Golpear "Jugando"

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Touya cargaba el cuerpo del rubio mientras caminaba por la calle, hablaba con el rubio paga evitar que esté pensara nuevamente en lo que pasó en la noche, miraba de vez en cuando al otro pero no podía soportar ver cómo aquel brillo de esos ojos miel se había esfumado por culpa de aquel hombre.

— ¿A dónde vamos? — pregunto Keigo mientras sus ojos algo llorosos miraban al pelinegro.

— Te dije que nos iríamos de ahí, le pedí a un amigo que nos dejara quedar en su casa, no lo conoces pero es agradable — seguía caminando mientras lo tenía en brazos— solo pasaremos dos días ahí mientras consigo otro departamento.

— ¿Renunciaste a tu trabajo?...

— Claro que lo hice, no iba a seguir ahí porque si veía a ese maldito te juro que lo mato con mis propias manos — besó la mejilla del rubio. — Sé que a veces soy muy duro contigo pero te amo precioso.

— También te amo…

Por fin Keigo se sentía protegido en los brazos de su novio, permaneció callado por un tiempo mientras su novio caminaba, tardaron varios minutos en llegar a su destino pero se detuvieron en una casa bastante peculiar, la pintura de la fachada era totalmente negra pero la puerta era de color rojo, eso llamo la atención del rubio, Touya tocó la puerta y espero unos segundos a qué le abrieran.

Quién abrió la puerta era un hombre que parecía joven, de cabello blanco y ojos rojizos, mantuvo su semblante serio al verlos.

— Llegaron antes, lamento si ven la casa desordenada — aquel chico se hizo a un lado para que los otros pudieran pasar.

Touya se adentro a la casa ci el rubio en brazos y parecía conocer muy bien aquel lugar ya que pasó directamente a una de las habitaciones, en aquella habitación había una cama y un armario, bastante sencilla la decoración pero combinaba con la fachada de la casa.

El pelinegro dejó al rubio sobre la cama y se acercó a él, comenzó a acariciar su cabello mientras lo miraba.

— Saldré a arreglar algunas cosas, llegaré con algo para almorzar — besó los labios del otro — Descansa un poco.

Keigo abrazó al pelinegro mientras empezaba a sollozar.

— No por favor… no me dejes solo — se aferró al pelinegro .

— Shh… Tranquilo, no tardaré mucho — correspondió el abrazo del otro — Volveré más tarde.

— Tou…

El pelinegro beso nuevamente al otro en un intento de calmarlo.

— Te quedas aquí, es casa de un amigo y confío mucho en él, si algo se llegará a pasar el me lo dirá y vendré de inmediato…

////

Keigo seguía recostado en la cama mientras abrazaba aquella camisa negra que su novio le había dejado, el sentir el aroma del otro lo tranquilizaba mucho y lo hacía sentir protegido. Escuchó que tocaron la puerta y se puso muy nervioso.

— Keigo soy yo, el amigo de Touya — respondieron desde el otro lado de la puerta.

— Mhmm… adelante.

La voz de Keigo sonaba algo bajo pero aún así vio la puerta abrirse y aquel hombre que decía ser amigo de su novio se adentraba a la habitación.

— Vine a ver si necesitabas algo, Touya me pidió que ‘cuidara’ de ti. — aquel hombre se sentó al borde de la cama— ¿Qué te pasó?, Touya estaba totalmente enloquecido cuando me llamó para pedirme que los dejara quedarse.

— Nada en especial — respondió el rubio.

— Te soy sincero, Touya me pidió que te ayudará — extendió su mano al otro esperando su saludo — Soy Tomura Shigaraki, soy psicólogo y puedo ayudarte con tu problema.

Keigo se escondió entre las sábanas de la cama mientras se sentía nervioso.

— Puedo entender que quizás sientas vergüenza… pero si en algún momento quieres hablar sobre lo que te paso yo te puedo ayudar.

Shigaraki salió de la habitación y cerró nuevamente la puerta.

/////

Keigo pasó varias horas escondido entre las sábanas, sentía miedo, sentía que si abría esa puerta entraría Ren y nuevamente le haría daño, paso horas solo hasta que la puerta de su habitación se abrió.

— Mi amor …

Se quitó las sábanas de encima y sonrió al ver al pelinegro.

— Traje algo para que comas y te traje un regalo … — el pelinegro se sentó en el borde de la cama y dejó unas bolsas plásticas sobre la misma — Anda mi amor, levántate y comamos.

El rubio se sentó en la cama mirando a su novio, Touya de una de más bolsas sacó una caja con un moño rojo en el centro y se la acercó al rubio.

— Te compré los chocolates que tanto te gustan… quiero que te sientas mejor mi amor — le dejó la caja sobre las piernas del otro.

Takami sonrió y abrió la caja, al ver los chocolates se sintió tan amado…

— Gracias Tou…

Iba a continuar hablando hasta que sintió un golpe en su brazo derecho lo cual hizo que levantará la mirada algo asustado.

— Me dolió … — se quejó el rubio— ¿Por qué hiciste eso?...

— No lo hice con mala intención, solo fue un golpecito de broma, no seas dramático.

— Es que me duele el cuerpo… por favor si quieres darme cariño dame un beso o un abrazo …

— Perdón — dijo en un tono más serio — no pensé que un pequeño golpe opacara todo lo que acabo de hacer por ti .

Violentómetro / DabiHawksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora