Sabía que no podía ganar pero aún así seguía intentandolo.
Siempre había sido cabezona.El gimnasio siempre apestaba a sudor, era normal pues la función de un gimnasio es que la gente vaya a hacer ejercicio. Papa estaba con su entrenador practicando algunos movimientos de boxeo, después de todo el se dedicaba profesionalmente a ese deporte.
Yo le miraba, sus movimientos eran precisos y fuertes, yo también quería hacerlo igual de bien, me levanté del suelo y lo imité.
—¿Qué haces, pequeña?
—Intento imitar a papá —la pequeña Mia le sonreía a su madre.
—Vamos, acompañame a casa
—Pero, mama. Yo quiero ver a papá entrenar.
—No, vamos.Su madre la agarró de la muñeca y salieron del gimnasio. Después de un rato llegaron a su piso, después todo se volvió borroso.
—¡Mia, ya está el desayuno! —grita papa desde la cocina.
—¡Ya voy! —contesto mientras me siento en la cama, esa pesadilla otra vez, no, ese recuerdo.Me levanto de la cama masageandome la frente por el dolor de cabeza, me cambio, del pijama a la ropa de salir. Últimamente hacía bastante calor así que he elegido un top morado y unos pantalones vaqueros cortos. Recogí mi mochila para ir a la universidad y baje a la cocina.
—Buenos días, papa —Me senté en la mesa mientras mi padre dejaba el desayuno en la mesa.
—Buenos días, Mia.Bebí mi taza de café y repasé que todo en mi mochila estuviera en orden. Después de un rato me levanté de la mesa me despedí de mí padre y salí a buscar a Elena, mi mejor amiga.
Elena y yo somos amigas desde pequeñas, vivimos al lado durante toda nuestra niñez hasta que ella se mudo a la siguiente manzana, ahora vamos juntas a la universidad.
—Hola Mia.
—¿Que tal, Elena? —Elena me abrazó, como siempre hace.
—Bien, cansada ¿Tú?
—Tambien.
—¿Sigues teniendo esas pesadillas?
—Si, cada vez son más frecuentes.
—Despues de lo que pasó, es comprensible.
—Elena, por favor... No quiero seguir hablando de esto.La mañana era fresca, había un poco de niebla y el día era gris. No había sido una buena elección ir en manga corta y con pantalón corto.
—¿Tienes frío?
—Estoy bien.
—Bueno... ¿Qué tal tú padre, se recuperó de la lesión? —Elena se apartó de la cara un mechón de su pelo castaño.
—Si, ya está mejor. La lesión no era tan grave.
—¿Ya le has preguntado si puedes empezar con las clases de boxeo?
—No, no me dejará, es muy protector.
—Despues de lo que pasó con tu madre es entendible.
—Ya, y lo entiendo, pero aún así quiero seguir sus pasos.
—Entiéndelo, es padre soltero de una chica super guapa pero muy cabezona —Elena me apartó un mechón de mi pelo corto, a duras penas me llegaban detrás de las orejas.Después de 10 minutos más o menos llegamos a la universidad, fuimos a clases. Nos sentamos en las gradas del medio.
—Buenos días chicas —Era Alba, una compañera de clase, nos solemos juntar en clases.
—Hola, Alba.
—¿Os habéis enterado de que hay un estudiante nuevo? —dijo ella con emoción—. Es un chico, se ve que es el hijo de un boxeador famoso, como tú Mia.
—¿A si? ¿Quien es igual conozco a su padre?
—No me acuerdo del nombre pero era italiano.
—¿Italiano? ¿Puede ser Ricci?
—No, creo que empezaba por A
—¿Por A? ¿Andreotti?
—No.
—Vaya par —Elena empezó a beber agua un poco divertida por la conversación.
—¡Angelini! ¡Ese era el apellido!Elena escupió el agua de la sorpresa a lo que Alba se rió mientras se le acercaba.
—¿Has dicho "Angelini"? —pregunté sin creermelo.
—Si ¿por?
—Es el hijo de...
—Enzo Angelini
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Contra Todo Pronóstico
ActionMia es una joven de 20 años, quien siguiendo los pasos de su padre empieza en el mundo del boxeo. Pero un evento cambia la vida de Mia Smith, haciendo que descubra cosas enterradas en el pasado. Mientras conoce al hijo del mayor enemigo de su padre...