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Dylan

Era sábado, Aless me acababa de llamar, tenían a Mia y a su padre.

«Juro que si le hace algo a Mia le mato y junto con toda su mafia. A su padre que lo mate si quiere, total no le caigo bien.»

—¡Aless! ¡¿En que cojones piensas, stronzo?!*

(*Stronzo: Estúpido pero más vulgar)

Desde la puerta del gran despacho pude ver cómo Aless sonreía mientras Kate me miraba con odio. Que le den a esa niñata.

—¿Así es como hablas a la persona que te cuido? ¿A la persona que te devolvió con tu padre biológico?
—Ni se te ocurra hablar de eso.
—¿Pero que pasa, girino?*

(*Girino: Renacuajo)

Como le toques un pelo te mato.

Kate se levantó y me apuntó con su cuchillo.

—Mas te vale que controles esa lengua tuya, Dylan. O tendré que cortártela.
—No lo arías a no ser que tú querido jefe te lo ordene.
—¿Me estás retando?
—¿Tienes miedo, nenita?
—¡Ya vale! Kate, guarda ese cuchillo, ahora. —Kate enseguida guardo el arma y se apartó—. Y tu Dylan, no seas tan emocional por una niña.

Le miré, era obvio que ninguno de los dos presentes me haría caso.

—Alessandro. Le tocas y te mando al otro lado.
—Que pesado —Aless puso los ojos en blanco—. Es solo una chica más.

—No. Ella será mi esposa, fratello* además tú harías lo mismo por la persona que te alegra el día con solo verla en la misma sala.

(* Fratello: hermano)

Claro, claro. Kate, ¿Se rías tan amable de acompañar a Dylan a la fiesta?
—Si, jefe.

Kate me miró y me indicó que saliera de la oficina. Una vez en el pasillo Kate me agarró del brazo y me miró muy enfadada.

—No creas que me ha gustado ni un poco como has hablado de mi melliza.
—¿Y?

—Que espero que sepas que no tienes ninguna posibilidad con ella.
—Querida, ya lo hemos hecho.

Kate se me quedó mirando sorprendida, después enfadada. 

«Dios está niñata me va a matar»

—¡Dylan! —Kate gritó tan alto que me quedé sordo—. Como le hayas puesto un dedo encima a mí hermana te juro que te cortó la parte con la que la tocaste.
—Entonces empieza a cortar bonita que me dejaras solo con la cabeza.

Continué caminando hacia la fiesta que Alessandro empezaba a celebrar, con la molestia siguiéndome. Y para molestia me refiero a Kate.

—Ya te gustaría que Aless te tocará como yo a tu querida hermanita.

Kate se quedó paralizada y muy roja, era obvio que estaba muy enamorada de Aless y el lo sabía, y aunque no lo mostrará el también. Aless le trataba diferente, era ligeramente más blando con ella, más que conmigo y eso ya es decir bastante. Pues el me ve prácticamente como el hermano pequeño, la cosa que nunca tuvo su familia.

—Cállate imbécil.
—Es verdad.
—¿El que? ¿Qué eres un imbécil? Salta a la vista.
—Tanto como que tu quieres a Aless.

Llegamos a la fiesta, todos eran altos cargos de la mafia y sus esposas. Kate me llevó cerca de la salida, me empezó ha hablar de como me tenía que comportar o algo así, no la escuchaba. Estaba distraído pensando en otras cosas como que podría hacer para sacar a Mia de ahí, supongo que a su padre también.

Contra Todo PronósticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora