Ella cometió un error el cual ya no puede reparar, el cometió un error el cual logra aceptar y no cambiar. Quieren recuperar el tiempo perdido llegando a la conclusión de no seguir más e ir por caminos separados. ¿Cuál es el error?
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Aisha.
Un año...
Un año sin ver a mis padres, un año sin ver a mis tíos, abuelos y primos. Nuevas vistas, nuevos sentimientos cambios en mi que nunca me imaginé tener. Mi cabello largo y castaño se fue, ahora es corto color negro chocolate, el negro es mi color natural el castaño fue solo algo temporal, lo odiaba. Odiaba ese color hasta que me lo pinte, todo el mundo tenía que ver conmigo con ese cambio.
Esperemos que nadie diga nada del nuevo corte que tengo o piensen que soy lesbiana solo por el corte, la moto y que no he tenido novio durante mi viaje. Soy fiel a mi soltería es lo único que puedo pensar. Me olvidé de lo que quería y tenía con Leo, los problemas las peleas y lo último que ví de él.
Conocí a un chico super lindo, cariñoso conmigo en todo momento que me la pasaba con él y con otras personas también, sabía mi historia era amigo de Gabriel es obvio que le contó todo de mí. Gracias a él y a Gabriel pude superar todo, deje lo malo atrás y me concentre en mi en lo que quería ser y lo que tenia que hacer para lograrlo. Me metí en una academia de baile donde pude conocer a varios bailarines muy buenos, también estaba Daniel allí el chico que me trataba bonito sin miedo a lo que nos dijeran. Yo pasaba pena por eso pero él no, para él eso le gustaba.
La casa nueva de mis padres es bonita y grande, la había visto por fotos más no pensaba que fuera tan grande tanto que me hiciera sentir pequeña en la puerta. Mire a Gabriel quien parecía estar viendo un castillo enorme sin saber por dónde entrar. Toque el timbre a un lado de la puerta, esperamos unos segundos y alguien se asomo por un ranura que tiene la puerta.
Se abrió la puerta apenas me miró.
Mi madre parada enfrente de mi, sus ojos con lágrimas y una sonrisa perpleja sin creer que yo estaba en su puerta.
—Mamá—Dije para abrazarla.
Ella me recibió de tal forma que jamás pensé que sería, pensaba que iba a ser seca como lo era antes conmigo que solo me abrazaba cuando le daba la gana, está vez se sintió como el primer abrazo que me hubiera dado, como si volví a nacer.
—¡Ai! Te extrañe muchísimo hija mía—Me toma del rostro y me visualiza de pies a cabeza—.¿Y ese corte? Te vez hermosa tu piel es más blanca ahora.
Lo que tenía que hacer era echarme a reír por la pregunta.
—Sii mamá estoy blanca, es que no iba a la playa—Deje de mirarla en cuanto ví a mi papá asomarse detrás de ella.
—¿¡Aisha!? Estás de vuelta —Sale de la casa y se nos une a nosotras.
Nos envolvimos en un abrazo cálido uno que no pienso olvidar nunca. Con mi papá eran muy pocas las veces que nos demostramos cariño solo cuando estábamos en celebración, como año nuevo o cumpleaños y cosas asi.
***
Adentro de la casa todo es más grande que afuera, una decoración muy bonita el estilo de mi madre decora la sala. Los muebles de color negro hace contraste con la pared blanca, creo que sí no me veía pálida ahora sí me veo gracias a la luz que hay dentro.
