Capítulo 11.Ecos del Pasado y Risas del Presente

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Narrador omnisciente: Dos años habían pasado desde que Obito y T/n comenzaron su vida en la nueva casa, lejos de los conflictos y las sombras de Akatsuki. Hikari, ahora un niño de dos años, era la personificación de la alegría, con su risa resonando como música en los corazones de sus padres.

Obito observaba a Hikari jugar en el jardín, su risa inocente llenando el aire, y no podía evitar sonreír. A pesar de los recuerdos oscuros que lo perseguían, la luz de su hijo disipaba toda sombra.

Obito: (pensativo) Cada carcajada tuya es un recordatorio de lo que es puro en este mundo.

Mientras tanto, los miembros de Akatsuki, que alguna vez fueron compañeros de Obito en su lucha, ahora se encontraban visitando la casa como tíos de Hikari. Deidara, en particular, mostraba una faceta diferente cuando estaba cerca del niño, su habitual bravuconería reemplazada por una ternura inesperada.

Deidara: *jugando con Hikari* ¿Quién hubiera pensado que Tobi podría tener una vida tan pacífica, eh?

Obito: *riendo* La vida tiene sus sorpresas, Deidara. Y Hikari es la mejor de ellas.

A medida que el día llegaba a su fin, los miembros de Akatsuki se despedían, dejando a la pequeña familia en su paz. Obito y T/n llevaban a Hikari a la cama, y mientras el niño se dormía, Obito se quedaba en silencio, reflexionando sobre su vida.

Obito: *mirando una antigua foto* Desde mi abuela, mi amistad con Kakashi, mi amor por Rin, hasta los días con mi maestro Minato y Kushina... cada paso me ha llevado hasta aquí.

T/n se acercó a Obito, colocando una mano sobre su hombro.

T/n: *con voz suave* Y cada paso ha valido la pena, porque nos ha traído a Hikari y a este momento.

Narrador omnisciente: Obito asintió, sabiendo que cada recuerdo, cada elección, había sido un ladrillo en el camino hacia su presente. Recordó cómo había encontrado a Madara, cómo había despertado en la casa de T/n después de que ella lo curara, y cómo, poco a poco, habían construido un vínculo indestructible.

Obito: *con una sonrisa* Sí, cada momento, cada risa de Hikari, es un tesoro que protegeré con mi vida.

Narrador omnisciente: Con la noche cayendo sobre la casa, Obito se prometió a sí mismo que, sin importar los desafíos que enfrentara, siempre encontraría el camino de regreso a su familia. Porque en la risa de Hikari, en el amor de T/n, había encontrado su verdadero hogar.

Y así, con la promesa de un futuro lleno de risas y amor, Obito cerró los ojos, dejando que los ecos de su pasado se mezclaran con las risas del presente.

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Gracia por leer el capítulo de ahora muchas gracias por seguir leyendo, pero y les sigan gustando los futuros escritos.

Loving You [Obitoxtú] •Fanfic.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora