"LA APUESTA" (Haikyuu)

26.

Todavía podía sentir el aliento chocar con su rostro, sus dedos temblorosos rozando la piel con delicadeza y sus ojos penetrantes sobre ella. Es cómo si el momento siguiera intacto en su piel, su muñeca todavía sintiendo lo áspero de sus dedos, sensible a las acciones pasadas.

¿Pero qué es éste sentimiento?, ¿por qué se siente tan emocionada y desconcertada?

Estaba segura qué lo que fuera ése sentimiento debía ser un simple error, algo tan efímero que sería borrado tan sólo en el pasar de los días. ¿qué podría emocionarle de una persona que se ha encargado de maltratarla siempre qué está con él?

Nada de lo vivido puede ser olvidado y reducido a un simple momento de cercanía. Podía estar confiada qué  los latidos bruscos de sus corazones ése día sólo eran un indicio del total  rechazo el uno por el otro, no puede haber otra explicación

Entonces ¿por qué demonios no puede dejar de pensar en él?

Por alguna razón no paraba de recordar en lo desafortunada que fue ésa noche cuándo lo conoció por primera vez, incluso estando en su cama el recuerdo del beso en la mejilla no paraba de repetirse en su mente, ni cuándo existían esas veces que chocaban sólo para molestarse, persistia la idea de entablar lazos con Tsukishima. Entonces, ¿qué se supone qué debía hacer?

Ella lo sabía, todo ese revoloteo no podía vivir en su mente tanto tiempo, y si estuviera ahí sería en un rincón muy alejado dónde nisiquiera pudiera volver a la luz de sus pensamientos. Se sentía frustrada, los dedos de sus pies se movían con desesperación y sus dedos jugaban de forma nerviosa sobre las rodilleras que cayeron en sus manos una vez más.

Frustrada, las oprime con fuerza volviendo la vista a la fuerte lluvia de afuera. En su mente se repite la idea de todo lo que podría estar haciendo esta noche de no ser por el inesperado regreso a Tokio. Pertenecer a la Academia Tora había sido una de las metas impuestas a lo largo de este tiempo, pero vuelve el comentario de qué todas aquellas decisiones inesperadas que la desviaron su objetivo se interponen para hacerla dudar acerca de los caminos que algún día no tenía duda de seguir.

Solo necesita seguir concentrándose en lo único que importa

Volviendo los pies al enorme tapete de la sala se dispone volver a la cama con una vista cansada de sólo pensar en el día siguiente, pero antes de poder avanzar unos cuántos pasos el timbre del departamento suena, confundida se acerca a la puerta mientras el timbre sigue sonando, gira la vista ante el sonido del teléfono que conecta con seguridad seguramnete para indicar a la persona detrás de la puerta, ignorándolo toma la perilla y lentamente abre la puerta creyendo saber quién estaría del otro lado. Un pequeño murmullo la hace volver rápidamente a la tierra, la figura mojada y temblorosa frente a ella la hace estremecer con fuerza logrando que su corazón lata con fuerza y miedo

—¡¿Sugawara?! —rápidamente se acerca a él tomandolo de los brazos buscando su vista que está perdida en el suelo —¡¿Qué tienes?!, ¿como llegaste aquí?, Sugawara dí algo —su respiración era agitada y espesa con sus hombros moviéndose a la par, su mandíbula temblaba y los susurros de su boca eran casi inaudibles

—Vamos adentro —suspiró Elina tomando su mano para adentrarlo pero él nisiquiera se movió, confundida se volvió a él viendo como sus labios volvían a gesticular palabras esta vez audibles

—¿Por qué me besarías? —susurró con esfuerzo —¿creíste que hacerlo haría que doliera menos el día de tu partida? —su voz parecía entrecortada, con la respiración desordenada y el cuerpo temboloroso

—Sugawara..

—Ni siquiera sé por qué duele tanto, se supone que sólo somos amigos y no tengo derecho a reclamar nada, pero entonces dime, ¿por qué me descepciona tanto? —su mano sosteniendo la de ella se oprimió con fuerza —¿por qué siento que eres tan egoísta?, ¿acaso no puedes pensar en mí? —Elina abre los ojos con sorpresa ante las palabras de sugawara, con miedo levanta su mentón obligandolo a mirarla encontrándo unos ojos rojos e hinchados qué le rompieron el corazón