Celar

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Keigo estaba en su trabajo, no le gustaba ser mesero pero era lo mejor que tenía, estaba atendiendo una mesa, eran dos hombres que respetuosamente le dijeron lo que querían, esa clase de gente le agradaba a Keigo ya que le facilitaban el trabajo, tomó la orden y fue a dejarla para que en la cocina prepararán la comida, pero después de dejarla sintió como apretaba su brazo con fuerza, volteo a ver quién era y vio el rostro de su novio .

— Tou… ¿Qué pasa? — preguntó algo extrañado .

— ¿Qué pasa? ¿Quienes son esos hombres? — claramente Touya estaba drogado.

Keigo intentó calmarlo pero Touya seguía apretando su brazo.

— Mi amor solo son clientes …

— Vámonos …— jalo del brazo del otro para que caminara pero al ver qué el otro se negó enfureció más.— ¡Te dije que nos vamos!

— Touya … estoy en mi trabajo, en casa podemos hablar — dijo tratando de calmarlo.

— ¡Son tus amantes! ¡No me vas a ver la cara! — le gritó llamando la atención de los demás meseros que estaban ahí — ¡Agarra tus cosas y vámonos!

— Mi amor por favor…

— ¡Nada! ¡Cállate y vámonos!

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Keigo sintió vergüenza de ver cómo todos lo miraban, tomo sus cosas y le avisó a su jefe que tenía que irse de emergencia , afortunadamente el jefe aceptó y pudo irse mientras Touya jalaba de su brazo, en la calle le siguió gritando y apesar de que era de noche la gente los miraba, Keigo le pedía que se calmara pero su novio no lo escuchaba. Al llegar a casa Touya lo empujó para entrar y eso fue una señal para que Keigo intentará ponerle un alto.

— Touya no me trates de esa manera — le dijo mientras sentía su brazo doler.

— ¡Tu no me entiendes! — Touya repentinamente abrazo al otro mientras seguía alterado por aquella sustancia— Entiende que solo te quiero para mí… no quiero que ni esos hombres ni nadie te vea… eres mío… mi novio.

— Lo soy pero no me gustó que me gritaras en mi trabajo… — logro safarse del agarre del otro y lo miró, le dolía verlo en ese estado — Sabes que no amo a nadie más que a ti, ¿Dudas de mi?.

Touya insistía en tenerlo cerca asi que lo abrazo por la cintura atrayéndolo a él.

— Es que eres precioso y tú no lo ves pero todos te miran de otras maneras… no quiero que nadie te robe de mi lado… — esas palabras endulzaban al rubio.—  Se que no debí ponerme de esa manera pero cuando te vi atendiendo a esos hombres… sentí que te apartaban de mi lado.

— Son simples clientes… tú eres mi pareja — ya había caído, acarició el rostro del otro— Solo no me vuelvas a tratar de esa manera¿Si?...

El pelinegro le sonrió y lo beso mientras sus manos acariciaban al otro, después de que lo había ignorado, ese beso era la mismísima gloria para rubio, le correspondió el beso gustoso de sentir el cariño de su novio, parecía que nada había pasado hace unos instantes, claro que esos besos fueron escalando y terminaron en un momento más íntimo para ambos, parecía que todo está a bien entre ellos, o al menos eso era lo que Keigo quería creer.

Violentómetro / DabiHawksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora