Capítulo 1

231 20 14
                                    

•———————•༻❁༺•———————•

4 AÑOS DESPUÉS.
10 de noviembre.

Pueblo de Waterton.
Alberta, Canadá.
8:48 p.m.

Slenderman.

El frío es tan fuerte que no me basta con esta maldita ropa que traigo encima. Siento como cada parte de mi cuerpo se endurece mucho más mientras espero a ese idiota.

Me he entretenido observando todo a mi alrededor, veo los autos pasar y a las personas igual, conversando y comprando, de aquí para allá, parecen que están tan acostumbrados a estos fríos abrazadores, ni siquiera parece que tiemblen, solo andan por ahí como si nada.

Yo no, no lo he conseguido aún.

Cierro los ojos un momento mientras me cruzo de brazos y escucho atentamente a mi alrededor. Las conversaciones de las personas que pasan por delante mío son lo primero que alcanzan a escuchar mis oídos, ruidos molestos de los autos, ruidos molestos de este pueblo a donde me he venido a meter.

Aún sigo esperando que por lo menos pueda ir obteniendo mis habilidades, aunque solo quiero ilusionarme. Han pasado ya 4 años desde que Zalgo me volvió un humano; ya 4 años siendo un inservible humano común y corriente.

Desde ese entonces no he tenido contacto con él, ni una maldita señal por parte suya. Es evidente que me evita a toda costa y no entiendo qué es lo que planea realmente.

Ni siquiera me ha venido a intentar matar.

— Hey, ¿esperaste mucho? — abro los ojos agotado e irritado cuando lo escucho y lo veo acercarse a mí.

— Por fin... — musito harto mientras veo a ese chico acercarse a mí — He estado esperando demasiado, idiota — menciono molesto y siguiéndolo para entrar al restaurante.

— ¡Hubieras entrado al lugar! Siempre es lo mismo contigo, jefe — dijo él enojado.

— Ya sabes lo que pienso de esperarte en un lugar repleto de gente... Albert — dije asqueado mientras me sentaba en uno de los asientos acolchonados de color rojo y él delante mío.

Y como una maldita mosca, no tardó en llegar una mesera para tomar la orden.

— ¿Qué ordenarán? — preguntó ella.

Dios, no puede ser.

Desde el momento en que llegó y me miró, sentí una vibra rara de ésta mujer; evité mirarla, simplemente me quedé observando hacia la mesa con los brazos cruzados.

— Una taza de café con leche, por favor. ¿Tú quieres algo? — me preguntó Albert mientras colocaba unos papeles en la mesa y los miraba atento, como queriendo acomodarlos en orden para enseñármelos.

— Una taza de café sin azúcar — pedí a la mujer que no dejaba de mirarme, traté de evitar a toda costa su mirada.

— Enseguida te lo traigo, querido — dijo ella mientras posó su mano en mi hombro descaradamente, rápido me exalté y quité su mano de golpe — Evité tocarme, señora — ordené molesto y ella simplemente sonrió.

— Ups, no pensé que fueras tan arisco — mencionó ella antes de irse.

— ¿Sigues siendo así? — preguntó Albert decepcionado — Pensé que estos años te habían ayudado a poder reemblandecerte un poco.

— Cállate, por mujeres como ella no he cambiado. Detesto a todo ser humano que se atreva a tocarme sin permiso. Es asqueroso — dije mientras me recargaba en la mesa — Ahora, dime qué has descubierto.

My Lord || [Creepypasta Slenderman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora