Encerrar, aislar y amenazar con objetos o armas

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Keigo simplemente no podía creer que Touya había regresado como si nada, como si aquellos golpes hubieran sido poca cosa, ya estaba cansado.

— No Touya, no soy tuyo. — exclamó para después mirar directamente a aquellos ojos azules — ¿Sabes por qué? Porque no soy un objeto que puedes tirar y recoger cuando quiera, ve lo que me acabas de hacer; soporte que me gritaras, que me insultaras, incluso que me golpearas varias veces… pero ya no, ya no voy a tolerar eso porque no tengo la culpa de que seas tan inestable.

— ¿Qué dices?... ¿Qué es lo que quieres decir con eso?.

— Digo que deberíamos darnos un tiempo, estoy en el hospital por tu culpa y realmente necesito pensar sobre lo nuestro y es lo mejor para ambos, tú deberías pensar en si lo que quieres es tener una relación o alguien con quién desquitar tu coraje.

— Llevamos dos años juntos, ¿En serio me estás pidiendo tiempo?, ya somos más que novios, nos unimos de todas las maneras posibles, si quieres tiempo lo hubieras pensado hace dos malditos años que decidiste huir de tu casa para vivir conmigo, ahora no me vas a decir que necesitas pensar las cosas, ¿En que vas a pensar?.

— Tu no sabes cómo me sentí cuando vi que cambiaste tu forma de ser conmigo…es que tú ya no eres el hombre del que yo me enamoré.

Esas palabras se clavaron en el corazón de Touya, sintió como lo destrozaron por completo, amaba tanto al rubio y creía que era obvio, en su corazón no había más espacio para alguien más.

— Quieres decir que … no me amas.

— Te amo tanto Touya pero hay veces en las que no se ni quien eres, te pones tan agresivo conmigo y yo jamás hice otra cosa que no fuera amarte — el rubio intentó retener sus lágrimas—  a lo que me refería es que tú ya no pareces ese Touya… mi Touya.

— Soy la misma persona desde hace dos malditos años, ¿Dejaras que un error termine con lo nuestro?.

— No fue solo un error, dijiste que ibas a matarme a golpes y lo ibas a hacer si tú amigo no entraba… jamás deje de quererte a pesar de lo que los demás decían de ti o que mis padres me prohibieron verte, pero todo tiene un límite y este es el mío.

Touya se acercó a Keigo, parecía tranquilo y eso solo asustaba más al rubio, sintió como los brazos del pelinegro lo rodearon y parecía que la conversación tendría un buen final hasta que su cuerpo se estremeció al sentir algo muy afilado detrás suyo.

— ¿Aún quieres una vida conmigo? — preguntó Touya acercando más aquella navaja al cuerpo del otro.

— Aleja eso … voy a gritar si no me sueltas.

— Hazlo, imagina las consecuencias — Touya beso la mejilla del rubio para después acercarse a su oído y susurrar— Levántate, te traje un poco de ropa y después de que te cambies nos vamos a ir.

— No quiero, ¿Por qué solo piensas en lo que tú deseas?

— Yo deseo estar contigo y tú deseas estar conmigo, nos amamos.

/////

Lograron salir del hospital sin llamar la atención, Touya seguía abrazando al otro pero solo con la intención de seguir amenazando al otro con aquel objeto, caminaron por varios minutos hasta que llegaron a un motel que a primera vista se veía que era barato y no solo porque era un lugar algo pequeño, si no que también porque se veía poco limpio, ambos entraron a aquel lugar y Touya obligó al otro caminar hasta una de las habitaciones, abrió la puerta y la habitación tenía una cama matrimonial y nada más.

— No es un buen lugar pero es lo que tenemos por ahora — el pelinegro empujó al otro para entrar — Estarás aquí hasta que yo llegue y más te vale no hablar con nadie .

— ¡No me puedes dejar aquí!

— Si puedo y lo haré, nos vemos más tarde — abrió la puerta de la habitación y miro al rubio — Traeré algo de comer .

Cerro la puerta a su paso y Keigo escuchó cuando le puso llave, el rubio se asomó a la ventana y no era una opción salir por ahí, era un segundo pisoy era peligroso, se sentó en la cama y se pasó las manos por el rostro desesperado.

Violentómetro / DabiHawksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora