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[SENDAI, JAPÓN, 2012]

Hacía un poco de viento esa noche.

Era una noche como cualquier otra, tranquila y fresca, con ausencia del sonido de los autos molestos, solo el aire y los animales nocturnos.

Mis manos en el manubrio de la bicicleta se sentían sudorosas debido al tiempo que estuve manejando por las calles del vecindario. Había sido un buen ejercicio de relajación y las luces opacas de los postes contrastaban bien con el sentimiento

Todas las noches que podía daba un paseo para estirar las piernas por  aproximadamente una hora, ya que las noches eran lo suficientemente oscuras para que todos permanecieran dentro de sus hogares y descansar.

Bajé de mi bicicleta un momento y caminé hasta que llegué a un pequeño negocio de esos que se mantienen abiertos las 24 horas, recargué mi transporte en un poste y abrí mi bolso para guardar mi reproductor y audífonos despues de escuchar música mientras manejaba, entonces, cuando disponía a seguir mi camino unas voces llamaron mi atención. Era una discusión casi inaudible pero no me interesaba lo suficiente en las peleas callejeras como para perder mi tiempo en observar, ademas estaba cerca de casa, por lo que continúe acomodando mi mochila y cuando por fin habia puesto el pie en el pedal una voz me sacudió

—Disculpa, ¿Chico? —llamó una voz femenina

Dude por un segundo si se refería a mí, pero entonces noté que era el único chico en el lugar, en realidad, la única persona, aún así giré discretamente la mirada en caso de que estuviera equivocado

Pero efectivamente, esa chica se acercaba a mí con rapidez, alterada y quizá la persona de esa pelea que se escuchaba a lo lejos

—¿me hablas a mí? —contesté un poco molesto y confundido, la miré un poco abajo por lo pequeña que era

—sí, tú —respiro ondo una vez que dejó de correr —te daré 3mil yenes si caminas conmigo en esa dirección —señaló y sugirió ella como si fuera nada

Eso me resultó descortés

—¿tengo cara de necesitar 3mil yenes? —la miré molesto para después desviar la mirada —no se si lo sepas, pero tus palabras me son molestas y ofensivas —respondí

—No, no es nada de eso, supuse que nadie haría favores por nada, pero si te ofrezco est...

Siseé

—estas confirmando mis palabras, no asumas cosas incoherentes, las personas pueden malinterpretarte fácilmente —estaba decidido a irme desde el momento en que monté mi bicicleta, pero la mano que se aferró a mi chaqueta me hizo detenerme

—por favor —musitó con la cabeza gacha —solo necesito deshacerme de una persona que está siguiendome

Enarque una ceja

—¿estás en peligro? —me reincorporé

Antes de que pudiera contestarme me percaté de una persona corriendo no tan lejos de nosotros, era un tipo alto de cabello castaño.

Acomodé mis lentes y la miré una última vez. ¿De verdad necesitaba ayuda?

—Elina, ¿qué haces con ese tipo? —paró en seco al verme y notar que ella aún me tenía de la chaqueta

"LA APUESTA" (Haikyuu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora