Capítulo 29 - Solos al fin

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Día 2

El sitio que Jack me había dicho era increíblemente mágico. Debo admitir que al principio me costó un poco encontrarlo, y Ken no paraba de preguntar a dónde íbamos a la vez que yo lo mandaba a callar para concentrarme. Pero finalmente habíamos llegado, con dos granizados medio desechos y con mucho calor.

El sitio constaba de adentrarnos un poco en la pequeña montaña que estaba junto a la playa y caminando un poco llegaríamos a un acantilado donde Jack me juro que veríamos un atardecer increíble. Y ya creo que fue así, porque llegamos justos en el momento preciso y nos quito las palabras de la boca. Al menos durante un rato.

- ¿Por qué nos hemos ido tan de repente? – me pregunta algo contrariado.

- ¿Querías quedarte? – pregunto sin mirarle a la cara.

- Me daba igual la verdad. Aunque ha estado bien que nos vayamos. – noto su sonrisa y sus ojos clavados en mi. – Este sitio está muy bien.

- Quería que estuviéramos a solas de una vez... Últimamente estaba resultando imposible, siempre había una persona más como mínimo de por medio.

- ¿Y por qué no me lo dijiste?

- Lo intenté, pero ya tenías planes. Yo también, pero iba a cancelarlos para estar contigo.

- Lo siento, no lo entendí.

- Ya, siempre te ha costado bastante.

- ¡Mira quién habla! – se burla.

- Lo acepto, tal vez ninguno seamos el ejemplo indicado. – digo riéndome. – ¿Oye, te molesto que no quisiera salir mientras hacíamos los exámenes?

- Para nada, era comprensible. Si no lo hubieses dicho tú, lo hubiera dicho yo. Conseguirás esa plaza en la universidad, y además tengo una buena noticia, la escuela de cocina a la que me voy a apuntar al final esta solo a diez minutos en bus y también tiene horarios de mañana.

- ¿Pero ya te has apuntado?

- Bueno, aún no se han abierto los plazos para la matricula, pero por ahora mi nota media era buena como para tener una plaza fija. – sonríe satisfecho.

- Me alegro mucho. ¿Pero como que al final has cambiado de centro?

- El otro estaba muy lejos y tendría que madrugar mucho...

- ¿En serio?

- Ya sabes que me gusta dormir, no podría soportarlo... - se queja entre risas de ambos.

- Que infantil eres... - me burlo de él.

- También debo admitir... - se acerca más a mí hasta que nuestras narices se rozan. – Que no quería estar lejos de ti.

- Eso me parece mejor.

Le doy un beso rápido, seguido de otros tres besos rápidos, que acabaron con un efusivo beso mientras los últimos rayos de sol bañaban las aguas que rompían contra las piedras.

******

Por la noche, algo extraño sucedió, mientras las chicas y yo nos lavábamos los dientes y nos preparábamos para volver a la cama y hablar hasta las tantas, unos nudillos golpearon suavemente la puerta. Era Iris, que venía con su pijama puesto y un neceser con algunas de sus cosas.

Nuestras cuatro cabezas se asomaron sorprendidas al verla, pero más nos sorprendimos cuando ella hablo.

- Nathaniel y Melody me han echado de la habitación.

- ¿Qué? – gritamos las cuatro a pleno pulmón.

- ¡¡¡Shhh!!! – nos dice Iris entrando y cerrando la puerta tras ella. – Que los profesores se podrían enterar.

La sombra de Ken [CdM FAnfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora