando estaba con Gabriel teníamos el ego en el cielo mientras que el autoestima en el suelo, decíamos que eramos los más bellos de nuestro salón sin importar que parecíamos ratas de alcantarilla. Recordar es vivir y en este momento lo estoy disfrutando, cada momento de felicidad me da más ganas de querer disfrutar lo que me queda de juventud, tengo que salir más con mis amigos debo de aprovechar el momento que me queda para viajar a conocer lugares que no he conocido. No quiero seguir llorando más, no quiero volver a fingir una sonrisa es horrible porque pasas momentos lindos con personas que quieres con un sentimiento que no sientes, para mí ya se estaba haciendo costumbre pero es hora de cambiar eso.

Mientras que iba cruzando la calle para ir a las primeras cuadras de mi casa me encuentro a un viejo amigo, estudiábamos juntos en la primaria despues de que entramos a la secundaria se olvidó de quien era yo y cada vez que lo saludaba me ignoraba, por mucho tiempo creí que yo le caía mal pero una tarde de esos encuentros medios incómodos el decidio saludarme y preguntarme.

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