El chico castaño había estado esperando a que sus amigos llegarán después de pasar un tiempo fuera, permaneció cruzado de brazos en las bancas cerca de las puerta principales esperando que entraran.
—Fue un buen almuerzo, estoy satisfecho
—Definitivamente debemos reunirnos más a menudo
—Elina, gracias por invitarnos, en otra ocasión irá por mi cuenta —Iwaizumi iba rodeando el brazo de Elina agradecido por la tarde de almuerzo que su amiga había invitado a todo el Ahoba Jōsai
—no se preocupen, me gusta reunirme con ustedes —sonrió mientras se acercaban más a la zona principal
—¡OIGAN USTEDES!, ¡LOS ESTUVE BUSCANDO, COMO PUDIERON DEJARME! —pronto miraron como Oikawa iba echando furia y se acercaba con rapidez
—te perdimos de vista y se nos haría tarde si perdíamos tiempo buscándote —habló Yahaba con ironía
—Les dije que iría al baño solo un segundo, no tienen excusa, ¡me dejaron atrás! —realmente lo habían hecho, todos los chicos se miraron con astucia
—Bien, nos vemos chicos, el equipo jugará contra el Dateko —se alejó Elina ignorando toda la situación delante suya
—te veremos luego —se despidieron ignorando al chico quejoso a su lado
—lo hicieron a propósito para no llevarme —Oikawa hizo puchero mientras los demás se alejaban
—por supuesto, no íbamos a dejar que echaras a perder el ambiente, te traje esto para que comas —Iwaizumi entregó una bolsa de comida y golpeó el hombro de su amigo adentrándose a la zona de juego.
Elina había salido con el único afán de no perder la calma esa tarde, dados los acontecimientos pasados era de esperar que la preocupación la consumiría lentamente. Pero no se sentía insegura, si lo que habían entrenado días anteriores era puesto en practica el día de hoy y funcionaba, no podía dudar que sería efectivo para el resto de partidos, ¿sería eso suficiente?
Nunca supo los detalles pero el poderoso muro de acero los había derrotado hace tres meses dejando a Azumane con los ojos vendados en un hoyo profundo.
Hoy era el momento para saber si esa venda había sido desatada.
—¡Oye!, ¡Elina Hibarida! —de pronto una voz peculiar la detuvo y giró para encontrarse a un chico no muy oportuno a su parecer
—¿Semi Eita? —respondió con el ceño fruncido viendo como el chico se acercaba a ella con las manos en los bolsillos
—¿Vas directo al partido?, quizá pueda acompañarte —una vez que estuvo a su lado le sonrió
—¿Por qué?, ¿dónde están los demás del Shiratorizawa? —preguntó ella con un tono neutral
—El partido acaba de terminar pero quiero ver a los del Dateko, así que vamos —Semi terminó tomándola de los hombros empujándola hasta llegar a las gradas del escenario
Elina tomó su posición no muy lejos de los chicos del Karasuno y para su sorpresa Semi no se alejó demasiado, con la mirada puesta en el juego terminó recargandose en los barandales observando lo que estaba a punto de iniciar
—dicen que eres una chica que toma desiciones inesperadas —de pronto habló sin despegar los ojos de aquellos —y veo que lo que dicen de tí es verdad —bufó
No muy segura se acercó colocándose a su lado con la vista al frente
—No veo por qué sería de interés conocer sobre mí personalidad
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"LA APUESTA" (Haikyuu)
Fiksi PenggemarElina Hibarida se adentra a su segundo año escolar en la Preparatoria Karasuno de la Prefectura de Miyagi en Sendai donde rápidamente busca convertirse en la Manager del Equipo Masculino de Voleibol. Habilidosa en el deporte busca mezclarse entre pe...