BLUE FLAMES | ❝Si buscas la luz, a menudo podrás encontrarla.❞
Sia Tao pasó de ser Capitán de la Nación del Fuego a una simple detective en Ciudad Republica. A Lin Beifong aquello no podía importarle menos, ella estaba contenta con tener a una maest...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
CAPÍTULO 14
LA TARDE CAÍA sobre la Estación Central de Policía, bañando la sala de reuniones con una luz dorada y tenue. Los reflejos de la puesta de sol iluminaban las paredes, llenas de mapas y planos de la ciudad. A pesar de la calidez del ambiente, el semblante de Sia estaba distante, atrapada en un torbellino de pensamientos oscuros mientras estaba sentada en su escritorio. Todo el día había tenido la cabeza en otra parte.
Lin la observó en silencio desde el otro extremo. Sabía que algo la inquietaba; era evidente en la forma en que Sia tamborileaba los dedos contra la superficie de la mesa, ausente, y en cómo sus ojos oscuros se perdían en la distancia, reflejando una determinación incierta.
━Sia ━ dijo Lin con suavidad, rompiendo el silencio mientras dejaba el diario que tenía en sus manos a un lado━. ¿Qué es lo que tienes en la cabeza?
Sia parpadeó y volvió a la realidad, su mirada encontrando la de Lin. Hubo un instante de duda en su rostro, pero luego se decidió a hablar.
━No puedo dejar que Kuvira se adueñe del Reino Tierra, Lin ━respondió, su voz firme pero cargada de un peso emocional━. Si gana, significará el fin de la libertad y la democracia. No puedo quedarme sin hacer nada... No después de lo que Suyin nos contó, mucho menos sabiendo lo que le hizo a Min, ni sabiendo que mi abuela Azula me enseñó a reconocer los errores de su propio pasado.
Beifong asintió, entendiendo la gravedad del conflicto interno de su novia. Sabía cuán fuerte era el lazo que unía a Sia con Fuen y cómo su espíritu rebelde y justo la hacía ver la injusticia como algo intolerable. Pero también comprendía las limitaciones de su propio papel en Ciudad República.
━Yo también querría estar allá contigo, luchando por proteger a Zaofu, pero mi deber está aquí, ━dijo Lin, su voz baja pero cargada de sinceridad━. No puedo abandonar la ciudad... Pero tú sí puedes. Min puede encargarse de tu sector. Si es lo que realmente deseas, ve a apoyar a mi hermana.
Sia levantó la mirada, sorprendida, buscando en los ojos de Lin alguna señal de vacilación, pero solo encontró una resolución férrea y el mismo fuego que ella sentía ardiendo en los ojos verdes de su pareja. No esperaba que la dejara ir; estaba preparada para una discusión. Pero en lugar de eso, Lin le había dado su bendición
━¿Estás segura de esto, Lin? ━preguntó Sia, con una expresión vulnerable poco común en ella━. Esto podría significar... Que me ausente por un tiempo.
La mayor sonrió suavemente, un gesto que guardaba solo para ella.
━Si hay algo que he aprendido contigo, Tao, es que eres una guerrera y una protectora, ━ respondió ━. Irías de todas formas, lo sé. Pero prefiero verte yendo con mi apoyo, y no con la culpa de que te detuve.
