Prólogo y Agradecimientos

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Por fin había llegado el día tan esperado. Mi madre, Yuna y Rosa, me miraban con ojos cristalinos mientras me daban unos últimos retoques. Yo me miraba al espejo, ya estaba perfecta.

Picaron a la puerta, probablemente sería mi padre.

- Será tu padre. - dice mi madre a la par que mis pensamientos.

- Abro yo. - digo saliendo hacia la puerta y zafándome de las manos que no paran de retocar cosas de mi vestido o peinado.

En cuanto abra la puerta y mi padre me ve, se queda con la boca abierta mirando de arriba abajo.

- Estás preciosa cariño. - dice dándome un abrazo, procurando que las lágrimas no le salten.

- Gracias papa. - digo hundiéndome en su hombro y embriagándome de su perfume.

- ¿Estas lista?

- Hace años que lo estoy.

- Estás preciosa querida. - dice mi suegra abrazándome.

- Gracias Yuna. - digo devolviéndole el abrazo.

- Es el mejor vestido que haré en toda mi vida. - dice Rosa secándose las lágrimas con el tercer pañuelo las lágrimas.

- Mi niña, mi pequeña. Mi preciosa niña... - dice mi madre abrazándome con fuerzas y llorando de la emoción.

- Vamos mama, me llenaras el vestido de maquillaje.

- Es verdad, será mejor que me controle. Te esperamos en la sala cariño. Hoy es tu día.

Mis tres acompañantes salen antes hacia la sala del acontecimiento. Dejando a mi padre embelesado conmigo.

Me puse otra vez frente al espejo para darme el último vistazo. Sin duda el vestido blanco que Rosa me había hecho era excepcional. Mi pelo estaba recogido en un moño trenzado hecho por mi madre y Yuna con mucho esmero. Habían sido muy perfeccionistas con este tema, pero sin ellas no lo hubiese logrado.

- Parece que fuera ayer cuando aprendiste a decir papa... y mírate ahora. Eres toda una mujer. Una mujer preciosa e inteligente, todo lo que siempre quise eres tu hija.

- No me hagas llorar que vendrán sino esas tres y tendremos que atrasar todo. - pero no puedo evitar que una lágrima rebelde se resbale.

Mi padre me la limpia con cuidado, y luego me besa la mejilla.

- Siempre serás mi niña pequeña. Te quiero tanto Akane.

- Yo también te quiero muchísimo papa.

- Vamos, no querrás hacer esperar al novio. - dice tendiéndome el brazo para que lo agarre.

Las puertas de la sala se abren. Las hileras de las sillas de los visitantes a ambos lados nos miran expectantes mientras recorremos la distancia hacia el altar. A un lado esta Rosa, mi dama de honor, al otro Armin, el padrino, y el otro padrino, Cookie. Junto a él, esperándome ansioso, esta mi prometido, con su traje, me espera con una mirada de emoción, dulzura y sobretodo de felicidad, al igual que la mía.

Cuando llegamos a su lado, mi padre me besa la frente y se va a ocupar su lugar junto a mi madre. Ken me tiende la mano y así estamos hasta que tenemos que decir esas palabras a las que ya estamos preparados desde hace años.

Llevamos ya siete años de relación, siete años que dan para mucho. Dos carreras, un master, muchos trabajos en restaurantes, unas prácticas en el hospital, la boda de Nath y Melody, la pastelería que Ken y su madre comparten, el ascenso a doctora, una casa para los dos, la boda de Rosa y Leight, los cachorritos de Cookie... Y tantas cosas que no habría tiempo de sobra para contarlas en un solo día.

- Sí, quiero. - dice Ken.

- Sí, quiero. - digo yo.

Y nos besamos, bajo los aplausos, los llantos y los gritos de la gente que nos acompaña en nuestro día. Amigos que han aparecido nuevos en nuestra vida, nuestra familia cercana, y por supuesto, nuestros encantadores padres y los amigos de toda la vida, que han dejado las cosas que tuvieran que hacer para acudir a nuestra boda.

Cuando la ceremonia acaba mis amigos se acercan a nosotros para felicitarme.

- Encantadora como siempre. - dice besándome en la mejilla mi encantador Lys.

- Te dedicaremos una canción en el restaurante. - me dice Castiel guiñándome un ojo. - La ha escrito el brillante Lysandro.

Estos dos amigos míos han logrado hacer realidad su sueño de formar un grupo de música, ahora empieza a alzarse su carrera musical.

- ¡Que gran honor! - exclama abrazando a mi amigo Castiel, que con los años se ha convertido en un chico mas amable.

- Ha sido tan bonito... - dice Violeta abrazando a Ken y a mi .

- ¡Y estás tan guapa! - añade Iris.

- Obra de Rosa. - les aclaro.

- No podía ser otra. - dice la aventurera Kim.

- Yo también he tenido merito con el traje de Kentin. - dice Alexy irónico, ha vuelto de Nueva York, donde ya ha hecho su vida, junto al encantador chico que todos adoramos.

- Ha sido entre los dos. - le corrige Jack, su novio.

La relación entre ellos dos se fue acentuando con los años hasta acabar viviendo juntos.

Abrazo a mis dos amigos, son los que más cuesta de ver debido a la distancia.

- Venga va, lanza el ramo. - grita eufórica Melody.

Todas las chicas se preparan para el momento, menos las casadas y Kim, quien huye del compromiso. El ramo sale por los aires y va a parar nada más ni nada menos, que ha Violeta, que se queda roja y paralizada.

- ¿No me digas que lo has hecho a posta? - grita Armin captando la atención de todos.

Desde hace unos años Armin y Violeta empezaron a salir, su trabajo los acabo uniendo en cierto modo.

- Violeta seguro que se ha ido de la lengua y te ha dicho que nos vamos a casar también.

- ¿Os vais a casar? - grito ilusionada a Violeta que asiente con timidez, me abalanzo sobre ella para abrazarla. - ¡Eso es fantástico!

- ¿Por qué no me habíais dicho nada? - trata de fingir sentirse molesto Alexy.

- No ha habido ocasión.

- A mis brazos hermano, por fin pareces una persona madura.

- Parece que nos vamos de boda en breves otra vez. - se ríe mi ya marido uniéndose al abrazo de sus dos amigo del alma que lo reciben con ilusión.

Y así, entre buenas noticias, gritos, anécdotas, abrazos y sonrisas pasamos la velada de mi boda con Ken, con la gente a la que más queremos.

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Todas las historias tienen un final, y a ésta, amigas mías, ya le ha llegado.

Muchas gracias a todas las que habéis llegado hasta el final de esta historia. Que habéis disfrutado y compartido las emociones que he intentado transmitir en esta historia, que al final ha acabado durando más de lo que tenia previsto.

Gracias por dedicar vuestro tiempo a leer, y a algunas sobretodo, gracias por votar y comentar, dándome a conocer vuestra opinión, vuestros sentimientos.

Lo mejor que puede tener una escritora, y ademas una principiante como lo soy yo, es unas lectoras (o lectores, pero creo que en este caso no habían xD), que se molestan en dar sus opiniones y aportar criticas constructivas sobre lo que escribe.

Muchísimas gracias por haber sido las magnificas lectoras que habéis sido.

Besos, abrazos y muchísimo amor para todas.

La sombra de Ken [CdM FAnfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora