Capitulo 18

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Dambi volvió a mirar el reloj de pared.
Dejó escapar un suspiro, oyó que la cafetera por fin terminó y, sirviéndose una taza del humeante brebaje, se dirigió a la mesa de la cocina. Apenas se había sentado en la silla cuando oyó abrirse la puerta principal. Fue a investigar y dejó escapar un suspiro de alivio al ver que su marido por fin había regresado.

—¿Qué tal el paseo? —le preguntó, observando cómo se quitaba la chaqueta—. Empezaba a preocuparme. Han pasado varias horas.

—Lo siento. Perdí la noción del tiempo.

—Aparentemente.   

—Sólo necesitaba algo de tiempo para pensar. —dijo JiHwan en voz baja, caminando hacia la cocina.

—El café está hecho, pero si prefieres té, te prepararé un poco.

—No, el café está bien. Gracias. —dijo, sujetando la cafetera y llenando rápidamente una taza. Envolviendo las manos en la cerámica para calentarlas, se sentó a la mesa y miró a su mujer—. ¿Dónde está Byul?

—Yong llamó. Ha ido a verla.

—Tanto preocuparse por mí.

—Fue idea mía. Pensé que nos daría algo de tiempo para hablar.

—Oh.

—Entonces, ¿quieres hablar?

—¿De qué hay que hablar? —Dijo JiHwan, pasándose los dedos por el pelo—. Mi hija cree que está enamorada de una mujer. Nunca he intentado dirigir su vida, así que hasta que entre en razón, ¡sólo tengo que quedarme de brazos cruzados y verla hacer el ridículo!

Sentada junto a su marido, Dambi le tomó la mano.

—Hwan, está enamorada de Yong. Esto no es un experimento. Es de verdad.

—¡Oh, estás loca! —soltó—. ¿Y cómo demonios lo sabes?

Divertida por la expresión incrédula de su marido, Dambi dijo:

—Porque cuando Byul dice el nombre de Yong, se le pone cierta mirada en los ojos. Es la misma que, con los años, me he acostumbrado a ver en los ojos de su padre.

—Dambi...

—Déjame terminar, JiHwan —dijo ella, dándole un apretón en la mano—. Sé que me quieres, pero la mirada que veo en los ojos de Byul cuando habla de Yong es la misma que pones tú... cuando hablas de su madre.

Al instante, JiHwan levantó la cabeza y sus ojos avellana miraron a su mujer con asombro mientras se le iba el color de la cara.

—Dambi...

—No pasa nada, cariño. —dijo ella, ofreciéndole a su marido una suave sonrisa—. Como he dicho, he tenido años para acostumbrarme.

—Te quiero, cariño. —susurró él, tomándole la mano con fuerza—. Tienes que saberlo.

—Te quiero, pero se que no soy el amor de tu vida.

—¿Y crees que esta... esta mujer es de Byul?

—Sé que lo es. JiHwan, seguramente notaste lo jovial que estaba Byul en el aeropuerto. Casi se muere en la cabina, pero se baja del avión como si acabara de volver de su luna de miel. Camina sobre el aire, y esa sonrisa que lleva se la puso una mujer. Una mujer llamada Kim Yongsun. Todo lo que necesitas hacer es ver sus ojos cuando habla de ella, y sabrás que tengo razón.

—Ella sólo ha salido con hombres. —dijo JiHwan rotundamente—. ¿Por qué mantuvo esto en secreto?

—No creo que lo hiciera, al menos no conscientemente.

Hielo [MoonSun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora