Capítulo 2

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—Quiera o no señorita Elizabeth, le daré clases particulares, no porque yo quiera sino porque la directora me lo pide y usted necesita mi ayuda –El tono de la profesora Lidia fue un tanto duro pero no intimidó a Elizabeth en lo absoluto.

Elizabeth rodó los ojos un tanto exasperada, ella no necesitaba ninguna tutora y menos a una profesora como lo era Camden, prepotente, estricta y sobre todo amargada, seguramente en vez de ser de ayuda las clases para ella serían una tortura por estar con una profesora tan amargada como ella. No necesitaba a una señora amargando le la existencia, suficiente tenía con la viejita que tenía de vecina que era un dolor de cabeza, la señora Miller se quejaba siempre de Maximus el Border Collie que tenía de mascota Elizabeth porque siempre correteaba al pobre gato de la señora.

—Ya dije que no necesito una tutora, yo puedo estudiar por mi cuenta, no necesito de su ayuda profesora Camden –respondió Elizabeth con un tono poco amable, cosa que no pasó desapercibida por la maestra quien también estaba empezando a perder la paciencia.

—No es una pregunta señorita Elizabeth, es un aviso, le guste o no tendremos clases, porque si no usted perderá su puesto en la competencia y yo mi empleo así que vamos a ayudarnos mutuamente, es más hagamos un trató –propuso la profesora ya un tanto estresada por el orgullo y terquedad de su alumna.

—¿Que clase de trató? –

—Tengamos las clases de apoyo, yo le ayudaré a pasar sus materias, usted las pasará irá a la competencia ganará una medalla y usted hará feliz a la profesora, yo conservaré mi trabajo y después de 6 meses, no nos volveremos a molestar en lo absoluto, usted necesita pasar mis materias para poder ir a esa competencia y para graduarse así que es un trato justo, ¿Acepta o no? –

Elizabeth lo consideró un poco, pero sabía que la profesora tenía razón y que si quería ir a esa competencia que era su sueño, tendría que aceptar la ayuda de ella, y así ella también ayudaría a la profesora a conservar su trabajo.

—De acuerdo, solo 6 meses y no nos volveremos a ver las caras –

Ambas extendieron sus brazos y los estrecharon dando por sellado su trato. Fue así como ambas se destinaron a sí mismas a enamorarse una de la otra.

Pasaron tres días desde aquel suceso, ahora se encontraban en la casa de Elizabeth tomando sus primeras clases, Lidia acababa de llegar y tocó justamente la puerta de la casa de Elizabeth.

Elizabeth vivía sola, bueno Maximus vivía con ella, pero solo eran ellos dos, su padre viajaba mucho así por los negocios de su empresa y su madre había fallecido ya hace un tiempo, hermanos no tenía así que si, ella estaba sola en Londres, vivía en una buena casa y en un barrio bastante lindo, aunque su padre no era una persona emocionalmente presente lo recompensaba estando económicamente para ella.

Elizabeth abrió la puerta dando el paso a su profesora, quién no era una mujer tan grande realmente la profesora Lidia aún estaba en sus 20 pero estaba casi cerca de los 30, sin embargo no sonreía mucho era una mujer de pocas palabras y sobre todo con una personalidad bastante sería, o eso era lo que mostraba en la universidad, mientras que Elizabeth estaba empezando sus 20 y era una joven bastante atractiva, sobre todo por sus hermosos ojos, aunque Elizabeth tenía una condición llamada heterocromía sus ojos eran bastantes hermosos de un color azul grisáceo y un verde igualmente grisáceo, tampoco era tan extrovertida, realmente el extrovertido era su mejor amigo Michel, ella era más una persona reservada en cuanto a su vida personal y solo hablaba con otras personas si era necesario, no sabía relacionarse bien con otras personas.

—Adelante profesora Camden –invito a pasar a su profesora, una vez adentrando cerró la puerta antes de que Maximus saliera corriendo a buscar al pobre gato de la señora Miller y comenzar a corretear lo.

Entre tú y yo, Competencias de amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora