7.

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Todo era mentira.

Nada había cambiado, tuvo que pasar una sola cosa, una sola señal de miedo para saber que nunca pudo deshacerse verdaderamente de ese peso, nunca pudo alejarse del agarre brutal de ese enemigo.

Seguía sintiendo miedo, seguía sintiendo inseguridad de sí misma, todo lo que había creído era falso, todas esos puntos de vista en los que se veía feliz y segura frente a las personas era solo un espejismo, algo fugaz, algo que desaparecería ante el mínimo tacto de la ansiedad.

No quería recordar, no quería revivir esos años de miedo y sufrimiento, le parecía repugnante pensar en esos acontecimientos, el que salieran a la luz le provocaban vomito y asfixia.

Sus manos sudaban, sabía que tenía que reponerse, no podía dudar ahora, no podía abandonar sin siquiera empezar la carrera, tenía que seguir adelante, soltar ese enemigo, derribar ese muro.

Debía hacerlo, demostrar que nada lograría afectarla, que nada había pasado ese día, ignorarlo era su mejor arma y con suerte los demás igual lo ignorarian

Pero sentía vergüenza.

Elina seguía su camino fuera de las instalaciones de la escuela, en algún lugar de los alrededores, y ahí con el sol decayendo y los colores singulares del cielo se alejó del camino para dejarse caer en el suave pasto de la colina.

Tomó sus rodillas, ocultó su rostro y meditó, pensó en las posibilidades de ese día y los que le vendrían.

—¿Azumane Asahi?

No muy lejos de su lugar se encontraba el chico, en la misma posición que ella, meditando bajo el cielo del lugar, con una expresión nostálgica que lograba contagiarla aún más. Lo había llamado sin pensar y él pareció no escucharla así que por un momento se convenció que la ignoraría, tomó su mochila del suelo apunto de ponerse de pie

—¿Eres La nueva Manager del equipo? —él notó su presencia algo sobresaltado —¿qué haces aquí?

Ella asintió volviendo las piernas al pasto, traía falda así que debía tener cuidado

—Me estoy escondiendo, me atrevo a decir que al igual que tú —ella lo miró algo insegura por el comentario

El chico solo bajó la mirada volviéndose a sus pensamientos, pero con ella ahí se le hacía algo extraño

—¿Y tú de que huyes? —Asahi volvió su vista a ella atentamente

—¿Puedo acercarme? —se puso de pie tomando su mochila, esperando su repuesta

Cuando él asintió se acercó sentandose a su lado acomodando su falda

—Odio los muros —suspiró —esa sensación de quedarte estancado en un punto del que no puedes salir, tener ver como eres enviado atrás de nuevo, ¿has sentido eso? —siguió jugando con el pasto debajo de ella

Él no respondió

—Sé pocos detalles, y no necesito saber que pasa contigo, no estoy buscando una respuesta sobre lo que sucedió con el equipo, esos problemas son solo tuyos y eres el único que puedes resolverlos —lo miró —Pero Azumane —lo llamó

El temblor en sus labios y su esfuerzo por contenerse no le impidió enfrentarla a los ojos

—Mi padre y muchas personas han dicho que un partido nunca se gana sólo —ella suspiró —Tal vez llegó alguien que logró vencerte y sientes que todo ese peso cayó sobre tus hombros, que eres el único culpable, pero no es así —le aseguró —ese día no fuiste el único en perder, no fuiste el único con el trago amargo

"LA APUESTA" (Haikyuu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora