Te encontré

59 12 0
                                    

La puerta del almacén se cerró de golpe, resonando en la fría y húmeda oscuridad, atrapando a todos dentro. Jungkook, con un sentido de urgencia en su voz, intentó apurar a Seokjin.

—Tenemos que irnos —dijo, tirando suavemente del brazo de Seokjin.

—¿De qué hablas? —respondió Seokjin, con los ojos llenos de confusión.

—Seokjin, tu papá es un peligro y necesitamos sacarte de aquí antes de que te haga algo —insistió Jungkook.

—Mi papá nunca me haría nada malo —lo defendió Seokjin, sacudiendo la cabeza con incredulidad.

—Te secuestró y mató a una persona para hacernos pensar que estabas muerto —respondió Jungkook, su voz llena de desesperación y rabia.

—¿Qué? —El corazón de Seokjin comenzó a acelerarse, el pánico instalándose en sus ojos.

—Casi muero cuando pensé que habías muerto —dijo Jungkook, tomando el rostro de Seokjin entre sus manos, su mirada cargada de dolor.

—Kook, sé que será difícil creerme, pero mi papá no es malo —insistió Seokjin, tomando las manos de Jungkook—. No me iré si eso es lo que quieres.

Taehyung, que estaba observando la escena con creciente ansiedad, interrumpió.

—Jungkook, ahí vienen —advirtió, su voz baja y urgente—. Necesitamos salir ya.

—Bonito —dijo Jungkook, su voz llena de angustia.

—No me iré —repitió Seokjin, firme en su decisión.

—Váyanse —ordenó Jungkook, su voz quebrándose.

—¿Qué hay de ustedes? —preguntó Hoseok, negándose a dejarlos atrás—. No los dejaremos aquí.

—Váyanse —repitió Jungkook, con más desesperación.

—No —contestó Yoongi con determinación—. Ya perdimos a Namjoon, no perderemos a nadie más.

En ese momento, la figura imponente de Jin Young apareció en la puerta. Su presencia llenó la habitación, y su voz resonó con un tono burlón.

—Vaya, qué agradable reencuentro —dijo con sarcasmo—. Lamento no haber hecho una fiesta, pero soy prófugo y no puedo hacer mucho ruido.

Jungkook se adelantó, protegiendo a Seokjin con su cuerpo.

—No dejaré que lo toques —advirtió con fiereza.

—Ninguno te dejará —añadió Jimin, colocándose frente a Jungkook, seguido de los demás, formando una barrera protectora alrededor de Seokjin.

Jin Young los miró con una sonrisa cínica.

—Qué tiernos —se burló—. Pero si están aquí es porque así lo quise.

El silencio que siguió fue denso y tenso. Jin Young se acercó más, evaluándolos con una mirada calculadora.

—Les doy hasta mañana —dijo finalmente—. Después de las doce, se tienen que ir.

Miró a su hijo, suavizando su expresión.

—Vuelvo más tarde, alpaquita —dijo con una sonrisa, dejando a todos atónitos.

Seokjin, con una mezcla de miedo y cariño, le devolvió la sonrisa.

La tensión en la habitación era palpable mientras Jin Young se retiraba, dejando a los jóvenes enfrentando la realidad de su situación. El reloj seguía avanzando, y cada minuto contaba en la carrera por la seguridad de Seokjin. Afuera, la noche envolvía el almacén en una sombra inquietante, mientras dentro, la lucha por la supervivencia apenas comenzaba.

GOLDEN|| Kookjin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora