La grata sorpresa de que Camille y Christian fueron seleccionados como reyes del baile, representó mucho desconcierto para algunos, especialmente para el grupo de las chicas súper poderosas, quienes mayormente se ganaban el título de reinas. Las murmuraciones no habían parado desde el día del baile y en la radio estudiantil se rememoraba el evento como el mejor de los últimos años.
Un sonido que significaba la entrada de una llamada, causó que ambos se detuvieran en medio del pasillo. Skyler liberó el agarre de su mano para que contestara.
—¿Ahora qué hiciste? —cuestionó Logan apenas deslizó el símbolo del teléfono verde sobre la pantalla.
—¡Me seleccionaron para debutar en un campeonato regional de boxeo!
La voz de Alonzo retumbó fuertemente en su oído. Frunció el ceño y alejó el celular de su oreja, dando paso a que chica cielo se mostrara confundida.
—¿De qué estás hablando? ¿Un campeonato legal?
Aunque le pareciera maravillosa la oportunidad, le resultaba extraño que después de tantos años en el oficio por fin fuera a participar en algo ajeno a la clandestinidad.
—Así es, hermano. Al parecer alguien grabó una de mis peleas y un entrenador me ha contactado para participar en el campeonato. —Logan podía distinguir el entusiasmo en las palabras del muchacho.
Sabía que esa era la puerta que estaba esperando que se abriera para que Alonzo y Jacob pudieran empezar a desprenderse del mundo al que se habían sumergido con Paolo.
—Esto es lo mejor que has podido decirme en años. No entiendo cómo es que te gusta esta profesión de estar recibiendo golpes, pero que empieces a hacerlo en verdaderos escenarios de boxeo me tranquiliza —anunció, pasando el brazo por encima de los hombros de la castaña.
—Gracias, Logan... A pesar de que eres mi hermanito menor y que te cause tantos dolores de cabeza, nunca has perdido la fe en mí. En verdad te lo agradezco, tú has sido la persona que me mantiene cuerdo.
No pudo evitar sonreír, sintiendo melancolía.
—Para eso somos los hermanos, ¿No? —Alonzo río—. ¿Cuándo es el campeonato?
—El 01 de diciembre. Quiero que invites a tus amigos y a tu guapa chica cielo. Entre más aliento tenga en el público, mucho mejor.
—Eh, cuidado que esa guapa como dices ya es mi novia.
La mencionada sonrió y besó sus labios, luego se apartó para saludar a su grupo de amigos que empezaba a crear tumulto por los pasillos.
—Lo sé, los chismes familiares vuelan. Mi tía Darla me lo contó, felicidades para ti y condolencias para ella que tiene que soportar a un amargado como tú.
—Ah, ¿Ya pasamos la etapa de hermanos cariñosos y agradecidos?
—Ya, ya. Bien, no tengo todo el día para estar en el teléfono contigo, invita a todos... a esa engreída americana también.
No entendía a quién se refería.
—¿De qué hablas?
—Esa que estaba el día del ensayo en casa de Mabel con una gasa cubriéndolo media cara. —Alonzo sabía que exageraba con lo de la gasa, pero lo único que le interesaba era transmitir el mensaje.
Aquella engreída ocasionalmente se instalaba en su mente y no entendía el motivo, solo sabía que esperaba volver a verla. Logan era el único que podía ayudarlo con eso.
—¿La hermana de Theo? ¿Mónica?
—¿Es su hermana? ¡Mucho mejor! Nos vemos luego entonces, adiós.
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Cuando la muerte sea solo un sueño
Teen Fiction«En ocasiones los hechos del pasado pesan más que las ilusiones de un futuro mejor». Esa era la frase que se repetía constantemente en los pensamientos de Logan Benedetti. Un chico obstinado, e ininteligible. Una secuencia de hechos dolorosos había...