Destruir artículos personales

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Keigo tenía los ojos cerrados mientra escuchaba como su novio abría una puerta, habían llegado a ese lugar en donde según las palabras de Touya vivirán ahora, de entrada el vecindario era mucho mejor a dónde vivían antes, solo que Keigo no dejaba de preguntarse sobre el nuevo trabajo del pelinegro.

Sintió como Touya tomaba su mano y lo ayudaba a adentrarse a aquel lugar.

— Vale … abre los ojos mi vida — el pelinegro seguía tomando la mano del otro.

El rubio abrió de a poco sus ojos y no pudo evitar sonreír al ver aquel amplio departamento, había una sala enorme y podría ver qué tenía un ventanal grande en el cual se podía ver una vista agradable, estaba sorprendido, todo estaba amueblado, aquel espacio era grande así que solo le quedaba imaginar cómo eran los demás espacios.

— ¿Te gusta? — preguntó Dabi.

— Amor … Claro que me gusta — Keigo camino al ventanal que se encontraba en la sala y miraba el exterior. — Todo es hermoso .

— Espera a ver las habitaciones, elegí este lugar pensado en ti — el pelinegro tomó la mano del otro y ambos se adentraron a la casa.

Dentro pudo ver la cocina, no era nada comparado a su antigua casa, la cocina tenía lo esencial pero todo era tan moderno, eran cosas que el rubio jamás creyó tener, adoraba los colores neutros que decoraban los espacios. Cuando entraron más a la casa pudo ver qué habían tres habitaciones, el pelinegro abrió una de las puertas y le mostró aquella gran habitación, la cama era enorme y había un armario que parecía inmenso, era como una habitación sacada de los sueños del rubio.

— Touya … es una habitación tan linda — Keigo no paraba de sonreír — Todo en ese departamento me encanta.

— Está es nuestra habitación, las demás no son tan importantes, una es solamente el baño y la que queda aún no le doy un uso — abrazó al rubio  mientras veía aquella hermosa sonrisa. — Podemos empezar a desempacar todo o… podemos estrenar nuestra nueva cama.

Keigo rió ante la propuesta del otro pero finalmente le dio un beso en los labios.

— Te conozco Touya, si hacemos algo ahora mismo, cuando terminemos no vas a querer desempacar y dejaremos las cosas ahí por días — beso nuevamente a su novio — Si ordenamos todo y terminamos rápido … podemos estrenar la cama.

/////

Ambos sacaban las cosas que habían traído, aquella tarde transcurría con normalidad hasta que Keigo tomó entre sus manos aquel marco con una foto dentro. Era él junto a sus padres, ¿Hace cuántos años que no los veía?... comenzó a pensar y hace dos años que no veía a sus padres.

Los extrañaba mucho, habían tenido sus problemas pero al final de todo eran familia, se había ido para estar con el hombre que amaba pero quería verlos nuevamente, quizás ya lo habían perdonado por haberse ido aquella noche, quizás aún lo seguían amando como su hijo. Una pequeña lágrima recorrió su mejilla, quería volver a ver a sus padres.

— ¿Qué tanto miras? — el pelinegro se acercó al rubio al escuchar un sollozo.

—  Hace tanto que no los veo …

Dabi miró la foto que tenía el rubio en la manos y frunció el ceño.

— Si pero recuerda lo que te hicieron, te fuiste de ese lugar porque nadie te amaba tanto como yo, ellos no te buscaron… en cambio y sigo aquí para ti — le arrebató aquella foto.

Keigo lo miro e intento recuperar la foto, la única foto que le quedaba de sus padres. Sus intentos fueron en vano ya que Touya lanzó aquí marco con la foto a la pared causando que el marco se rompiera, después tomó la foto y la rompió en mil pedazos.

— No los necesitas, ellos no te aman — aquellas palabras estaban lastimando a Keigo —  Yo si te amo … y conmigo estás mejor.

Keigo tomó los pedazos de aquella foto y los miró con tristeza, recogió los pedazos del marco para poder tirarlos,  lloró en silencio para que el otro no pudiera verlo pero fue inevitable.

— No llores por tus padres, no valen la pena, no quiero volver a ver qué derramas una lágrima por alguien que no sea yo.

Violentómetro / DabiHawksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora