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Me acerco con cuidado hasta abrir un poco la cortina.

Y entonces la veo...

El agua cae por su hermoso cuerpo mientras ella enjabona sus preciosos pechos...

Cosa que hizo que mi erección doliera aún más pero no tanto que cuando veo el agua gotear por su entrepierna.

Y me viene un hermoso recuerdo a la mente, cuando hacíamos el amor y veía siempre esa pequeña, hermosa, excitante, deliciosa y húmeda parte, su pequeña parte intima que está entremedio de sus dos preciosas piernas y me viene otro recuerdo de cuando la saboreaba, luego de ese pequeño lugar que es mi favorito, sus hermosos pechos y sus pequeños y rosados pezones que succionaba como cuál bebé...El pequeño lugarcito donde le hacía el amor.

¡Oh mierda!

Dios...No debí hacer esto, no debí hacerlo.

Que me perdone Dios y mi esposa, aunque ya no lo sea por sentimientos lo es legalmente y no debo de hacer esto, pero a la mierda todo, a la mierda Alice, a la mierda todo lo que me impida estar con la mujer de mi vida, con la que descubrí el verdadero amor, con la que disfruté hacer el amor por primera vez, a la madre de mi hijo y a la única mujer que me excita y he amado de verdad.

Sé que fui un imbécil que no supo valorarla, pero si ella me diera una oportunidad más juro que no habrá ningún momento en el que no la haga feliz y la ame con todo mi ser, mi parte imbécil ganó una vez, pero esta vez no, no dejaré que suceda, sé que ella me sigue amando.


●La invitación●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora