La sombra de Ken [CdM FAnfic]

Capítulo 18 - Ninguna respuesta

Estaba enfadada, muy enfadada.  Ken me había prometido contarme hoy el resto de la historia.  ¡Tenía que decirme si pensaba irse o no!  Pero en cambio me ha enviado un mensaje diciéndome que no se encontraba bien y que no le esperara para ir al instituto. 

- ¡Tierra llamando a Akane!  ¿Me oyes? – me dice Alexy chasqueando los dedos frente a mí.

- ¿Qué quieres? – digo más borde de lo que imaginaba.

- Parece que alguien ha pasado un mal día.

- No lo sabes bien…

- ¿Puedo saber por qué?

- Es Ken…tin.  Puede que vuelva a la academia…

La pausa de Alexy hizo que lo mirara, era raro dejar a mi amigo sin palabras.  Su cara estaba contrariada.

- ¿Ya lo sabías?

- Se lo conto a Armin durante la fiesta, y él me lo ha contado a mí.

- Pues entonces ya estas al corriente de todo.

- Él no se quiere ir.  ¿Lo sabes verdad?

- ¿Y eso que más da?  La otra vez tampoco quería pero se acabo yendo. – digo más enfurecida conforme hablaba.

 - Lo sé, pero ahora es diferente.  Es mayor de edad y puede tomar su propia decisión.

- No conoces a su padre…

- Pero conozco a Kentin, y sé que no se ira.  Tú también deberías saberlo, lo conoces mejor que nadie.

- No importa el conocerlo o no.  ¡Estamos hablando de su padre y la estúpida línea familiar!

- Callaos todos, la clase va a empezar. – dice el profesor entrando a la clase.

Alexy de vez en cuando me dedica miradas de compasión, yo no le hago caso.  Estoy demasiado enfadad y podría pagarlo todo con el pobre, cuando solo me intenta ayudar. 

A la hora del patio puedo imaginarme el interrogatorio que se formara, así que esquivo a mis amigos y me dirijo al único sitio que se que estaré tranquila. 

Sigo de cerca al chico malhumorado sin que este me vea, cuando se dispone a cerrar la puerta pongo el pie para evitarlo.

- ¡Hey!  ¿Qué crees que haces? – grita Castiel ya enfadado.

- No te molestaré, me quedaré callada y ni notaras mi presencia.

- ¡Ni de coña!

- Venga Castiel, por favor. – digo haciendo fuerza contra la puerta en vano. – Seré como una hoja.

- Ni una sola palabra. – dice soltando la puerta.

- Prometido.

Me siento en el suelo apoyada contra la pared, Castiel está a una distancia prudencial con los cascos puestos y hasta yo alcanzo a oír su música a todo volumen.

El móvil suena anunciando un nuevo mensaje de Alexy.

“¿Donde estas?”

“Perdida.”

“Estamos donde siempre, vente para aquí tenemos que hablar.”

Mi interrogatorio sigue esperándome.

“No tengo ganas de hablar.”

Lo guardo y cuando vuelve a sonar ni lo saco para ver que me ha enviado.  En realidad quisiera estar con mis amigos, pero ya de por si me encuentro mal por no saber nada respecto a Ken como que para ellos me hinchen la cabeza con sus teorías. 

La hora del patio acaba y Castiel y yo nos dirigimos juntos a la clase.

- Parece que ya te has cansado de tus amigos. – dice Castiel con una media sonrisa burlona.

- Solo tenía ganas de estar sola.

- Por supuesto, “señorita que siempre va acompañada de alguien y nunca puede ir sola a ningún lado”.

- Que gracioso… - digo mosqueada como para tolerar sus bromas retorcidas.

El resto del día me lo paso igual de distraída y metida en mis pensamientos. Alexy ya no trata de sacarme palabra en el resto del día, se limita a dedicarme sonrisa de apoyo.  Cosa que agradezco.

***

Cuando llego a casa de Yuna para comer me dice que Kentin lleva todo el día en la cama metido.  Pero esto no va a quedar así, al acabar de comer salgo embalada hacia su cuarto y me dispongo a entrar y cargar todo contra él.  Pero la puerta está trabada y me resulta imposible entrar.

- ¡Ken ábreme! – grito aporreando la puerta.

- Vete.

- ¡No me voy a ir hasta que me acabes de contar lo de ayer!

- Ahora no es un buen momento, vete por favor.  Te lo contare cuando me encuentre mejor.

- ¡Venga ya!  ¡Te creerás que me puedes engañar como a tu madre!  ¡Ayer estabas estupendamente, es imposible que te hayas resfriado!

- ¡Pues lo estoy!  ¡Así que vete y deja de molestarme!

- ¿Eres imbécil? – grito enfadada. - ¡No me puedes dejar así sin saber nada!  ¡Cuéntame ahora mismo que piensas hacer!

- ¡No tengo ni idea de lo que voy a hacer! – grita al otro de la puerta y se oye como un puño impacta contra la puerta. - ¿¡Estas contenta!?  Tengo que pensar y tu ahora mismo me estas molestando.  ¡Así que hazme el favor de irte y dejarme solo!  Cuando sepa algo ya te lo diré.

- ¡Que te den Kentin! – grito muy cabreada con él y yéndome a mi casa.

- ¿De qué hablabais a gritos? – me aborda Yuna en la puerta.

- Tu hijo es un… - me corto para no decir ninguna palabra malsonante frente a Yuna. – Es tonto.

Yuna se queda mirándome perpleja y así es como la dejo tras salir de su casa y meterme en la mía para meterme en la cama, al igual que Kentin y pensar.  Y si, lo llamo Kentin, estoy muy cabreada como para llamarlo por su mote cariñoso.