My Lord || [Creepypasta Slenderman]

Capítulo 7

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6:52 p.m.

Slenderman.

— Realmente ella es... — pensé mucho en lo que iba a decir, me sentía ansioso y nervioso por pensar esto — Ella es algo tan distinto a lo que pensé, Albert — mencioné mientras mi compañero me miraba atentamente — No la veo como una obligación para ayudarla a estar a salvo de esos tipos... — dije con enojo de recordarla golpeada y siendo herida cada vez más.

Sabía bien que si no hacía algo ella pasaría por algo muy malo.

— Me gusta ayudarla. Me gusta pasar tiempo con ella. Me gusta... el simple hecho de que me hable y me sonría como sólo ella lo sabe hacer —— confesé mientras su rostro se me venía a la mente. Simplemente deseaba que solo ella me sonriera así, a veces, me ponía a pensar si habrá a alguien más que le sonría de esa manera, eso me hace ponerme celoso.

¿En qué me he convertido para qué me guste tanto la sonrisa de una joven?

Hasta la fecha tengo la cabeza revuelta.

— Wow, no sabía qué eras un poeta — lo miré molesto — Tranquilo, yo entiendo eso. Es un sentimiento sincero que nunca habías sentido. Ahora veo que estoy equivocado, mi amigo.

— Albert, esto es algo que jamás había sentido. Admito que antes de no conocerla bien, era una molestia, pero conmigo mismo, ya qué quería estar solo a toda costa, incluso de ti — pasaron unos segundos de silencio y después decidí hablar — Me cuesta expresarle ésto que siento, a veces siento que...

— No hay necesidad de que sigas... — callé inmediatamente cuando escuché la voz de Nancy hablar aún lado mío. Ella estaba a unos dos metros lejos de nosotros que estábamos en el comedor con el juego de ajedrez sobre la mesa.

— N-Nancy — inmediatamente me levanté de la silla y la miré con sorpresa, temía mucho por lo que hubiera escuchado — ¿Escuchaste?

Qué vergüenza. Esto era algo que no había querido decirle ahora.

— Sí... — musitó ella mientras me miraba a mí y luego a Albert. Tras unos segundos de silencio incómodo ella suspiró y caminó alrededor sofá para tomar el suéter negro que dejó ahí.

¿Por qué está así?
¿Dije algo mal?

— ¿Qué haces? — le pregunté mientras me acerqué a ella y miraba su perfil. Ella tiene una expresión tan seria que me daba un poco de miedo, creo qué jamás me había tocado ver esa clase de expresión — ¿Ya te vas? — pregunté de nuevo y un poco decepcionado, pensando que me dejaría acompañarla a su casa, tal y como le había prometido antier.

— Quiero irme ya — indicó con seriedad mientras se colocaba la bufanda negra que le había dado y al final sus guantes. Ya se había puesto su suéter y finalmente su gorro, lista para irse.

— Bien... — dije mientras fui directo por mi abrigo, estaba dispuesto a ponérmelo pero la mirada de ella me hizo detenerme de golpe, como si me dijera: ¿Qué estás planeando hacer? — ¿Pasa... algo? — pregunté inocentemente y preocupado por ella, ahora noto qué sus ojos están rojizos, sobre todo por él alrededor de estos.

¿Lloró?

— ¿Qué pretendes hacer? — su brusca pregunta hizo qué me quedara aún más congelado, preguntándome el qué había hecho mal.

Nunca la había visto tan seria...
O molesta...

— Te voy a acompañar a tú casa, te lo había prometido — respondí confundido y frunciendo el ceño cuando ella chasqueó la lengua con enojo.