- Que mierda… - decimos los dos a la vez.
- ¿No te habrás traído paraguas por casualidad? – me pregunta Kentin al salir fuera del instituto y encontrarnos la atroz lluvia.
- No…
- Hoy toca mojarse por lo visto. – dice serio y con la vista perdida en el horizonte.
- Uff… - digo sin moverme de mi sitio.
No tengo nada de ganas de mojarme hoy. Y puede que me hubiese quedado donde estaba protegida de la lluvia si no hubiese sido por el empujón de Kentin que me puso bajo la lluvia.
- ¡Eres idiota! – exclamo furiosa.
- Vamos Akane, cuando éramos pequeños corríamos bajo la lluvia sin problemas. – me dice a mi lado y empapándose también.
Le doy un empujón y no puedo evitar reírme. Me gusta correr bajo la lluvia y más si estoy acompañada de la persona a la que quiero.
- ¡Vamos corre!
Me coge de la mano y empezamos a correr. Aún con la fría lluvia noto la calidez de su mano, es la primera vez que me la coge Kentin. Cuando me la cogía Ken eran del mismo tamaño, ahora la suya es más grande y fuerte.
Despistada como siempre me resbalo con el mojado suelo, pero el movimiento rápido de Kentin evita que me caiga. Con el otro brazo me agarra por la barriga para impedirlo. Me ruborizo ante la situación, es como un medio abrazo. Estoy tan frustrada que hasta esto me parece una muestra de afecto por su parte.
- ¿Estás bien? – pregunta.
- Sí, gracias.
- Ten cuidado. – dice y empezamos a correr algo más despacio.
Cuando llegamos nuestro piso estamos completamente empapados y chorreando agua, dejando a nuestro paso un rastro de agua que conduce hasta nuestras puertas.
- Voy a ir a cambiarme primero. – le digo abriendo mi puerta.
- Vale, no tardes.
Dejo la ropa mojada en la cocina para no gotear por el piso y voy a mi habitación. Me seco con una toalla, y me coloco ropa seca, unos pantalones de chándal negros, una camiseta de manga corta blanca y zapatillas. Me recojo el pelo mojado en un moño, ahora de un castaño más oscuro por el agua.
Antes de salir de casa suena mi móvil en mi habitación y vuelvo corriendo a cogerlo.
- ¿Sí?
- Akane cariño. – dice mi madre en la otra línea. – Esta noche papa y yo no podremos ir a cenar y probablemente no llegaremos hasta muy tarde. Lo siento, se me olvido decírtelo esta mañana.
- Vale, no pasa nada. ¿Pero cuanto tiempo os van a dejar encerrados allí?
- Es que hoy nos cambiaban el turno de tarde por el de noche, no podemos hacer nada.
- No hay problema, me pediré una pizza o algo.
- Perfecto. Bueno, te dejo cariño que tengo que trabar. Te quiero.
- Te quiero mama. Adiós.
No era la primera vez que pasaban cosas así, y siempre acababa pidiendo una pizza a domicilio. Ahora si me fui para el piso de Kentin. Yuna nos había preparado un delicioso arroz con pollo, mi sorpresa fue al entrar encontrarme un plato vacio sobre la mesa y nada de rastro de Kentin.
- Se ha ido a dormir. – me dice Yuna al ver que lo busco con la mirada.
- Vaya… - me siento frente a ella y nos ponemos a comer las dos solas, sin Kentin y sin la tele no podemos evitar hablar entre las dos.
- Dime querida, ¿has notado algo raro con Kentin?
- ¿A qué te refieres? – pregunte con la boca llena.
- Bueno, veras… la semana pasada su padre estuvo aquí y algo hablaron que ha trastocado a Kentin. Estuvieron chillando mucho rato, supongo que será que mi marido quiere obligarle a hacer algo que no quiere él.
Me caía bien su padre, pero tenía que empezar a dejar tomar a su hijo sus propias decisiones.
- No tenía ni idea. Kentin ya no me cuenta nada.
- Es una lástima, a mí tampoco me cuenta nada.
- La academia lo ha cambiado… - se me escapo.
- Sí, lo sé… Es una lástima, con lo tierno que era antes.
- Me acuerdo cuando venía a mi casa a jugar y nos pasábamos horas y horas sin aburrirnos. O cuando nos íbamos al parque a sentarnos simplemente y mirar a la gente pasar. Extraño al antiguo Ken…
- Yo también lo extraño querida, muchísimo. Pero ten en cuenta que algún día dejara esta fachada de tipo duro, te lo aseguro. No podrá aguantar mucho tiempo mas, estoy segurísima.
Las dos nos reímos, me gusta ver que Yuna opinaba igual que yo respecto a Ken. Fregamos los platos entre las dos y nos sentamos un rato a ver la tele. Cuando me canse fui a la habitación de Kentin.
Está dormido con el pelo con el pelo ya seco sobre la almohada, no está tapado y esta vistiendo únicamente unos calzoncillos verdes.
Esta tan guapo de ese modo, puedo ver su torso definido por primera vez desde que esta tan fuerte. Me acerco a él silenciosa, aunque de todos modos dudo que se despertara. Le acaricio el pelo con delicadeza, esto también se lo hacía antes cuando éramos pequeños para tranquilizarlo cuando tenía miedo.
- Dime, ¿Cuándo te cansaras de fingir ser otro? – pregunto, esperando incluso una respuesta.
Kentin abre los ojos lentamente y al toparse conmigo acariciándole la cabeza los abre más y pega un bote en la cama chocándose con la pared de detrás.
- No quería despertarte. – estoy toda roja y avergonzada, no sé qué hacer para salir de esta situación. – Pareces otra vez un cachorrito indefenso. – digo optando por las bromas.
- Claro que no, pero me has asustado. – dice adoptando su pose “masculina.”
- Sí claro. – asintiendo con tono sarcástico.
- Bueno ¿querías algo?
- Nada en especial solo me aburría.
- ¿Y por eso me tienes que venir a molestar? – intenta parecer molesto pero sé que esta fingiendo. - ¿Qué hora es?
- Las cinco.
- ¿Quieres hacer algo?
- Vale, podemos ver una peli en mi piso, me he bajado unas cuantas nuevas.
- Pues vamos. – dice levantándose de la cama y poniéndose a mi lado.
- ¿No te quieres vestir antes? – pregunto señalando su torso desnudo, y sin poder evitar que mis ojos se detengan en el bulto de sus calzoncillos.
- ¿Ves… - mira hacia abajo y se da cuenta de que solo lleva calzoncillos. – ¡S-sal de aquí!
Me empuja hasta la puerta y la cierra a mis espaldas. Me voy al comedor tan roja como él estaba al echarme.
- ¿Qué sucede? – me pregunta Yuna.
- Uh, nada. Kentin y yo vamos a ver una película.
- Necesito que me hagáis un favor. – suplica la mujer con los ojos esmeralda brillando tras el cristal de las gafas.
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La sombra de Ken [CdM FAnfic]
FanfictionAkane está a punto de cumplir los dieciocho años y su único deseo es que el Ken de él que ella se enamoro vuelva de detrás de la fachada de chico duro que ha adoptado como Kentin. Pero la semana de antes las cosas se empiezan a torcer de manera ine...