Halloween

65 11 1
                                    

La festividad de Halloween había llegado a la academia, y con ella, la oportunidad de dejar volar la imaginación y sumergirse en un mundo de disfraces y misterio. Los pasillos estaban decorados con calabazas iluminadas y telarañas falsas, creando un ambiente de emoción y anticipación.

Cuando llegó la hora del baile, las puertas se abrieron de par en par, revelando un salón decorado con luces parpadeantes y música vibrante. Todos los estudiantes, envueltos en sus disfraces, se adentraron en la fiesta, sus identidades ocultas bajo máscaras y maquillaje elaborado.

Entre la multitud, el grupo de oro se destacaba. Vestidos como ángeles negros, irradiaban una presencia imponente y misteriosa. SeokJin, en particular, lucía impresionante en su traje negro y sus alas negras desplegadas, que capturaban la luz de manera hipnótica. Su disfraz resaltaba su elegancia y gracia, con sus hombros anchos y su cintura esbelta que realzaban su apariencia angelical.

Jungkook, con una sonrisa arrogante en el rostro, sabía que todas las miradas estaban puestas en ellos. Los siete ángeles descendieron lentamente al centro del salón, atrayendo la atención de todos los presentes. Namjoon fue el primero en romper la formación, acercándose a Jennie, quien estaba vestida como un ángel blanco. Aunque Jin notó la presencia de Namjoon junto a Jennie, decidió ignorarlo, consciente de que en ese momento él era la sensación indiscutible de la fiesta.

Mientras caminaba entre la multitud, Jin podía sentir las miradas de admiración y suspiros de envidia que lo rodeaban. En ese instante, él era el centro de atención, un ángel negro envuelto en misterio y elegancia, dejando una impresión imborrable en la mente de todos los presentes.

Las luces parpadeaban suavemente, envolviendo el salón en una atmósfera de misterio y encanto. El ambiente estaba cargado de emoción y diversión, con todos los estudiantes bailando con desconocidos bajo el resplandor de las luces tenues y las sombras que se movían al ritmo de la música.

Para Jin, sin embargo, la atmósfera festiva solo servía para resaltar su propia soledad. Observaba a sus amigos disfrutar con sus parejas temporales de la noche, mientras él se sentía apartado y solo en medio de la multitud. Jungkook, con su habitual arrogancia, bailaba con una chica que seguramente sería su conquista de la noche, mientras que Yoongi y Hoseok compartían risas y complicidad en la pista de baile.

Jimin, aunque aparentemente disfrutaba de la compañía de otro chico, no podía evitar mirar de reojo a Yoongi y Hoseok con cierta envidia por la conexión que compartían. Taehyung, siempre el alma de la fiesta, irradiaba energía mientras bailaba con cualquiera que se le acercara, dejando en claro su dominio sobre la pista de baile.

Mientras tanto, Jennie y Namjoon parecían completamente absortos el uno en el otro, compartiendo risas y conversaciones íntimas mientras se movían al ritmo de la música. Para Jin, ver a todos sus amigos disfrutar de la compañía de otros solo aumentaba su sensación de aislamiento y tristeza.

Finalmente, incapaz de soportar más la sensación de soledad, Jin se retiró a una mesa alejada, ocultando sus sentimientos bajo la máscara que llevaba puesta. Aunque por fuera parecía estar participando en la fiesta, en su interior se encontraba sumido en la melancolía de su propia soledad.

-¿Quieres bailar?-, una mano se estiró frente a SeokJin.

-Ya tienes a una pareja, ¿No es suficiente?

-Lo mío no es la monogamia-, ambos rieron. -¿Qué dices? Solo es una canción.

-Nos pueden ver Jungkook y no me arriesgare a eso-, a lo lejos vio a Namjoon besar a Jennie en el centro de la pista.

-¿Te rendirás?

-No.

Jin vio a un mesero pasar junto a él, llevando una bandeja llena de copas de vino tinto. Con una rapidez que no daba lugar a la reflexión, extendió su pie justo en el momento en que el mesero pasaba. El joven tropezó y la bandeja voló, esparciendo copas y vino por el aire. Todo pareció suceder en cámara lenta para Jin mientras las copas caían en el disfraz blanco de Jennie, empapándola con el vino y manchando su atuendo inmaculado.

Jennie, sorprendida y humillada, miró a Jin con los ojos llenos de lágrimas antes de salir corriendo del salón. La escena fue observada por varios, pero ninguno de los presentes se atrevió a intervenir. Namjoon, viendo a Jennie en su estado de angustia, no dudó en seguirla, dejando a Jin consumido por una furia silenciosa.

Justo cuando Jin estaba a punto de seguir a Namjoon y Jennie, sintiendo una ira ardiente que lo impulsaba, sintió una mano firme en su hombro. Jungkook, con una mezcla de preocupación y determinación en sus ojos, lo detuvo.

—Tranquilo, hyung —dijo Jungkook en voz baja, tratando de calmarlo—. No vale la pena. No dejes que esto te consuma.

Jin, con el pecho agitado por la rabia y el dolor, cerró los ojos y respiró hondo. La presencia de Jungkook, siempre sólida y confiable, lo ayudó a recuperar algo de su compostura. Sin embargo, la imagen de Namjoon yendo tras Jennie seguía ardiendo en su mente, un recordatorio constante de la traición que sentía.

Mientras los dos se quedaban allí, rodeados por el bullicio de la fiesta, Jin intentaba mantener la calma, pero su corazón latía con fuerza y su mente seguía revolviendo pensamientos amargos. La noche, que había comenzado con tanta promesa, se había convertido en un campo de batalla emocional para él. Sin embargo, con Jungkook a su lado, supo que no estaba completamente solo en su lucha interna.

[…]

La noche había sido una mezcla de emociones para Jin y Jungkook. Después del incidente con Jennie en el baile, ambos se dirigieron a casa, riendo por la torpeza de Jennie y la forma en que había terminado empapada en vino. Sin embargo, su risa se apagó rápidamente al llegar a la puerta de su casa.

El señor Jeon y la señora Kim los esperaban, ambos con expresiones severas. Apenas cruzaron el umbral, el padre de Jungkook, sin previo aviso, le soltó una bofetada tan fuerte que el sonido resonó en la sala. Jungkook, aturdido, apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de que su padre comenzara a gritarle.

—¡¿Qué demonios crees que estás haciendo?! —rugió el señor Jeon, su rostro rojo de ira.—Soy la burla de toda la empresa. Todos acusan a mis hijos de incesto.

La madre de Seokjin se acercó a su hijo con una mirada de desaprobación. Aunque su ira no se manifestaba físicamente como la del señor Jeon, su desprecio era palpable. Justo cuando levantó la mano para pegarle a Jin, Jungkook intervino, deteniendo la acción con una mirada fría y desafiante.

—No te atrevas a tocarlo —dijo Jungkook con voz firme.

El desafío solo enfureció más al señor Jeon, quien, en un arrebato de furia, golpeó a Jungkook nuevamente, esta vez más fuerte. Jungkook, sin mostrar signos de dolor, se mantuvo firme, lo que solo provocó que su padre lo agarrara del brazo y lo arrastrara hacia el estudio.

—¡Déjalo en paz! —suplicó Jin, su voz quebrándose mientras seguía a su padre y a Jungkook—. ¡Por favor, no le hagas daño!

Pero las súplicas de Jin cayeron en oídos sordos. El señor Jeon, cegado por la ira, llevó a Jungkook hasta el cuarto de castigo, una habitación pequeña y sin ventanas que se usaba para disciplinar a los hijos. Abrió la puerta de golpe y arrojó a Jungkook adentro, cerrando la puerta con fuerza detrás de él.

Jin cayó de rodillas, lágrimas brotando de sus ojos mientras golpeaba la puerta cerrada con sus manos. La impotencia lo consumía, sabiendo que su mejor amigo y hermanastro estaba siendo castigado injustamente.

—¡Déjalo salir! —gritó Jin entre sollozos—. ¡Esto no es justo!

La señora Kim miró a su hijo con una mezcla de lástima y desprecio, pero no intervino. El señor Jeon, por su parte, se apartó, respirando con dificultad por la furia.

—Tal vez esto les enseñe una lección —dijo el señor Jeon, su voz temblando por la emoción.

Jin se quedó allí, frente a la puerta del cuarto de castigo, susurrando palabras de consuelo para Jungkook, esperando que pudiera escucharlo a través de las gruesas paredes. La noche, que había comenzado con risas y diversión, se había convertido en una pesadilla de dolor y desesperación. Pero a pesar de todo, Jin sabía que debía ser fuerte por Jungkook, igual que Jungkook siempre había sido fuerte por él.

GOLDEN|| Kookjin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora