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Después de la boda de Bryan, la vida continuó con su ritmo habitual para Lesslie. Se centró en sus responsabilidades como madre y en su trabajo, tratando de mantenerse ocupada para no pensar demasiado en el pasado. Sin embargo, había una sensación constante de incomodidad cada vez que tenía que encontrarse con Bryan para hablar sobre Bastian o cualquier otro asunto relacionado con su hijo.

Por otro lado, Bryan se esforzaba por mantener su distancia emocionalmente, recordándose a sí mismo que su matrimonio con Carolina era lo más importante ahora. Sin embargo, no podía evitar sentirse atraído por Lesslie cada vez que la veía, lo que solo aumentaba su sensación de culpa.

Una mañana, Lesslie recibió una llamada inesperada de Bryan. La tensión en el aire era palpable cuando acordaron encontrarse en un café cercano para hablar sobre algunos asuntos relacionados con Bastian.

Cuando Lesslie llegó al café, encontró a Bryan esperándola en una mesa apartada. Se sentó frente a él, sintiendo la incomodidad en el aire mientras esperaba a ver qué tenía que decir.

- Y bien, ¿Qué querías decirme?

- Bueno...Es acerca de Bastián, ya ves que ganó el primer lugar en la competencia de su academia de música por tocar piano y quería llevarlo a celebrar una semana a la playa en la que nos enteramos que venía en camino...

- Lesslie suspiró- Bueno, sí, está bien, supongo. Pero...¿Cuándo sería?

- Después de su fiesta, ¿Te parece?

- Pues, sí, está bien.

- Perfecto. -sonrió-

- Bueno...Si solo era eso, entonces es momento de que me vaya. -dijo Lesslie levantándose de su silla. -

- ¡No, espera! - dijo Bryan rápidamente agarrándola del brazo. - Disculpa, es solo que se me había olvidado decirte algo... - dijo soltándola. -

- Ah, está bien. ¿Qué era? - Dijo Lesslie sentándose nuevamente. -

Bryan tomó un respiro profundo, su mirada fija en la mesa. Lesslie pudo ver la lucha interna en sus ojos y sintió un nudo formarse en su estómago. Algo más estaba en juego aquí, algo más que simplemente hablar sobre Bastian.

–Lo que quería decirte, Lesslie, es que... últimamente he estado pensando mucho en nosotros. – Bryan levantó la mirada y sus ojos se encontraron con los de Lesslie. – Sé que estoy casado con Carolina y que nuestras vidas han tomado caminos diferentes, pero no puedo ignorar lo que siento cuando estoy cerca de ti.

Lesslie sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. No estaba preparada para esta conversación, no después de todo lo que había pasado.

–Bryan, tú tomaste una decisión cuando te casaste con Carolina. No puedes venir ahora a hablarme de tus sentimientos. Tenemos que pensar en Bastian y en lo que es mejor para él. –dijo, tratando de mantener la calma.

Bryan asintió, pero había una determinación en su mirada que no había visto antes.

–Lo sé, Lesslie. Y créeme, estoy tratando de hacer lo correcto. Pero no puedo evitar sentir lo que siento. Te veo con Maurice y me lleno de celos, de rabia. Es irracional, lo sé, pero es la verdad. –admitió, su voz teñida de frustración.

Lesslie negó con la cabeza, tratando de procesar sus palabras.

–Maurice es solo un amigo, Bryan. No tienes derecho a sentirte así. Además, ¿qué te hace pensar que yo estaría dispuesta a complicar más nuestras vidas? –dijo, su voz un poco más firme.

Bryan se inclinó hacia ella, sus ojos llenos de intensidad.

–No estoy pidiéndote que compliquemos nuestras vidas. Solo quiero ser honesto contigo y conmigo mismo. No puedo seguir pretendiendo que no me importas. –dijo, su voz casi un susurro.

Lesslie sintió que sus defensas comenzaban a desmoronarse. Bryan siempre había tenido ese efecto sobre ella, pero sabía que no podía permitirse caer de nuevo.

–Bryan, no es tan sencillo. Tenemos que pensar en nuestras familias, en Carolina, en Bastian. No podemos dejarnos llevar por nuestros sentimientos. –dijo, tratando de mantener su voz firme.

Bryan la miró por un largo momento, luego asintió lentamente.

–Tienes razón, Lesslie. Pero necesitaba decírtelo, necesitaba que supieras cómo me siento. –dijo, su voz llena de resignación.

Lesslie sintió una mezcla de alivio y tristeza al escuchar sus palabras. Sabía que esto era lo correcto, pero eso no lo hacía menos doloroso.

[...]

Después de la emotiva conversación con Bryan, Lesslie se sentía abrumada por una mezcla de emociones mientras seguía adelante con su día. Agradecía la distracción que le proporcionaba la rutina diaria, especialmente cuando pasaba tiempo con Bastian y Miranda.

Una mañana soleada, Lesslie decidió llevar a los niños al parque cercano para disfrutar del aire fresco y el sol. Mientras alimentaban a los patos en el estanque, Bastian y Miranda estaban llenos de alegría y asombro, lo que le traía un poco de paz a Lesslie en medio de sus preocupaciones.

Con una sonrisa, Miranda preguntó:

-¿Por qué los patos son tan lindos, mamá?

Lesslie rió suavemente y respondió:

- Porque sí, cariño. Son criaturas muy especiales.

Bastian asintió, agregando:

- ¡Y están siempre juntos, como nosotros!

Lesslie se conmovió por la observación de Bastian y le dio un abrazo a cada uno de sus hijos. Aunque la situación con Bryan aún pesaba en su corazón, momentos como este le recordaban el amor y la alegría que tenía en su vida.

Con una sensación de gratitud, continuaron su paseo por el parque, disfrutando del sol y la compañía mutua. A pesar de las dificultades que enfrentaban, Lesslie sabía que siempre podía contar con el amor y el apoyo de sus hijos para ayudarla a superar cualquier obstáculo.







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