Capítulo 18

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No hay rolita esta vez

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No hay rolita esta vez.

Elizabeth:

Realmente intentaba aclarar mis ideas pero todavía esta situación con Lidia Me estaba volviendo loca, cuando tenía clases de biología lo unico que queria era era arrojarle el microscopio en la cabeza Nathan por haberme robado a mí novia y cuando tenía clases con Lidia quería arrojarle la libreta en la cabeza a ella por babosa.

Pero ahora tenía que ordenar mis prioridades, primero tenía que estudiar sola porque Lidia me dijo que ya no me darías más clases, así que me tocaría estudiar sola para poder aprobar los exámenes que estaban por venir, después de los exámenes me preocuparía por Lidia, realmente la competencia en Dublín era algo que ya no me importaba.

Pero hablando con Michel y Josh, ellos se mostraban muy interesados en que yo fuera a Dublín, entonces en mi lista de prioridades Lidia ahora estaba en tercer lugar,sin embargo, hoy pondría en marcha mi plan.

Primera etapa: darle celos o hacerle perder la paciencia.

Justo ahora me encontraba en el pasillo hablando con Josh, por lo que me habían dicho los dos babosos Michel y Josh; Nathan le había propuesto a Josh separarnos para que Josh se quedará conmigo.

Después de casi castre a Josh por eso y que él rogara por piedad, le dije que ahora me ayudaría a mi con mi plan para recuperar a Lidia, y el plan incluía hacerse pasar por mi novio.

—¿Segura qué esto va a funcionar? —él estaba aún lado de mí, mientras yo sacaba unos libros de mi casillero.

—Por supuesto, una cosa que se de Lidia es que es muy celosa y posesiva, no le gusta que nadie toque lo que es suyo —y si bien yo recuerdo yo era de ella y ella era mía.

—Si me corta el pito será tu culpa —parecía que el señor Hamilton le tenía miedo a la profesora Camden.

—Sí ella no te lo corta lo haré yo, no te preocupes por eso —cerré el casillero, dándole una sonrisa llena de inocencia falsa.

—Eres cruel, ¿lo sabías? —dijo él con resignación.

—Lo sabía pero que me lo confirmes me vale pepino —ambos comenzamos a caminar, estábamos tomados de la mano.

Era rara la sensación, sus manos eran muy grandes, las de Lidia también lo eran pero las de ella eran delicadas y muy suaves a comparación con las de Josh que parecían más rasposa, mi mano no encajaba con la de él a comparación con la de Lidia.

Nos detuvimos cuando vimos a Nathan y a Lidia salir de la sala de maestros, ella me miró, sus ojos no brillaban…

¿Por qué no brillaban?

Su mirada se desvió a nuestras manos entrelazadas y aunque quise soltarme, solo me mantuve firme, Nathan también nos miró pero él solo tomó a Lidia de la cintura, llevándola con él.

Entre tú y yo, Competencias de amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora