Unos leves toques en la puerta acabaron con el sueño placido y culposo que Skyler tenía con Logan. Se frotó los ojos con molestia, levantándose perezosamente de la cama.
La imagen de su hermana Camille con el cabello enmarañado fue lo que vio al abrir.
—Es Logan —le informó, entregándole el teléfono de la casa—. Urge que te compres un nuevo celular porque qué suplicio que ni los domingos pueda dormir hasta tarde por ser tu asistente de llamadas.
Ella bostezó y frunció su ceño.
—¿Logan? ¿A esta hora?
—Sí, ¡Qué romántico llamarte a las cinco de la mañana! ¿No crees?
—ironizó su hermana, con la sonrisa más falsa que hubiera visto.—Ey, no es mi culpa.
—Como sea, recuerda que quedamos en desayunar con Mabel. Bye
—concluyó, marchándose sin esperar respuesta alguna.Skyler liberó un hondo suspiro y tomó la llamada.
—¿Hola?
—Lamento llamarte a esta hora, pero algo sucedió. —Su timbre decaído la puso en alerta.
—¿Qué ocurre? —indagó, adentrándose de nuevo en su habitación.
Empujó a sus espaldas la puerta con su pie y se ubicó sobre la colcha.
—La trabajadora social se ha llevado a Annie a la comisaria de familia. Es probable que esta tarde la trasladen a un orfanato.
—¿¡Qué!? ¿Por qué? —se tocó la sien ante el estupor, incrédula por lo que él le informaba.
Recordó la conversación en la que Logan le había dado a conocer la vida de Annie, pero no se imaginaba que las cosas hubieran empeorado a tal grado.
—Anoche ella estuvo en su casa, Carola organizó una cena de bienvenida por la salida de Annie del hospital y para darle una buena impresión, el problema es que casi al final de la visita Nathaniel llegó ebrio y echó a perder todo. La señorita Carpenter dijo que Annie no podía seguir viviendo en ese hogar y se la llevó. —Logan suspiró, empezando a sentirse desesperado por no encontrar una solución al inconveniente—. Le dije que la ayudaría y realmente no sé cómo hacerlo, Sky.
—¿Señorita Carpenter has dicho?
—cuestionó ella, recordando aquella forma en que la llamaban.Si se trataba de la misma persona que creía, podría ser de gran utilidad.
—Sí, es la trabajadora social.
—En unos minutos te llamo, ¿Bien?
—¿Bueno? —pronunció el adolescente, confundido, y sin darle respuesta, Skyler colgó.
Se encaminó en búsqueda de la persona que podría brindarle ayuda: Su padre.
Esperaba que en ese momento pudiera contar con su figura paternal sin interferencias por parte de su madrastra. Para su dicha, se topó con él apenas bajó las escaleras, tomaba una taza de café y conservaba todavía su ropa de dormir.
—Buenos días —mencionó, acercándose con cautela.
—Buenos días, hija —replicó su padre, tomando asiento en el comedor y dejando su taza de café sobre la mesa—. ¿Qué haces despierta tan temprano?
Se sentía extraño poder entablar una conversación tranquila con él. Las grietas en su vínculo eran tan visibles que la incomodidad no podía ser omitida.
—Verás... necesito pedirte un favor —inició diciendo y se ubicó en la silla disponible al lado de Nicolás—. ¿Recuerdas a la señorita Carpenter?
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Cuando la muerte sea solo un sueño
Teen Fiction«En ocasiones los hechos del pasado pesan más que las ilusiones de un futuro mejor». Esa era la frase que se repetía constantemente en los pensamientos de Logan Benedetti. Un chico obstinado, e ininteligible. Una secuencia de hechos dolorosos había...