~° Capitulo 9 °~

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Este mundo es de quién corrompe
a los puros de corazón y
los convierte en locos
y dementes.


Enigma.

La mente humana, un campo de juego tan vasto como perverso. Entrar en sus miedos, traumas y dolores es como sumergirse en un océano de oscuridad, donde cada sombra es una nueva oportunidad para manipular y torturar a mi antojo. Pero la rutina me aburre, la facilidad con la que controlan su miedo y sumisión me deja insatisfecho. Busco desafíos, alguien más resistente, más testarudo ante mis juegos retorcidos. Alguien que pueda enfrentarme con desdén incluso cuando sostengo un arma frente a ellos.

El amor y el temor, las dos fuerzas más poderosas que mueven este mundo. Los sentimentales, los que se aferran al amor como un náufrago a un salvavidas, son tan predecibles. Pero nosotros, los que hemos perdido toda conexión con esos sentimientos, o mejor dicho no nacimos con esos sentimientos, nos movemos por la sed de poder y el placer de hacer sufrir a los demás. Ver el terror en sus ojos mientras se dan cuenta de que no hay escapatoria, sentir su última lágrima deslizarse por sus mejillas, es mi mayor satisfacción.

Llorar, ¿qué se siente al hacerlo? Nunca lo he experimentado, ni lo deseo. Es una debilidad que solo los necios permiten. Cuando me ofrecen dinero a cambio de sus vidas, acepto, pero solo para añadir un nuevo nivel de crueldad a mi juego. Nunca cumplo mis promesas de misericordia. La diversión está en ver cómo sus esperanzas se desmoronan ante mis ojos, en saborear su desesperación mientras se dan cuenta de que sus súplicas son inútiles. La vida es un espectáculo macabro, y yo soy el director de esta tragedia sin fin.

***

La lluvia cae implacable sobre el bosque, un telón de fondo perfecto para mí obra maestra de dolor y desesperación. Los sollozos de mi presa se mezclan con el sonido de las gotas golpeando los árboles, una sinfonía de sufrimiento que alimenta mi sed de poder y control. Ella se arrastra patéticamente sobre el barro, tratando en vano de escapar de su destino inevitable. Es gracioso ver cómo lucha, como si algún esfuerzo pudiera salvarla de mi.

Con cada pasó que doy hacia ella, su terror crece, palpable en el aire espeso y húmedo. El cuchillo en mi mano brilla con la promesa de un final violento y sangriento. Silbo una canción infantil que mi pequeño hijo me enseño, mientras me acerco a mi presa temblorosa.

Cuando la alcanzó, su desesperación alcanza un nuevo nivel. La tomo por el pelo, disfrutando de su grito de agonía mientras su cabeza de arquea hacia atrás. Su sangre se mezcla con la lluvia pintando un cuadro macabro en el suelo embarrado. Me gusta verla sufrir, me gusta escucharla suplicar por su vida, pero sobre todo, me gusta saber que tengo el poder absoluto sobre ella, que su destino está sellado por mi mano. Esta es mi hora de gloria, mi momento de éxtasis, en medio de la oscuridad del bosque. Y ella, solo es una marioneta en mi juego retorcido de poder y dominación.

-¡¡Matame ya!! -grita sollozando.

-¿Sin divertirme antes? No, yo quiero jugar contigo antes de matarte, cariño.

-No me digas así, me da asco que alguien como tú me llame así.

-¿Asco? Pero si tú sabías perfectamente a lo qué soy, sabes lo que hago y aún así decidiste quedarte a mi lado, ¿Por qué ahora dices que te doy asco?

-No sabía de lo que eras capaz, ¡¡no sabía que asesinarias a mi familia a sangre fría justo frente mis ojos!! -grito.

-Ahora sabes de lo que soy capaz. Muchas veces te deje en claro de que no tengo limites. Hago lo que quiero, cuando quiero y como quiero. -apreté más el agarre de su cabello haciéndola soltar un quejido más fuerte de dolor.- Y contigo haré justo lo mismo.

Entre Mentiras y SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora