Elizabeth:
Realmente no entendía mucho de número, la profesora Camden me dijo que le tomaríamos prioridad a las matemáticas ya que Literatura podría esperar.
Siempre que ella me empezaba a explicar las fórmulas tan extrañas bastaron quince minutos para distraerme nuevamente, siempre me esforzaba por entender lo que ella me decía y aunque miraba la libreta y el libro, he intentaba leer cuando leía no lograba entender nada, es como si solo estuvieras leyendo palabras vacías, hay palabras pero no forman ninguna oración, así se sentía leer, normalmente cuando estudiaba para exámenes, ponía música o alguna película.
Necesitaba ruido para poder escucharlo, mientras leía, así mi cerebro estaba prestando atención a una cosa mientras hacía otra aunque nunca estudiaba por mucho tiempo luego de una hora, ya estaba haciendo cualquier cosa menos estudiar.
Ahora mismo nos encontrábamos nuevamente en mi casa, era viernes por la tarde ya habíamos tenido unas dos semanas de clases, y la profesora Camden siempre paraba justo cuando se cumplía una hora, cuando llegaba ponía algo de música mientras me explicaba y luego resolviamos ejercicios, después de una hora exacta parábamos y ella comenzaba a platicar sobre cosas normales o cosas que a mí me gustaban.
Ya llevábamos una hora exactamente estudiando y era momento de un pequeño receso.
—Así que, ¿Vives sola? –me preguntó la profesora un tanto curiosa por lo que pude notar.
Me levanté de mi silla, para ir por un vaso de agua.
—Si, cuando entre a la universidad vine a vivir aquí a Londres, mientras que mi padre atiende sus negocios en no sé dónde –respondí con indiferencia ya que realmente mi relación con mi padre no era tan cercana, pero era un hombre muy amable realmente, tenía cara de amargado pero cuando platicabas con él era una gran persona.
—¿No tienes hermanos? –y ahí está otra vez intentando indagar sobre mi vida, ella es muy curiosa por lo que veo, siempre hace preguntas sobre mi vida pero cuando yo quiero saber algo sobre la suya, la evade.
—Tenía uno, pero falleció –dije mientras movía mi lápiz de un lado a otro dibujando garabatos en la libreta.
—Puedo preguntar, ¿Por qué falleció? –ella habló con un tono de duda, yo no quería negarle ningúna respuesta, hasta este momento no lo había hecho, pero hablar de mi hermano muerto, era hablar de mi mamá fallecida y por el momento no quería tocar esos temas.
La profesora Camden últimamente ya no era tan amargada, bueno en la escuela seguía teniendo ese porte de maestra estricta y amargada, pero cuando estaba conmigo cambiaba, es como si cambiará de personalidad, era más animada y sonreía un poco más, yo no solía sonreír casi nunca, de hecho casi nunca lo hacía a menos de que Michel me contara uno de sus tan malos chistes.
También no me había dado cuenta pero le contaba muchas cosas a ella, que ni siquiera le había contando a Michel, era extraño el poder que ella ejercía sobre mí, y lo más raro era que no me molestaba, empecé a hablar más con ella y comencé a sentirme mejor, hablar con ella me ayudaba mucho, cosa que no quería admitir pero era cierto.
—Puede preguntar, pero no voy a contestar –dije sin preámbulos mientras seguía dibujando—¿Usted tiene hermanos? –ahora fui yo quien pregunto, ya era suficiente interrogatorio para mí, ahora le tocaba a ella.
—Si, tengo dos hermanos –me respondió, luego de eso tomo un poco del té que anteriormente le había ofrecido.
—¿Son menores o mayores que usted? –
—Son menores que yo, tienen 19 y son gemelos –
—¿Cuántos años tiene usted? –mi pregunta la hizo atragantarse un poco con la bebida, limpio sus labios y me miró.
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Entre tú y yo, Competencias de amor
Fiksi RemajaEN CURSO. Lidia Camden es una de las mejores profesoras de literatura y matemáticas en una prestigiosa universidad en Londres, Elizabeth es una de las mejores bailarinas que ha ganado dos veces la medalla de oro en la competencia de baile contemporá...