Plan

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Desde el balcón, Seokjin disfrutaba de la brisa fresca mientras hablaba con Taehyung. Ambos estaban en medio de una conversación animada cuando Namjoon llegó apresuradamente, con el rostro tenso y la mirada decidida.

—Deja de hacerlo —le ordenó a Seokjin, interrumpiendo bruscamente.

Seokjin levantó la vista, su expresión mostrando una mezcla de fastidio y desdén.

—¿Qué? —preguntó con indiferencia, como si Namjoon fuera una molestia menor.

—De molestar a Jennie y a Jimin. Pensé que cambiarías de opinión cuando viste lo mucho que sufrió Jimin cuando encerraron a sus padres —Namjoon alzó la voz, desesperado por hacerle entender.

Seokjin soltó una risa seca y amarga.

—No, y de hecho, es lo último que me importa en este momento —respondió con frialdad, sin apartar la mirada de Namjoon.

Namjoon apretó los puños, sintiendo la impotencia y la frustración arremolinarse en su interior.

—¿Cómo puedes vivir con el corazón tan podrido? —preguntó, la voz quebrada por la incredulidad y la tristeza.

Seokjin se levantó lentamente del asiento en el que estaba, caminando hacia Namjoon con una calma peligrosa.

—Tu padre le contó todo lo que pasó a Jeon al igual que Jennie —dijo, levantando las mangas de su camisa para mostrar las marcas en sus brazos—. Así que no tendré piedad por ustedes.

Namjoon retrocedió instintivamente, asustado por la intensidad y la vacuidad en los ojos de Seokjin.

—Seokjin...

Antes de que pudiera continuar, Taehyung se unió a la conversación, su tono gélido.

—Eras uno de los nuestros, Namjoon —dijo, mirando a Namjoon con una mezcla de decepción y frialdad—. Siempre preferí la paz con nuestros amigos —se paró, cerrando la distancia entre ellos—. Lástima que ya no lo son.

Namjoon los miró a ambos, sintiendo una tristeza profunda y una ira contenida.

—Si tan pronto se acabó la amistad, entonces la amistad nunca existió —respondió, intentando mantener la compostura.

—La amistad nunca se traiciona —replicó Taehyung con una sonrisa amarga—. Sabías que no toleramos a los traidores.

—Yo no los traicioné —se defendió Namjoon, la desesperación en su voz—. Intenté protegernos a todos.

Seokjin lo miró con desprecio.

—Me traicionaste a mí y a todos cuando metiste a tu padre —acusó, su voz cargada de veneno.

—Tú lo hiciste primero con los de Yoongi —Namjoon levantó la voz, el enojo burbujeando bajo la superficie.

Seokjin esbozó una sonrisa sarcástica.

—Yoongi y sus padres merecían el castigo de Hoseok, porque si no lo sabías, sus padres sabían del romance entre Jimin y Yoongi. De hecho, ellos lo obligaron a tenerlo. ¿No lo sabías? —Seokjin miró a Namjoon, disfrutando del shock en su rostro.

—No, pero Seokjin, estás lastimando a mucha gente —susurró Namjoon, el cansancio evidente en su voz.

Seokjin sonrió, una sonrisa cruel y desalmada.

—Y la que falta —respondió con frialdad, dándose la vuelta y marchándose junto a Taehyung, quien chocó su hombro con el de Namjoon al pasar.

Namjoon se quedó ahí, en el balcón, observando cómo se alejaban, sintiendo el peso de la soledad y la traición aplastarlo. Había intentado razonar con Seokjin, pero se dio cuenta de que el corazón de su antiguo amigo estaba demasiado lleno de odio y resentimiento. Ahora, debía prepararse para lo que vendría, sabiendo que Seokjin no tenía intención de detenerse.

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