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El final llegó pero no acabó, no del todo.

Habíamos convencido a las enfermeras de que solo sería un paseo de una hora, ni un minuto más ni un minuto menos.

Fuimos a la comisaría donde Kim dió la orden de que los coches, en silencio, rodearan la cafetería. La cual era en realidad la base de la White Tiger, los policías obedecieron enseguida y en cuestión de minutos ya estaban en los coches listos para salir. El primer coche llegó enseguida, 10 minutos después llego el segundo y así hasta que diez coches rodeaban la cafetería.

Kim, Dylan y yo nos montamos en el último. Kim conducía mientras Dylan y yo estábamos en la parte de atrás, por orden de Kim, claro.

Dylan estaba muy callado y juraría que nervioso, le agarre la mano y empezé a mover mi dedo gordo de arriba abajo, despacio, calmándole.

—¿Seguro que quieres hacer esto? No tienes por qué.
—Si no estoy yo, ¿Quien se asegura de protegerte, Mocciosa?

Suspiré.

—¿No cambias, eh?
—Si lo hiciera, echaría de menos a este Dylan.
—Por supuesto, no me imagino un Dylan cariñoso.

Dylan puso cara de asco.

—No hace falta que lo hagas, suficiente con lo que pasó hace dos noches.
—¿Qué pasó? No me acuerdo —dije con tono de broma, obviamente me acordaba, cuando lloró en la playa cuando nos comprometimos.
—Que mala suerte, porque no lo voy a repetir.

El resto del viaje fue en silencio, había una tensión palpable en el ambiente. De vez en cuando se escuchaba a algún policía al otro lado de la radio, notificando la situación en la cafetería, pero de momento todo estaba tranquilo.

No mucho rato después llegamos, aparcamos el coche estratégicamente, en la carretera de detrás de la cafetería por si acaso a Kate y Aless se les ocurría escapar por detrás.

Caminamos hasta la cafetería, la puerta estaba cerrada pero como trabajaba allí tenía la llave, normalmente la utilizaba para cerrar pero también sirve para abrir, claro es una puerta.

Entramos, primero yo y luego Dylan, el y yo obligamos a Kim a que se quedara atrás así que el mando a unos 3 o 4 policías a acompañarnos.

Todo estaba normal, no había nadie a la vista y todo estaba bastante oscuro.

—Mia, no te separes de mi —Dylan me susurro mientras dirija a los policías a la habitación donde encontré los papeles con la información de Aless y Kate.

Para mi sorpresa Dylan siguió hacia delante llevándonos a un pasillo escondido detrás de un gran armario, se ve que a los mafiosos les gusta esconder habitaciones detrás de armarios.
Dylan entró dentro del armario, este estaba hueco y había una habitación, donde estaban Aless, Kate y un montón de más personas, supongo que serían altos cargos de la Withe Tiger, solo entró Dylan pero los policias y yo pudimos ver la habitacion completa por unos segundos.

—Llegas tarde, Dylan —Aless le dijo muy enfadado, los policías y yo pegamos las orejas al armario para escuchar.
—Lo siento, estaba con mi prometida —juraría que Dylan estaba sonriendo, los policías me miraron de reojo, sonriendo, a lo que yo me puse roja.
—¿Prometida, eh?
—Si, ¿Algún problema, Aless?
—No —Ales alargó la "o" mientras reía suavemente.
—Sabes, Dylan, no pensé que aparecerías —Kate añadio después de un pequeño silencio—. Después de hablar como un traidor no pensé que te presentarías aquí.

Contra Todo PronósticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora