Capítulo 30 - Buenos días

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Día 3

El zumbido del móvil de Ken me saca de mi sueño, en la pantalla aparece el nombre de Rosa.

- ¿Qué pasa? – pregunto con voz carrasposa.

- Tienes diez minutos para volver a la habitación.

- ¿De qué hablas? – pregunto todavía en trance y sin entender a que viene.

- Hablo de que en media hora los profesores nos quieren en el restaurante y más vale que no nos arriesguemos a que te pillen.

- ¡Mierda! – digo volviendo a la realidad y cayendo en la cuenta de donde estoy. – En un rato estoy allí.

Le colgué al acabar mis palabras y me giré para ver a mi novio, durmiendo sereno y boca abajo. Mis actos salieron solos y empecé a besuquearle la cara y el cuello.

- Buenos días, Ken. – le susurré al oído para que se despertara.

Viendo que mis métodos cariñosos no eran efectivos con él, hice lo más inteligente que podía hacer. Me levanté de la cama y me tiré en plancha sobre él, despertándolo en un grito.

- Me tengo que volver a mi cuarto.

- ¿Ya? ¿Qué hora es? – pregunta rascándose los ojos. – Bueno te acompaño a la puerta.

- Nos vemos luego. – digo dándole un beso de despedida en la puerta antes de irme.

El asiente con una sonrisa, probablemente se vuelva a la cama hasta que vuelva Nath y lo despierte.

Por algún motivo la puerta de nuestra habitación ya estaba abierta y me encuentro a las chicas saliendo del lavabo para abordarme a preguntas. Iris aún está aquí, dice que quiere saber qué ha pasado antes de irse. Al final les acabo contando lo que ha pasado, obviamente sin entrar en muchos detalles, pero su insistencia acaba haciendo que cuente más de lo que quería en un principio.

En la cafetería las cosas no mejoran, en la mesa nos encontramos Rosa, Iris, Violeta, Kim, Melody, Alexy y Peggy, que visto que ya no podrá publicar nada más en el periódico, se nos une como una amiga más con ganas de saber todos los detalles escabrosos. Para mi desgracia, yo soy la primera en ser abordada con un interrogatorio, pero a la vez tengo suerte porque como las chicas ya han escuchado todo quieren pasar a la siguiente, que resulta ser Melody.

La pobre nos acaba contando todo, y mis amigos, buitres como son, sacan hasta el último detalle. Nos acaba diciendo que llevaban un mes saliendo en secreto y para sorpresa de todos fue Nath quien se confeso, alegando que estaba enamorado de ella desde hacia tiempo. Melody, por supuesto, no tardo en tirarse a sus brazos, y para su inmensa felicidad ahora eran una pareja formal y sin esconderse.


El resto del día pasa exageradamente rápido, y para cuando nos queremos dar cuenta ya estamos cargando las maletas en el autobús que nos llevara de vuelta a casa. Pero un acalorado Jack, con pintas de haber corrido una maratón aún tiene algo que decir.

- Buenos días chicos... - susurra entre jadeos.

- ¿Buenos días? – decimos todos los presente que ya lo conocíamos. - ¡Son las cinco de la tarde!

- Perdón, es que me acabo de levantar. No he sido capaz de escuchar el despertador...

- A quien me recuerda eso... - le susurro a Ken, que me sonríe encogiéndose de hombros.

- Por poco no llego a despedirme de vosotros. – dice haciendo que aparezca esa sonrisa que hace que todas y Alexy nos quedemos embobados.

- ¿Quién es este chico? – oigo que le pregunta Melody a Iris.

- El ligue de Alexy.

- Madre mía... - balbucea perdiéndose en el torso desnudo del chico. - ¿Cómo que no me entero hasta ahora?

- Me ha gustado mucho conoceros me habéis caído todos estupendamente. Espero volver a veros pronto.

- Nosotros igual. – dice Rosa tan dulce como siempre.

Todos nos despedimos de él con dos besos, o en su debido caso con apretones de mano. Cuando es mi turno me susurra preguntándome a la oreja como fue la tarde anterior, un gesto mío con el dedo pulgar le desvela todo.

- Alexy me ha pasado vuestros números de teléfono, espero que no os importe.

- Para nada. – gritamos todas.

Todos nos subimos al autobús despidiéndonos con la mano todo el rato y dejando a Alexy atrás hablando con él, con una inmensa curiosidad por saber que hablan. Cuando el profesor considera que es hora de acabar esa charla, se vuelven a despedir con dos besos y un pequeño abrazo. Hacen una pareja muy bonita.

Jack se queda agitando la mano todo el rato hasta que desaparecemos de su campo visual, al igual que nosotros con él.

No solo ha sido un viaje espectacular, también hemos conocido a un chico espectacular, que algo me dice que veremos en el futuro mucho más, y no me equivoco con ello, solo hace falta ver la forma en que Alexy y él se miraban a los ojos.


Me paso el viaje durmiendo sobre el hombro de Ken y él reposado sobre mi cabeza. Nuestros amigos nos despiertan cuando el autobús ha llegado a nuestras casas, ya que pasa puerta por puerta de todos los estudiantes.

- Adiós chicos, nos vemos el día de la recogida de notas. – me despido de todos en general.

- Hasta entonces. – me contestan. – Adiós.

Cuando el ascensor nos deja en nuestra planta, nos encontramos la mejor bienvenida posible. Cookie ladra despavorido antes de tirarse sobre Ken dándole lametazos de felicidad. Ken suelta su maleta y lo abraza y lo acaricia, los dos se han añorado por igual.

- ¡Yo también quiero! – le recrimino a Cookie, que parece entenderme porque se lanza sobre mí igual de contento.

Los padres de Ken ya nos esperaban en la puerta, pero los míos salen al escuchar tanto jaleo. Nuestros padres se lanzan sobre nosotros preguntándonos como nos ha ido. Excepto el padre de Ken, que se mantiene en su línea de tortazos en la espalda, carcajadas sonoras, hasta que coge a su hijo por los hombros y se lo pega a él en un medio abrazo de lado.

Las cosas han cambiado de manera abismal entre ellos dos, su padre ha dejado de pasarse meses fuera, lo máximo que está ahora son tres días, además ha empezado a entender a su hijo y a relacionarse más con él. Le ayuda en todo lo que puede y por fin se ha convertido en ese soporte paterno que siempre había necesitado Ken, además de que Yuna ahora se ve mucho más feliz, si es que era posible que esa mujer fuera más feliz.

Como sea, yo estoy muy feliz por ellos. Ya era hora de que esa familia volviera a ser de tres, o bueno, de cuatro contando a Cookie que también es otro más de esta familia, que también me incluyen a mí y a mis padres. Al fin y al cabo ha sido siempre así, y así seguirá siendo por muchos años más.

La sombra de Ken [CdM FAnfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora