Capítulo 10

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Oh no, I'm falling in love
I thought the plane was going down
How'd you turn it right around

Elizabeth:

Lidia se me maquilló el cuello casi a la velocidad de la luz, agradezco que el día estaba algo frío para así tener una buena excusa del porque traía una hoddie, así que no verían las marcas de mis brazos; del cuello se encargó Lidia de maquillarlo, justo cuando ambas nos miramos el timbre sonó, la idea era que Lidia saliera de mi casa antes de que mi padre llegará pero era demasiado tarde.

—Tranquila, por suerte para ti pareces universitaria así que no se dará cuenta que eres mi profesora –dije con una sonrisa y yéndome a abrir la puerta antes de que Lidia me golpeara por decirle eso.

—maldita –la escuché susurrar antes de irme.

Llegó a la puerta abriendola y observó a mi padre parado frente a la puerta con su bella sonrisa como siempre, entró a casa y dejó su maletín en la entrada, ahí venía…

Aquel abrazo de oso como él solía llamarlos. Sentí como me rodeaba con sus brazos y me apretaba un poco, solo pude sonreír ante su muestra de afecto.

—Hola papá, ¿Cómo estás? –me soltó finalmente después de unos minutos y me miró como si yo fuera lo más preciado de su vida.

Me preguntaba si realmente lo era.

—Hola Katie –rodee mis ojos ante el apodo, le encantaba llamarme de esa manera. —Estoy muy feliz de verte, y respondiendo tu pregunta me encuentro muy bien, ¿Tú cómo estás? –

—Estoy muy bien, ahora que te veo –

Mi padre era un hombre apuesto a sus 40 años, era un hombre joven aún, aunque su cabello era blanco al le gustaba así, tenía una barba bien perfilada y era mucho más alto que yo por mucho, yo aún lado de él parecía una niña.

Mi padre trabaja como empresario en una editorial de libros, mi madre era la dueña de esta editorial antes de morir y mi padre era cirujano, pero cuando ella murió él tomó el puesto en la editorial y siguió con lo que mi madre había dejado.

Para él era una forma de estar cerca de ella, no quería que el esfuerzo y trabajo de mi madre desapareciera, así que dejó su carrera que tanto amaba y se dedicó a esto.

Realmente no se si es completamente feliz o en el fondo solo lo hace por ella y es infeliz, es algo que nunca le he preguntado.

—Quisiera presentarte a alguien… –hable con un tono de inseguridad y sonriendo un poco.

—¿A alguien? ¿A quién? –él parecía un poco sorprendido, se que jamás le había presentado a alguien así que esto tal vez lo tomaría por sorpresa.

—Lidia ven aquí por favor –hable con un tono de voz elevado para que pudiera oírme unos minutos después, ella apareció entre el pasillo y se acercó a mí.

Parecía estar un poco nerviosa pero trato de ocultarlo, mi padre la miró un poco curioso.

—Padre ella es Lidia –mire a Lidia y sonreí —Es mi… novia

Volví a mirar a mi padre quien no parecía feliz pero tampoco parecía molesto, realmente no había ninguna expresión en su rostro.

—¿Tu novia? –habló finalmente estaba segura que estaba confundido, jamás le había mencionado que me gustarán las mujeres o algo parecido.

Tenía algo de miedo que reaccionara mal, mi padre provenía de una familia rusa y ellos solían ser algo tradicionales con respecto a las parejas.

—Mucho gusto señor Raskolnikova –rei levemente ya que Lidia no pudo pronunciar bien el apellido de mi padre, no la culpaba nadie que no fuera ruso o tuviera conocimiento del idioma podía pronunciar bien mi apellido; ella extendió su mano, mi papá extendió su mano para estrechar la de mi novia.

Entre tú y yo, Competencias de amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora