Keigo estaba recostado sobre la cama mientras se sentía cansado, y es que aunque ya no trabajara sentía como no podía ni levantarse, no había comido ni tampoco había dormido, se escondió dentro de las sábanas mientras abrazaba a la gata.
— Oye Minji… ¿Tu crees que Touya aún me quiera? — acarició el pelaje de la gata— Porque yo lo amo…
La gata maulló mientras disfrutaba de las caricias del rubio.
— Él ha cambiado mucho desde que nos conocimos … a veces pienso que lo mejor sería separarnos — el rubio sonrió al ver cómo la gata lamía su mano — Pero ya has escuchado lo que dice… ¿Lo crees capaz de matarme si me separó de él?, la verdad es que no lo creo, quizás y lo dice para asustarme.
Minji maulló nuevamente, parecía que la gata estaba respondiendo.
— A veces imagino cómo sería Touya si dejara esas sustancias… sería como conocer a un hombre nuevo …
Escuchó que abrieron la puerta dejando ver al pelinegro.
— Hola cielo… — saludo el rubio.
— Tengo hambre, levántate — el pelinegro se tambaleaba mientras intentaba mantenerse de pie.
Keigo miró de forma algo desconfiada al otro, ¿Nuevamente estaba drogado? .
— ¿Qué te sucede? ¿Por qué me hablas así?...
— Te dije que tengo hambre, levántate y prepara algo.
— Está no es nuestra casa, no puedo salir y tomar cosas que no nos pertenecen — Keigo se sentó sobre la cama mirando al otro— además ya habíamos hablado sobre la forma en la que me tratas
— ¡Levántate! — se acercó al rubio mientras lo miraba con molestia — ¡Ya estoy cansado de tu maldita actitud!
— Cállate, Tomura te va a escuchar y no quiero que nadie se entere de nuestros problemas.
Touya abofeteó el rostro del rubio para después jalar su cabello y obligar al otro a verlo a los ojos.
— Cuida tu maldita boca o te voy a enseñar a respetarme, ya me tienes cansado, si no cambias tus modales te voy a dar una lección que no vas a olvidar. — siguió jalando el cabello del otro— ¿Entiendes tu lugar, perra?
— ¿¡ Cómo me llamaste!?
— ¡Perra, eso es lo que eres! ¿¡O cómo llamar a una persona que engañó a su novio!?
— ¡Yo no quería engañarte! ¡Él me obligó!
Touya volvió a abofetear al otro.
— ¡Te voy a enseñar a respetarme!
Cuando el pelinegro lo golpeó por segunda vez Keigo no pudo más y le devolvió aquel golpe no con la misma intensidad pero sí con el mismo coraje. Touya solamente miro al otro con molestia, se alejó de él y Keigo solo pudo ver cómo apretó sus puños con molestia …
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Hola, no quise dejarlos sin capitulo pero tengo mucha tarea :(
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Violentómetro / DabiHawks
FanfictionLa violencia también se mide, es terrible ver cómo aquella persona por la que siempre dejaste todo de lado para ponerla en primer lugar va acabando con el brillo especial de una mirada, Keigo siente como por dentro va poco a poco quebrandose pero no...