Humillar en público

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Takami estaba atendiendo a varios clientes en el restaurante, era un día ocupado sin duda pero era bueno en su trabajo y sabía cómo manejar las cosas. Fue a la cocina a dejar una orden pero su jefe llamó su atención.

— Keigo, un cliente ha llegado y quiere que seas tú el que lo atienda, no me sorprende haces muy bien tu trabajo. — su jefe era amable con él — Anda ve a tomar su orden.

Keigo sonrió para después ir a aquella mesa, vio al cliente de espalda para después colocarse a lado de la mesa.

— ¿Otra vez tu? — preguntó el rubio fastidiado.

— Hola pajarito — Ren le sonrió mientras se levantaba de su asiento — Un gusto verte otra vez, te mentiría si te dijera que es una coincidencia.

— No me gusta ser descortés pero realmente me estás hartando, tomaré tu orden y ya .

— ¿Por qué no te sientas? Pide algo para ti también o quizás podemos ir a otro lugar.

— Te he dicho que no, por favor deja de molestarme.

— Keigo escucha bien lo que diré — Ren tomó la mano del rubio — Me gustas, ese día que entre a tu departamento se que actúe mal pero si aceptaras a estar conmigo no te faltaría nada, te daría lo que te mereces y más … Piénsalo.

— No me deslumbran las cosas de las que presumes, no olvido como me trataste a mi y a mi novio ese día… Aparte yo amo a Touya y créeme que no lo cambiaría por nada .

— Necesitamos tener una extensa charla sobre tu 'noviecito', salgamos de aquí y hablamos. — Ren tenía la intención de abrazar al otro pero Keigo rápidamente se separó.

— Deja de acosarme… estoy en mi trabajo, no puedo irme así como así .

El rubio iba a darse la vuelta pero Ren tomó su brazo para detenerlo.

— No me gusta alardear pero si yo le digo a tu jefe que te deje salir lo hará — atrajo el cuerpo de Takami a él — A mi nadie me dice que no … solo tú.

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Keigo forcejeaba con Ren para que lo soltara pero parecía inútil ya que había logrado sacarlo del restaurante, era un hombre con poder y cuando se le puso en frente al jefe de Keigo y le exigió que le diera el día libre, el jefe del rubio no dudó en dárselo, sabía que Ren era un hombre con poder y logró intimidarlo.

Ren subió al rubio a su auto ignorando las protestas del rubio, empezó a conducir lejos de aquel restaurante.

— ¡Para el maldito auto! — exigió el rubio tratando de abrir la puerta.

— Puedes estar tranquilo, no pienso hacerte nada tan solo quiero hablar contigo sobre cosas que son importantes para ti — seguía conduciendo cada vez alejándose de aquel lugar.

— ¡Te dije que no me interesa!

Keigo veía desesperado como se alejaban cada vez más y estaba empezando a desesperarse al ver qué no podía hacer nada.

— ¡Ren!

Aquel hombre volteó a ver al rubio y detuvo el paso del auto inmediatamente al ver cómo de los ojos del rubio empezaban a caer lágrimas.

— ¡Te dije que no!... ¡Deja de acosarme!

Ren no respondió, simplemente acercó su mano al rostro del otro y limpió las lágrimas que caían de esos lindos ojos.

— Tengo tantos problemas en este momento… no quiero uno más en este momento.

— Lo siento Keigo — aquellas palabras sonaron bajo pero lograron hacerse escuchar para el rubio — Pero en serio me causa conflicto que estés tan cegado, no puedo creer que ames a un drogadicto que ni él mismo sabe de dónde consigue el dinero para comprar sus mierdas… No miento cuando digo que eres hermoso. Te dejaré irte si me cumples una petición… hablemos más a fondo.

— ¿Prometes que me dejaras ?...

— Si pajarito — Ren acarició levemente el rostro del otro — ¿Por qué alguien como Touya está con alguien como tú? .

— No hables así de él, Touya es mi novio y te aseguro que lo amo tanto como él a mi.

— Mhmm… ¿Nunca te lo han dicho? Al menos a mí me pareces radiante y el verte a lado de un hombre como Touya solo me hace pensar que estás desperdiciando tiempo, pero bueno, debe tener algo que te guste.

— Es el amor de vida, estoy seguro de eso, no me gusta que te refieras a mi como si fuera inalcanzable y Touya no me mereciera.

— Es porque así es, date una oportunidad de convivir con alguien diferente y verás que puedes tener algo mejor — tomo la mano del otro— Dame una oportunidad, salgamos juntos una noche y te haré ver todo lo que puedo darte.

— No me harás cambiar de opinión, soy fiel a mi relación.

— Ya me darás una oportunidad, quizás hoy no pero te aseguro que te ganaré.

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Había convencido a Ren de dejarlo ir antes de lo que quería, lo dejó cerca de su hogar y cuando bajó del auto solo escucho como el otro le decía : "Nos vemos mañana".

Suspiro fastidiado y entró a su departamento, al escuchar un poco de ruido dentro supo que estaba su novio, parecía que tendría una buena noche hasta que el estruendoso sonido llamó su atención. El pelinegro estaba frente a él y le había arrojado una botella de vidrio, afortunadamente parecía que Touya estaba bajo los efectos de alguna sustancia y no había tenido una buena puntería.

— ¡¿Dónde mierda estabas?! — grito el pelinegro. — ¡Fui a tu trabajo porque quería salir contigo! ¡¿Y sabes lo que me dijeron?!

Keigo tembló al escuchar esas palabras.

— ¡Que te habías ido con otro hombre! ¡¿Con quién mierda te fuiste?!

Touya se acercó al rubio y lo jalo del brazo.

— ¡Todo el mundo hablaba de que un hombre fuerte por ti! ¡¿Con quién te fuiste?! — empezó a apretar con fuerza su brazo. —¡¿Con quién me estás engañando?!

— Te dije que no me volvieras a tratar así…

— ¡Siempre te quejas de que no te pongo atención! ¡Y cuando lo hago te vas a darle el culo a otro hombre!

— ¡No me hables así Toya!

— ¡¿Te gusta que otros te pongan atención?! ¡Entonces eso te daré!

Subió su mano y jalo el cabello de Keigo haciendo que esté se quejara, abrió la puerta y salió del departamento mientras obligaba al otro a salir.

Los gritos de Touya y los quejidos de Keigo llamaron la atención haciendo que la gente que vivía en el mismo edificio que ellos saliera a ver qué pasa, claro que Takami sintió vergüenza al sentir la miradas sobre él, que todos veían como su novio jalaba su cabello mientras le seguía gritando.

— ¡Touya déjame! — grito el rubio intentando separarse del otro.

— ¡Querías atención! ¡Eso es lo que te estoy dando!

La gente solo miraba la escena que pasaba entre los dos pero nadie intervenía para ayudar al rubio, simplemente veían aquella situación como si nada pasara.

Violentómetro / DabiHawksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora